Cap. XI - Mía en San Pedro

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Después de entrar en su departamento ubicado al sur del Centro de Los Ángeles, Ryan arrojó sus dos bolsos sobre el sillón esquinero de cuatro cuerpos en cuero negro que se encontraba delante de los vidrios fijos del piso quince que daban al puerto de Long Beach en el barrio de San Pedro.

Estaba absorto en pensamientos sobre el impacto que había causado el asesinato de Natalie en el curso de sus últimos días. El viaje de regreso pareció no terminar nunca, la realidad se presentaba como una pesadilla de la que jamás podría despertar. Había contratado un vuelo privado desde Barajas directo a los Estados Unidos. No podía enfrentar la exposición y la prensa sensacionalista que hacia guardias de 24 horas para obtener algo a cambio de esa abstinencia de sueño.

Le dolía cada músculo y articulación, un estado que por primera vez experimentaba, con períodos de fiebre incluso durante el vuelo que requirieron de asistencia médica a bordo. El cuerpo le estaba pasando factura del estrés post traumático en relación a la situación extrema que tuvo que atravesar en Canarias. Ni siquiera había regresado con el féretro de Natalie para darle sepultura junto a su familia y amigos; las pericias sobre el cadáver podrían repetirse de ser necesario según los forenses. Esto retrasaría el traslado un tiempo más. Eso sin tener en cuenta que muchos de ellos ya estarían total y absolutamente convencidos de su culpabilidad sobre la muerte. Sin dudas en los recuerdos de sus idas y vueltas como pareja encontrarían la forma de explicar esa barbarie. Hasta algunos se animarían a decir "una muerte anunciada". Ya podía visualizar los títulos de más de un medio...

Estaba siguiendo con sus abogados de cerca las novedades en la investigación judicial que se llevaba adelante en España.

Estar en su casa lo tranquilizaba. Lo hacía sentir un poco más seguro que en una habitación extraña de un hotel rentado lejos de su país. Eso no modificaba en absoluto su estado procesal pero la sensación al menos era distinta, se decía.

Entró a su habitación en el entrepiso volado que tenía el loft en San Pedro, y quedó atónito frente al cuerpo de Mía acostado sobre su propia cama.

Ella se despertó sobresaltada.

Ryan estaba más distante y frío que nunca.

_¿Qué hacés acá? ¿Cómo lograste entrar si yo nunca te di una llave de éste? Le espetó de muy mal modo y haciendo un paso atrás cuando la vió incorporarse y dirigirse hacia él con los brazos abiertos.

_¿Qué te pasa? No entiendo porqué ésta reacción. ¡Qué total desconsideración! Pensé en venir a esperarte y recibirte cuando llegaras, pero nunca conté con esto de tu parte. ¡Desde esta mañana temprano que aguardo cruces esa puerta!

_Tenés razón Mía, perdón. Estoy realmente sobrepasado. No podés imaginarte todo lo que he tenido que pasar en éste corto tiempo. Respondió Herz abatido, y se fundió en un abrazo contenedor con su amante, que casi lo llegaba a sostener en ese estado de debilidad.

_Pero aún no contestaste a mi pregunta... ¿Cómo lograste entrar?

_¿Recordás a Rosalie, esa señora que vos mismo me enviaste para que realizara la limpieza de mi departamento hace tiempo?

_Si, ahora entiendo. Ella tiene una copia para poder ingresar durante los viajes y la clave de seguridad del monitoreo de acceso actualizada.

_Exacto. No era para tanto viste. Respondió con un beso sobre su rostro. Es increíble lo que ha sucedido con Natalie. Entiendo como debes sentirte, me enteré algunas horas más tarde cuando ya prácticamente era la única noticia que relataban todos los canales.

_Además del dolor inconmensurable que significó el asesinato, pasar por el aparato judicial como posible culpable por el sólo hecho de haber estado junto a ella esos últimos minutos antes de salir a grabar fue devastador, ha sido verdaderamente alienante.

_Al principio estaba tan mal por como habíamos terminado después de esos días juntos en Fort Lauderdale, y las cosas que me dijiste cuando te fuiste, que no podía pensar en otra cosa... Pero en el momento que me enteré del crimen todo eso pasó a un segundo plano y sólo deseaba estar ahí para poder acompañarte.

