Prólogo

65.6K 2K 136
                                    

Todo era normal, tranquilo, y tenía todo organizado para mi futuro.
Pero un día cualquiera, aparecio él para cambiar todos los planes que tenía organizados, revolviendolos.. y cambiandolos por completo.

¿Que fué lo que pasó...?

Nuestras miradas chocaron aquél día, aquellos ojos verdes intensos calaron tan profundo que poco a poco fueron dejando huella en mi.

Tengo claro que jamás pensaría que todo lo que iba a pasar en mi vida, alguna vez podría haberlo esperado.

Las apariencias engañan o al menos eso dicen.

Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos.

¿Estarías dispuesta a arriesgar tu vida por un asesino?


                            […]


Nuestras miradas se cruzan y noto como mi corazón comienza a latir fuertemente sobre mi pecho, tanto que casi puedo escucharlo con fuerza. Un nudo se forma en mi garganta impidiendo que pueda tragar saliva.
Tengo miedo, mucho miedo y no sé que me va a hacer.

Da un paso hacia mi y yo retrocedo, apartandome lo más que puedo de él. Pero finalmente terminó chocando contra la pared y su cuerpo se pega bruscamente al mío, acorralandome contra esta.
Mis manos tiemblan y mis piernas flaquean. Parezco literalmente una gelatina y estoy a punto de caerme al suelo, apenas puedo mantenerme de pie.

Tengo miedo, muchísimo miedo.

Sus ojos están rojos y su mirada muestra ira, su mandíbula esta apretada y sus fosas nasales se mueven respirando fuertemente.

—No has visto nada
–murmura con voz ronca e íntimidante.

Niego con la cabeza repetidas veces, apenas puedo hablar o articular alguna palabra.

Sólo quiero irme de aquí, lejos de él. Irme a mi casa.

—Cómo sueltes algo por esa boca tan bonita que tienes –dice con su mirada clavada a mis labios– vas acabar muerta. Y no voy a tener remordimiento ninguno al hacerlo, puedes estar segura. Más te vale no decir nada, no tientes al peligro, muñeca.

Aparta sus brazos dejando de acorralarme y dejándome libre al fin. Su mirada aún sigue puesta encima mío, sin apartarla, sin pestañear siquiera.

—¿Dónde vives?
–pregunta caminando hacia el cuerpo que esta tirado en el suelo y se agacha hacia el.

De la mano del cuerpo sin vida agarra la pistola que se encuentra en ella y se la guarda en el bolsillo trasero del pantalón.
Rebusca entre el interior de la chaqueta del hombre y saca una navaja y una tarjeta. La ojea y se la guarda en el bolsillo delantero de su pantalón.

—Te he preguntado donde vives.
–dice de nuevo levantandose del suelo.

Lo miro con miedo, con pánico sin saber que responder.
No debería decirle donde vivo, es un maldito asesino.. ¿y si quiera matarme o hacerme cualquier cosa? No quiero que pase eso.

Niego con la cabeza y frunce el ceño, tensando la mandíbula y volviéndose a acercar hacía mi.
Colocando su rostro a pocos centímetros del mío.

—Vas a decirme donde vives ahora mismo, si no quieres sufrir consecuencias por ello.

Trago saliva en seco.
El miedo cada vez es mayor, y tengo clarocada vez que me vq q matar o me va a hacer algo.
Quiero gritar, pero no voy a conseguir nada bueno con ello.

Cómplices Donde viven las historias. Descúbrelo ahora