Capítulo 43 parte 2

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Hinata escuchaba pero a medias, "¿que me quería violar?", fue lo único que entendió.

- Si estás mintiendo, la pagarás muy caro, tengo órdenes de deshacerme de ti si no cooperas,  ya sabes que la jefa está acostumbrada a que se haga lo que ella dice...

- Déjenme ir, yo no tengo nada que ver, por favor – comenzó a sollozar de nuevo, tenía la esperanza que le creyeran y lo dejaran en paz, cuando la esperanza venía era acompañada de la desesperación y por eso lloraba.

- Sabes mucho ahora, te llevaremos con nosotros... Ya sabes que hacer – le dijo a su colega.

El otro agarró a Hinata y le vendó los ojos y amarró las manos detrás de la espalda, lo tomó y se lo apoyó en el hombro como si estuviera llevando un saco, Hinata colgaba no tenía fuerzas de moverse y oponer resistencia, "¿a dónde me llevan?, mamá, papá, hermanita perdónenme, soy un imbécil".

Sintió que lo tiraron en un lugar, a una superficie dura, le dolió el trasero cuando aterrizó, escuchó el quejido del dealer cuando lo tiraron cerca de él, cuando este lugar comenzó a moverse supo que estaba dentro de un auto.

El viaje fue tranquilo, tranquilo se refiera a que nadie lo golpeó, pero cuando llegaron a destino lo sacaron de golpe del automóvil y cayó golpeándose en las manos y en su cabeza, sintió la sangre que escurría por su frente.

- Quédense quietos la señorita ya llegará.

A Hinata no lo amarraron a ninguna parte ya que era imposible escapar de dónde estaban, era un subterráneo, con una sola salida, y en esa salida estaban apostados dos grandulones con pistolas con silenciador.

Hinata estaba acostado de lado sobre el suelo, "esto es una pesadilla, me voy a despertar, sí, eso es, tengo que estar tranquilo, nada me va a pasar, todo estará bien, Hinata cálmate". Pasaron una media hora y llegó la señorita.

- Así que aquí están los ladronzuelos...

Hinata gritó – soy inocente por favor déjenme ir.

- ¿pero cómo? – se escucharon pasos apresurados que iban hacia Hinata, ella le tomó la cara y dijo – llévenlo a su casa ahora mismo – ¿puedes hablar?.

Hinata respondió – sí – lágrimas caían por sus ojos.

- Él no parece que está involucrado – agregó la señorita – dije ahora, ¿que no me escucharon?.

El del tatuaje tomó a Hinata con rudeza.

- Oye con cuidado, una herida más en él y no respondo – dijo la señorita.

- Disculpe – el tipo bajó la cabeza, todo compungido, "hice enojar a la señorita".

Cuando Hinata estuvo en el auto de nuevo pero ahora en el asiento del copiloto, no en el suelo duro de antes, el tipo le habló.

- Dame tu dirección – Hinata así lo hizo, el tipo agregó – tuviste suerte enano.

Hinata se calló, no tenía nada que decir. Llegaron a su casa, el hombre lo tomó y lo tiró bruscamente ya que estaba enojado con él por haber sido el culpable de que la señorita lo haya regañado.

Hinata se quedó tirado en la entrada de su casa, no tenía fuerzas para levantarse, pero el otro efecto de la droga estaba haciendo efecto, pero como no estaba en condiciones se quedó ahí, sin tocarse, sólo intentó levantarse para entrar en su casa, pero se cayó, el golpe en la cabeza fue fuerte. Al final se quedó dormido en la entrada.

En la mañana su mamá salió a buscar el diario y encontró a su hijo tirado en el suelo con los ojos tapados por un trapo, las manos vendadas y herido, por dos segundos se quedó estática pero luego reaccionó y lo tomó en brazos con una facilidad sorprendente, lo llevó a su cama, no se dio cuenta de que había una almohada dentro de la cama, no le dio importancia, toda su atención estaba en su hijo, llamó a gritos a su marido, éste llegó de inmediato a medio vestir preguntando qué es lo que sucedía, ella en llanto le dijo todo, el hombre miró a su hijo, lo primero que hizo fue sacarle la venda de los ojos y desatar sus manos e intentar despertarlo.

- Shouyou, hijo... Despierta por favor – lo zamarreó – despierta... Despierta...

Hinata abrió los ojos y ve a sus padre arrodillado al lado de la cama y a su madre llorando de pie.

- Tuve un sueño horrible – dijo Hinata, recordaba vagamente lo que había sucedido.

- ¿Qué fue lo que te pasó hijo? – el padre le tomó la mano y se la acarició.

- Soñé que me secuestraban – sintió su ojo derecho inflamado y al hablar le dolió el labio, "tal vez no fue una pesadilla".

Los padres se miraron, él se levantó y miró a su señora.

- Iré a llamar a la policía, quédate con él – la madre asintió.

Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina] Where stories live. Discover now