- Vamos, que lo fastidiaste. Para la próxima ya sabes, algunas empresas consideran indecoroso hablar de dinero, asumen que ya sabes que las condiciones son buenas y...

- Kirk, ¿sabes qué empresa era? –le interrumpo. Él lo piensa un momento, se percata de que aún no se lo he dicho y niega con su pequeña cabecita peluda-. El puto Burger King, esa es la GRAN empresa....

Día 9

- Venga –me intenta animar Kirk-, yo te ayudo a buscar trabajo, te apuntaré a las ofertas. Mira esta por ejemplo, es muy buena, cerca de casa, buen sueldo...

- Es para vender suscripciones de alguna ONG fraudulenta por la calle, como esos pesados que se ponen en la Fnac de Callao – le contesto con tono amargado-, ¿tú me has visto? Soy un abúlico, sería incapaz de convencer a nadie. Además, me tendría que dar de alta en autónomo, seguramente acabaría el mes pagando por trabajar, olvídalo.

- Vale, de acuerdo, no es un buen plan. ¿y esta? –me señala la pantalla con su pata peluda-, pagan bien.

- Ese es el sueldo bruto, no el neto. Y aparte, ¿has visto dónde se encuentran las oficinas? En Torrejón de Ardoz. Tardaría hora y media en llegar. Y además es turno partido de dos horas y un domingo al mes, ¿es que no quieres que tenga vida o qué?

- Eres un decadente demasiado exigente con tu tiempo libre. Luego estás todo el día sin hacer nada. mirando al techo con los ojos vidriosos. Pues para eso mejor ser productivo. Mira, ya está, ya te he encontrado una genial: sueldo normal, bien comunicado y de lunes a viernes.

- Kirk, por favor, ¿no ves que ya estoy apuntado junto a cuatro mil doscientas personas más? Además, esa oferta es de hace tres meses, seguramente ya tienen a alguien.

- Vaya, que cosa más deprimente es esto de buscar trabajo, ¿te apetece una copa?

- Adelante, aprovechemos ahora que todavía tenemos casa.

Día 15

- Es muy fácil – me dice el supervisor-, solo tienes que fijarte en los monitores, es un circuito cerrado de cámaras que controla todo el edificio, luego, cada dos horas, tienes que hacer una ronda por las tres plantas. Nunca sucede nada, pero si ves algo extraño solo tienes que marcar este número, todo muy sencillo, ¿de acuerdo?

- Sí, claro –le contesto-, en el anuncio ponía turno de noche, ¿voy a estar con alguien más?

- Vas a estar solo, si no estás seguro dímelo ahora, no quiero perder el tiempo.

- No, no, me gusta el turno. No hay problema.

- De acuerdo, pues preséntate mañana en esta dirección a las doce de la noche. Mi compañera te entregará el uniforme.

Día 16

00:05. No me puedo creer la suerte que he tenido. Hace años hice un curso de vigilante de seguridad, una porquería, ciento ochenta horas, y ahora resulta que me cogen sin ni siquiera comprobar mi experiencia. El tipo que me hizo la entrevista parecía casi desesperado. Y no discuto que pasar la noche aquí, entre monitores, seis días a la semana, no sea un auténtico incordio, pero hay cosas mucho peores. Además, eso de que no haya jefes me encanta, solo tengo que traer un par de libros, ponerme una alarma cada dos horas y poco más. No creo que un edificio de oficinas tenga muchos problemas.

Día 20

04:03. Todo igual de aburrido que siempre. Lo gracioso es como te vuelves híper sensible a los ruidos cuando haces las rondas. Vas con tu linternita, subiendo por las escaleras, comprobando planta por planta, y vaya, cualquier cosa resulta extraña en un espacio tan amplio y vacío. También hay una sensación de... electricidad estática, como de ambiente cargado. Quizás sea por los ordenadores, no sé. El otro día casi me da un infarto al cruzarme con un informático que estaba en la segunda planta haciendo horas extra. Ahora nada más llegar me fijo en quién sigue en el edificio. Ah, y otra curiosidad: siempre que llego a la tercera planta en mi última ronda una de las ventanas de la zona cerca del office está abierta. Acabo de preguntarle al hombre de la limpieza, pero me ha respondido con acritud que él siempre deja todo cerrado. Bah, tampoco tiene importancia.

Memorias de un decadenteWhere stories live. Discover now