Cap. X - Aeropuerto del Prat. Barcelona

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A pocos metros de la empresa municipal de transportes de la isla, conocida como Estación de Guaguas de Las Palmas de Gran Canaria, se encontraba un local de la firma EuroDrive, especializada en todo el continente europeo en el alquiler temporario de vehículos. Según la información que recibió Alonso con los datos de la chapa patente que había tomado esa noche el guardia en las inmediaciones de La Serena, el Mégane que manejaba el grandote con binoculares pertenecía a la flota de autos de esa sucursal.

Después de presentarse como investigador privado, y de deslizar con cuidado un billete de cien euros debajo de la ventanilla en el cristal que lo separaba del empleado, a modo de estímulo para mejorar su espíritu de colaboración; confirmó que el auto se había rentado con una tarjeta de crédito falsificada. Los datos del titular no lo llevarían a ningún destino cierto.

Llegar a éste punto muerto después de viajar durante más de una hora desde Puerto de Mogán sólo para eso lo ponía de muy mal humor, irascible. Tuvo que contener la bronca con un golpe de puño mudo sobre su otra mano. Se sentó en uno de los sillones de cuero que se encontraban dentro de la sala de atención y pensaba mientras su cabeza daba mil vueltas tratando de evaluar la situación... Y su mirada se clavó de inmediato justo arriba y enfrente de la pared.

_¡Cámaras! Cómo no lo pensé antes, se dijo en voz alta. Se paró de un salto y preguntó decidido:

_ ¿Tendrías las filmaciones de ese día en que fue rentado el Renault? ¿Cuánto tiempo hacia atrás se guardan en el disco las grabaciones? Podría ser más generoso aún si me facilitaras el acceso a ese material.

_Por supuesto, dijo el joven que atendía y estiró su mano anticipando que así sería.

_Creo que otro de esos estaría bien...afirmó.

La búsqueda le llevó algunos minutos nada más, el comprobante de alquiler contenía la fecha y la hora precisa de cada vehículo. Encontró el archivo con el back up de esa jornada y comenzó a adelantar cuadro por cuadro en modo acelerado hasta que congeló la imagen con el sujeto al otro lado del mostrador. La descripción rápida que hizo el guardia de seguridad de Weller cuando narró ese instante donde tomó contacto visual con el tipo dentro del auto fue acertada. Utilizó el zoom para ampliar su rostro, y luego hizo el recorte del resultado en un primer plano para terminar ajustando brillo y contraste final.

_Hago una impresión color de esto y no te molesto más.

_No hay problema, mande la orden a la HP de la izquierda que la otra está fuera de funcionamiento.

Diez minutos después sentado en un bar frente a la costa, tomó una fotografía con su celular del papel que había colocado sobre la mesa redonda.

Su viejo amigo Sullivan sabría ayudarlo con la identificación facial necesaria, no era la primera vez que le pedía algún favor; lo envió desde el álbum de la cámara, y luego llamó para dar las precisiones del caso.

_Esto podría tardar algunas horas. Voy a ir rotando por algunas bases de datos con técnicas de biometría y tratando de reducir el espectro de la búsqueda por zonas.

_Te voy a esperar todo el día si así fuese necesario, terminó diciendo Alonso.

Cruzó la calle para comprar un ejemplar de El País y otro de Le Mond Diplomatique edición española. Se sacó las zapatillas de trekking que llevaba y se recostó en una de las catalpas distribuidas sobre la arena del mismo local.

Al cabo de tres horas y media el bip de su celular sonó dos veces.

Se había dormido en ese lugar leyendo sin moverse una pulgada. Estaba exhausto y ahora lo sentía.

SIN MÁS QUE DECIR Where stories live. Discover now