Cap. VIII - Entresueños ¿Recuerdos?

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Esa tarde después de reunirse en un Starbucks en el Blvd. Crenshaw, bastante cerca de Hollywood Studios, Alonso caminaba junto a Natalie tratando de convencerla de que no viajara sola en la noche hasta la casa de Hanna, una amiga que vivía en las afueras de Los Ángeles, en el área sur conocida como Gatewey Cities. Ella actuaba de un modo desafiante, casi caprichoso, buscando esa protección que encontraba en la preocupación de Alonso sobre circular por esa ruta y en ese horario.

_Como tú quieras Natalie. Pero no digas que no te advertí de los riesgos.

_Ella sonreía, divertida por sentirse cuidada. La figura de Alonso en los últimos meses había ocupado un lugar protagónico.

Existía en cada momento de reunión entre ellos un espacio de confidencias y complicidad que los acercaba en una gran intimidad construida en poco tiempo.

_¿Te acerco hasta tu departamento? dijo Alonso.

_Claro. Pero sólo si aceptas una copa de vino al llegar. Un ratito nada más, mientras me haces compañía.

_Acepto la invitación, por supuesto.

Subieron al Mazda3 coupe que conducía Alonso y tomaron por Avalon Blvd. rumbo a la zona del Downtown donde se encontraba el penhouse.

Durante todo el viaje ella le susurraba cosas al oído.

La luz tenue del atardecer que entraba por los ventanales, la música jazz suave y el vino invitaban a la cercanía. De pronto, casi sin pensarlo demasiado, las manos delicadas de ella se encontraron jugando con el pelo castaño de Alonso. Uno a uno desabrochaba los botones de su camisa negra. Los labios cálidos y húmedos de Alonso recorrieron su cuello, sus hombros, su escote. Al mismo tiempo que deseaba que continuara sin detenerse un instante, estaba desconcertada, sorprendida, por esa atracción desenfrenada que se había ido gestando en silencio en cada encuentro, y ahora llegaba a ese momento cúlmine, casi inevitable, donde sus cuerpos se encontraban por primera vez sin contenciones de ningún tipo, se dejaban llevar...

Una pasión que había logrado vencer las limitaciones impuestas por las normas de la ética con las que Alonso siempre procuró manejarse.

Embriagado en su perfume y decidido, el bajó el cierre de su vestido que se deslizó y cayó en el piso de madera. Las sábanas de raso color púrpura fueron empapándose de sudor, mientras Alonso se estremecía con cada suave ondulación del cuerpo de Natalie sobre el suyo. En ese momento todo se difuminó, desaparecieron del mundo, nada había entre ellos ni cerca de ellos, solos los dos unidos fuera de toda realidad en combinación de ternura y fogosidad contenidas desde cada encuentro que habían servido para juntar tanto deseo silenciado.

Después...el placentero cansancio, las piernas enredadas, una charla cómplice y risas hasta quedarse dormidos en un abrazo protector.

Las aspas del ventilador de techo giraban muy lentamente, parecían moverse sólo por la inercia, Alonso con los ojos recién abiertos, acostado en la cama de una posada en Playa Mogán, bañado en sudor que se mezclaba con las sábanas, tomó conciencia en segundos que una vez más había traído en sueños a Natalie. Ya le había sucedido varias veces, pero nunca con tanta intensidad y realismo en cada detalle desde que ella había muerto. Su ausencia sirvió como un disparador que había intensificado cada visión de ese anhelo.

Se mezclaban en esos episodios narcóticos los verdaderos recuerdos de Natalie con las fantasías que había alimentado durante meses. En sueños la buscaba, y los registros de su memoria actuaban como fuente de inspiración para el guión de cada uno.

Durante la tarde se había quedado en Mogán haciendo algunas preguntas en los distintos lugares donde se hospedaron los invitados de Weller. Estaba buscando algún indicio o comentario de alguien que hubiese visto algo fuera de lo habitual, algo que permitiese seguir tras el rastro de esas últimas horas.

Uno de los caseros de La Serena le había relatado que Natalie se fue alrededor de las 05am acompañado por una pareja de amigos que se dirigían a Canarias en auto y la llevarían hasta la puerta del hotel. Eso coincidía con los dichos obtenidos por el personal del Gran Canarias que incluso la habían visto descender del vehículo propiedad de ese matrimonio francés, un Audi A3 gris metalizado, que se detuvo en el ingreso principal del hotel cerca de las 06am.

En el diálogo que tuvo con uno de los guardias de la propiedad de Weller, al finalizar la jornada, obtuvo un dato prometedor. Más allá de todos los detalles que le brindó del ingreso y la salida de los invitados a la celebración organizada por su jefe, le comentó que durante la noche, en una de las rondas organizadas por la empresa de seguridad por el perímetro externo a la propiedad se encontraron con un sujeto en el interior de un auto detenido en una de las colinas linderas a los jardines de La Serena portando unos binoculares de gran tamaño. Al parecer le habían restado importancia al suceso, ya que era algo habitual encontrar a periodistas en estas fiestas dando vueltas con el fin de obtener alguna primicia amarillista sobre la vida nocturna de los famosos. Ni siquiera Weller había sido informado.

_De todas formas, como soy meticuloso en los detalles... le dijo el guardia. Registré la placa del auto antes de que se fuera en las observaciones de la hoja de ruta de esa noche.

_¿Me podrías decir cómo era?

_El tipo era corpulento, bastante grandote por el espacio que ocupaba en el habitáculo del Renault Mégane. Tez trigueña, pelo oscuro peinado tirante hacia atrás, de unos 45 años aproximadamente. Se disculpó por la intromisión y sin dar demasiadas explicaciones arrancó el motor y se largó.

<Sin apuros, y con tiempo siempre termina por aparecer un rastro. Es sólo cuestión de técnica y perseverancia, en esto no hay suerte>, pensaba Alonso, mientras seguía al seguridad por detrás camino a la cabina donde éste guardaba las bitácoras e informes de cada turno de guardia. Sullivan un viejo amigo del New York Police Department, entrenado por la Mossad, se lo había enseñado y repetido hasta el hartazgo en cada caso. Y con el tiempo se había apropiado de cada palabra como suya.

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