Capítulo 32

19.8K 988 33
                                    


—Yo creo que si que lo es.

Comienzo a tomar los bordes de su jersey y a levantarlo por su abdomen y la saco por su cabeza tirándola al suelo, para después tomarla de la cintura y subirla a mi cintura, llevándola hacia la habitación.

—No... no lo...es. Por favor.

Me quito la chaqueta tirándola al suelo junto a la camiseta, y me inclino hacia ella para dejar un rastro de besos por su cuello, pecho y abdomen. Me separo a unos centímetros de su piel, y le miro a los ojos.

—¿Qué? ¿Por favor, qué?

Vuelvo hacia su abdomen dejando rastro de besos por el, hasta el broche de su pantalón. Desabrocho el botón y deslizo lentamente el pantalón por sus piernas.
Y vuelvo hacia sus pechos, donde vuelvo a dejar besos por ellos y leves mordiscos y lametones.
Acerco mi rostro a la curva de su cuello, dejando besos y mordidas.

—Ya.. lo.. sabes..
–dice.

Asiento con la cabeza.

—Sigues sin contestarme.

—Traian...
–susurra.

—¿Has vuelto con él, por qué?

—Porque.. le quiero. Me.. sigue gustando..

Miente. Sigue mintiendo. Lo sé.

—¿Te has acostado con él?
–repito.

Suelta un suspiro y sin abrir los ojos contesta; —No..

Sonrío.
Me alegra escuchar eso, me alegra saber que ese cabrón no le ha puesto ni un jodido dedo encima y que soy el único que puede disfrutar de su cuerpo.. que puede disfrutar con ella y hacerla sentir de esta jodida y placentera manera.

—Perfecto. Porque esto..
–murmuro besando su cuello y dando un mordisco, mientras hundo mis dedos fuertemente.

Cierra los ojos con fuerza y se agarra fuertemente de las sábanas arrugando estas.

—¡Traian!

—Esto.. es y será siempre mío.
–susurro en su oído.

Se muerde el labio inferior y no dice, nada, solo deja escapar un largo suspiro.

—No me gusta que estes con él.
–murmuro al acercarme hacia su rostro.

—¿Por qué?

—Es un hijo de puta. Y porque no lo soporto, lo mataría con mis propias manos y no me arrepentiría de ello.

Saco los dedos, y me levanto de su cuerpo semidesnudo. Tomo la camiseta y chaqueta del suelo y me coloco ambas cosas.

—¿Qué haces..?
–pregunta con la respiración agitada.

—No puedo creer que hayas sido tan tonta como para volver con él, incluso quedar con él como si fuérais buenos amigos. El día que te haga daño, que te vuelva a maltratar, por favor, llámame para ser el primero en reírme en tu cara.

—¿Que estás diciendo, Traian?

Se incorpora en la cama sentándose en ella y tapándose el cuerpo con una almohada. Ya he visto su cuerpo al completo desnudo, no entiendo porque ahora se tapa con una simple almohada cuando un minuto atrás la tenia masturbandola con mis propios dedos.

—Pero que se puede esperar de una niña como tú, les gustan que les hagan sufrir. Sóis así como masocas.

—No me digas eso Traian..
–susurra en un hilo de voz.

—Tengo que irme. Gracias por dejar que te toque, todo un placer.
–llevo los dedos hacia mi boca, los que un minuto antes la penetraban y los chupe con fuerza– deliciosa como siempre.

Sonrío cínicamente a la misma vez que le guiño un ojo y salgo ahí.
Giro sobre mis talones y me dirijo hacia la puerta de la habitación, por donde salgo sin despedirme cruzando por el salón hasta la puerta principal. Y me marcho.

[…]


Llego al coche.
Abro la puerta de este, me siento en el asiento del conductor y una vez ahí me acomodé a mi amigo el cual seguía palpitando por esa niña.
Joder, como me pone.

No puedo creer que me haya aguantado las putas jodidas ganas de follarmela de todas las malditas maneras posibles.
No sé de donde mierda he sacado esa puta fuerza de voluntad para poder hacer lo que he hecho.
Su imagen viene a mi mente de nuevo, de la manera en la que gemía, de como se retorcía ante mi toque.

Conduzco con velocidad hasta el club de Jackson.
Andrew y los demás me están esperando para organizar el siguiente asesinato.
Benny me ha enviado por correo el informe sobre la siguiente víctima que tenemos que atacar. Y es esta misma jodida noche, antes de que se marche hacía Europa.

Al llegar al club, subo hacía la parte de arriba donde están todos esperándome.

—¡Hasta que apareces! ¡Joder tio!, ¿dónde mierda estabas metido?
–comenta Andrew lanzándome una lata de cerveza.

—Estaba ocupado. He venido cuando he podido.

Saco el informe fotocopiado dejándolo caer sobre la mesa de madera maciza, y me siento en una de las sillas para tomarme la cerveza tranquilo y olvidarme de la puta erección que tengo entre las piernas.

—¿Quien cojones son estos?

—Los que debemos matar cada uno. Son Velontich y sus secuaces. Los guardaespaldas, se cree importante y siempre va con ellos a cualquier parte.
Hoy van a estar aquí los tres, sólamente ellos. Irán a cazar a alguna tía para follar y después deshacerse de ellas.
Uno de ellos se llama César, otro Marlo y Velontich, el cabecilla de la mini mafia que tienen. Del cuál me encargaré yo.

—¿Donde mierda van a estar? El club es grande, pueden meterse por cualquier parte.

—Si no están en la barra de bebidas están en alguna de las habitaciones con alguna tía.




Vick saca una caja de armas y balas.
Dónde cada uno de los cuatro cogemos dos para cada uno y recambio de balas.
Yo prefiero sacar mi arma más preciada, la calibre 50 que siempre llevo conmigo a todas las putas partes.

Y tomo otra de repuesto guardandola en uno de los bolsillos del pantalón.
Guardo la calibre 50 por dentro del pantalón, entre el pantalón y mi cadera. Buen sitio para guardar a este amigo.
Y los cuatro salimos hacia la planta baja donde ya se encuentra bastante gente bailando.














(3-4 maratón)

Hoy me siento inspirada. Lo que significa que puede que hayan mas de los capítulos del maratón aunque seria más tarde. Como a la noche.

¡Nos leemos!
❤❤❤❤❤❤

Cómplices Donde viven las historias. Descúbrelo ahora