_Es posible que me haya excedido en ese momento. Pensando las cosas hacia atrás creo que la extorsión que estaba recibiendo desde meses antes me tenía aturdido. No quería seguir con otra situación así en mi vida y me apresuré en terminar lo nuestro abruptamente.

_Yo pensé que me iba a morir, Ryan. Esos días fueron terribles y estaba convencida de que verdaderamente era definitivo. Tuve que irme lejos, me ausenté de todo por varios días. Hacía un tiempo que le prometía una visita a mi madre y fue esa la excusa perfecta para hacerlo.

Mientras acariciaba su espalda y lo besaba muy suavemente Mía conseguía que se relajara por primera vez en muchos días...

_No sé como continuar con esto, me siento aturdido por lo vertiginoso y se me ha bloqueado la capacidad de respuesta.

_Tranquilo, creo que deberías convocar en principio a Michael tu representante y alguno de tus abogados. Desde ahí trazar una narrativa que te permita tomar distancia del asunto, y poder así comenzar a salir nuevamente... Esto no es para siempre, y sin dudas en el corto plazo encontrarán al verdadero asesino. En ese momento se generará un quiebre, y lo que hoy te resulta agobiante se transformará de un segundo para el otro en más tiempo mediático con una reivindicación de tu persona frente al mundo.

_Me sorprendés con ésta distancia en tus palabras para mirar la situación... ¡Qué frialdad para el análisis! Con seguridad pueden ser las mismas que ellos usarán para definir las acciones a tomar en adelante.

_Lo aprendí de vos mi amor, después de escucharte tantas veces sobre cómo funcionan hoy las corporaciones en materia de comunicación, y el manejo de la opinión pública en relación a ciertos intereses económicos...

_Es cierto, lo repito cada vez que puedo y a la hora de aplicarlo parece ser que desconozco por completo del tema.

_Hay algo que todavía no te conté, me habló desde España un tipo de nombre Castillo, fue ayer cerca del mediodía si mal no recuerdo, me dijo que era detective de homicidios allá, y que la semana que viene iba a estar por nuestro país para hacer algunas indagaciones conjuntas en una especie de tratado de cooperación policial para la resolución de éste tipo de hechos del que participan ambos países, y justamente mencionó ese dato Ryan. Me preguntó precisamente si sabía algo del chantaje que estabas sufriendo. Te juro que yo no dije nada al respecto. No sé como obtuvo la información pero te puedo asegurar que no fui yo. Sabés que en eso siempre contaste conmigo...

_Pero...¿porqué contactarte a vos? No lo entiendo.

_El llamado lo recibí en Luxury, y creo que como todos ahí, ellos también saben de lo nuestro...

_Calculo que deben haber pedido mi situación ante la justicia local y en eso pueden haber informado la denuncia que hice antes de viajar hacia allá.

_¿Denunciaste finalmente a esa mierda? Gritó Mía sorprendida por la afirmación que había escuchado, y que muchas veces sugirió, sin ser tenida en cuenta. ¡Ya era hora! No entiendo como lograste aguantar tanto tiempo soportando los manejos de ese imbécil.

_Ya lo hablamos demasiadas veces y te expliqué mi versión de cómo se dieron las cosas en ese yate. Es una situación compleja, donde mis dichos sobre la muerte de esa prostituta a bordo pueden ser puestos muy fácilmente en tela de juicio e interpretarse de otra forma. No debería haber participado nunca de la locura que significaban esas fiestas a mar abierto que organizaba Peter.

Por siempre le voy a reprochar eso, a pesar de que sé es incondicional conmigo para todo, no debí sumarme nunca al descontrol que caracteriza toda su vida.

Era cuestión de tiempo para que al menos uno de los que estuvieron ahí presentes abriera la boca y todo terminara de éste modo. No hay dinero que alcance muchas veces para acallar un secreto de esa magnitud.

_Quizás debiste recurrir al miedo cuando tuviste oportunidad... Dicen que es la mejor forma de persuadir a alguien para guardar silencio. Si me escucharas un poco más a veces creo que tendrías menos problemas.

_El mejor medio no ese, es mandarlo directo a la tumba. Pero el costo a pagar hubiese sido excesivamente alto. De ninguna forma era una opción.

H]#@R

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