19-La última oportunidad

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08:32 am 13 de junio de 2018  

Rusakovo, Koriak, Rusia  

—Esta es tu última oportunidad para demostrar tu valía —amenazó Kevinson, mientras intentaba no sentirse intimidado por la mirada fría de X 77—. No la malgastes.

—Te aseguro que después de esto tendrás a Bastian aquí para tus experimentos—afirmó el clon con un tono de soberbia en su voz—. En cuanto a los demás, probablemente no queden ni sus cadáveres.

—Hemos tenido esta conversación cientos de veces y siempre regresas con las manos vacías.

—Estuve jugando con ellos. Pasar cinco años rodeado de zombis y tipos en bata no es muy entretenido que digamos —dijo en su defensa. Al parecer aquel comentario había herido su orgullo.

—Si estuvieras más tiempo entrenando y menos quejándote por todo, las cosas serían muy distintas, ¿no lo crees?

—Muy bien, grandísimo hijo de perra, no me digas qué hacer—gruñó caminando hacia el científico y levantándolo por el cuello.

Varios de los científicos presentes se alarmaron, y no era para menos: X 77 causaba muchas más muertes y heridas graves en el laboratorio que los infectados y los experimentos fallidos juntos. Uno de ellos llevó la mano hacia su Glock, pero inmediatamente recordó que eso solo aumentaría la rabia del clon y, temiendo las consecuencias que esto podría tener, decidió que lo mejor era no interferir.

—¿En serio podrás matarme? —lo retó Kevinson con una sonrisa cínica en su rostro.

—Asesiné a uno de mis creadores cuando me harté de él, ¿qué me impide hacer lo propio contigo?

—¿Tengo que recordártelo a cada rato? Si no quieres que tu cuerpo se siga descomponiendo tengo que intervenirlo quirúrgicamente, y si me matas no podré hacerlo.

—Maldita sea.

X 77 dejó ir a su víctima y, acto seguido, caminó hacia el sujeto que había intentado intervenir. Este retrocedió varios pasos, pero el clon fue mucho más ágil, se abalanzó sobre él con brusquedad y le propinó fuertes puñetazos en el rostro. El científico se retorcía intentando llegar al arma, a la vez que su agresor atacaba cada vez más fuerte. 

—Buen intento —el clon soltó una sonora carcajada, al mismo tiempo que le quitaba la pistola de las manos—, pero perdiste tu última oportunidad de sobrevivir.

—Por favor, déjame ir —suplicó el hombre, con el rostro cubierto de sangre.

—Iba a hacerlo, hasta que decidiste desafiarme—colocó el arma frente a su víctima—. ¿Entiendes que si te lo permito todos querrán hacer lo mismo?

Los demás científicos intentaban ignorar la escena continuando con sus labores típicas, a pesar de que el sonido de las súplicas rebotaba por el lugar.

—¡Observen lo que pasa cuando intentan desafiarme!—rugió X 77—. ¡Observen si no quieren terminar igual!

Inmediatamente, metió la mano en la boca de su víctima y, utilizando su gran fuerza le arranco la lengua de cuajo. El sujeto no paraba de aullar adolorido, mientras sus compañeros llenos de impotencia e ira eran obligados a observar esa barbaridad. La sangre corría por todo el lugar, y los presentes no podían menos que temerle a X 77, quien disfrutaba cada segundo torturando a sus desdichadas víctimas.

—Te lo dije, soy capaz de acabar con lo que venga—dijo el clon dirigiéndose hacia Kevinson.

—Cualquiera puede vencer atacando a un humano común y corriente, la historia cambia cuando hablamos de tu molde—una sonrisa burlona se plasmó en los labios del científico.

—Haré que te tragues tus palabras—gruñó, entregándole la lengua de su víctima—. Me aseguraré de traerte dos cosas: a mi molde y el cadáver de JDM.

—Eso solo puedo creerlo cuando ocurra, hasta entonces seguirás siendo el clon 77—agregó mientras X 77 se dirigía a la salida—. Y recuerda que esta es tu última oportunidad.

El Elemento de la Destrucción (En reedición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora