El amor a veces puede llegar cuando menos te lo esperas, quizá de un príncipe azul o de alguien.. Peligroso.
Él no era lo que ella esperaba, las apariencias engañan o eso dicen. Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos.
Robo, fraud...
Mis piernas vuelven a reaccionar, en cuanto Katie estira de mi brazo haciendo que vuelva a andar. Mi vista se despega con dificultad de sus ojos y la centro en el suelo, mientras que mantengo el paso firme aunque algo tembloroso y sigo hacia adelante. Un escalofrío pasa por mi cuerpo cuando escucho su voz llamarme y cinco segundos después tomarme del antebrazo deteniendome.
—Espera Eire, ¿podemos hablar? –murmura mirándome fijamente a los ojos.
Carraspeo la garganta intentando que el nudo que se ha formado desaparezca, pero es imposible.
Desvío mi mirada hacia mi derecha dónde se encuentra Katie, quien me mira esperando una respuesta de mi parte. La desvío hacia Josh quién me mira a mi y mira a Traian con odio. Suelto un suspiro que apenas se nota y asiento con la cabeza, soltandole el brazo a Katie y alejándome de ella con Traian.
—Ahora vuelvo. –les informo y sigo a Traian.
Me cruzo de brazos cuando nos paramos a unos metros de distancia de Katie y Josh, y de Shawn. Intento mirarle a los ojos pero mis nervios son superiores y se me hace difícil. Trago saliva dificultosamente, cuando comienza a hablar.
—¿De que quieres hablar? –le pregunto.
Traian me mira a los ojos, suelta un suspiro y se pasa la mano derecha por su pelo rubio. Y después vuelve a desviar su mirada a mi.
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_¿Podemos ir a un lugar donde estemos solos? Me refiero a esa cafetería por ejemplo. –apunta con la cabeza la cafetería.
No sé si es buena idea ir a la cafetería con él. Aunque por lo menos, estaremos rodeados de gente. Todavía me sigue afectando, y en realidad.. no sé como voy a llevar estar a solas con él.
Asiento levemente con la cabeza y después me acerco hacia Katie y Josh para informales. Josh no está de acuerdo, pero Katie asiente con la cabeza y convence a Josh para que me deje ir. Vuelvo hacia Traian, quién sostiene un cigarro entre sus labios y suelta el humo de este por la boca, mientras que su mano se encarga de retirar el cigarrillo cuando da una calada a este.
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