Capítulo 71.- La gran guerra

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Después de la emocional tarde del día anterior, desperté de mi coma a las 7:05 a.m., sin necesidad de ninguna alarma ni gritos. Sentía paz... Pero esa paz que te advierte de que vienen cosas peores, porque lo dice la Biblia. Estiré mi cuerpo para después levantarme de mi cama y darme cuenta de que Bob, el gran perro, estaba acostado frente a la puerta y no en mi cama como todas las mañanas, ¿quién lo había dejado entrar?, no importaba eso, amaba tener a Bob haciéndome compañía en todo momento. Caminé hasta el baño, hice mis necesidades, lavé mi cara y dientes y agarré mi cabello en una coleta alta para así bajar a la cocina aún en mi pijama.


-¿Qué haces de pie tan temprano?- Preguntó mi padre al otro lado de la barra de la cocina, con su café en una mano y algunos papeles en la otra- No es normal en ti, ¿te sientes mal?.-

-No papá, extrañamente me siento bien, mejor que nunca.-

-Aún queda café en la cafetera, por si quieres un poco...-

-Genial, gracias papá... ¿irás al trabajo hoy? -pregunté mientras tomaba una taza de los gabinetes- De ser así, entras en menos de una hora.-

-Estoy esperando a tu madre, después de eso iremos al hospital a hacerme un chequeo de seguimiento... Ya sabes, por lo del accidente.-

-Cierto, es hoy, lo olvidaba. -miré a las escaleras, ya que vi la sombra de mi madre bajar, lucía tan elegante con su atuendo de oficina- Buenos días, mi amada progenitora.-

-Sigues castigada por lo de la última vez Aleena... Pero buenos días.- Contestó mientras arreglaba el reloj en su muñeca.- Debo de suponer que tu padre te dijo que no volveremos temprano. Le dejé dinero a Raphael para que pidan algo a la hora de la comida.-

-Sí, entiendo todo mamá, no te preocupes, cuidaré de mi hermano.-


     Después de unos cuántos sermones, instrucciones y despedidas, mis padres se fueron al trabajo y yo me fui a la sala con un par de waffles y mi café a medio terminar. Bob se me unió más tarde, tomando su lugar al lado mío con su pelota de juguete... En la televisión teníamos las caricaturas matutinas, esperando a mi hermano apareciera al pie de la escalera con su cara de pocos amigos... Pero no fue así. Tocaron la puerta, era extraño, ¿quién viene a las 8 de la mañana a molestar?, suspiré pesadamente y me puse sobre mis pies... Ahí fue cuando escuché los pasos pesados de mi hermano correr por el pasillo y bajando las escaleras, como si hubiera visto un fantasma o estuviera en espera de un paquete muy importante.


-¡NO ABRAS ESA PUERTA!- me empujó después de gritar, alejándome de la entrada y alertando al perro- Por lo que más ames en ésta vida, ve a tu cuarto ahora mismo, Al.-

-No, ¿qué está sucediendo?, ¿te buscan sicarios o algún traficante?- Recobré el equilibrio y caminé a las escaleras, pero antes de poder llegar hasta la planta alta, escuché como mi hermano abrió la puerta- No puede ser...

-¿Qué haces aquí?, No está lista para ésto...-

-Quiero hablar con ella, se lo dije, a ti también... Sólo necesito poder hablar con ella ahora mismo.-


     Comencé a sentir frío, cómo se me revolvía el estómago y cómo se me nublaba la vista poco a poco... Bob se me acercó y comenzó a poner su hocico debajo de mi mano para calmarme. ¿Qué hacía él aquí ahora mismo?, ¿con qué derecho venía hasta mi casa y pedía hablar conmigo después de lo que estaba sucediendo entre nosotros?. Quería confrontarlo pero al mismo tiempo no quería ni verlo a la cara... Tenía miedo de mi propia reacción. Soy torpe, emocional y débil... Me dejaría caer a sus pies de nuevo o lo golpearía en las costillas.

My little best friend, "the famous"Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang