- Uno pequeño que está entero prendido ahí atrás – señaló un pasillo.

- Gracias – lo soltó.

- Cambia la cara, de verdad das miedo – el borracho siguió su camino a la cocina en busca de otro vaso de ron.

Kageyama esquivó a la gente que se encontraba en el pasillo, había poca luz lo que le dificultaba la búsqueda, abrió una puerta que se encontraba a su derecha, nada, sólo una pieza, cerró la puerta, avanzó unos pasos y volvió a abrir la puerta, una sala de estar, "maldito Hinata ¿dónde mierda estás?", ya no había gente en el pasillo, quedaban dos puertas, iba a abrir una pero se detuvo desde el fondo ve salir a un hombre, que parecía que era el que andaba con Hinata, tiene una polera blanca y es extranjero, corrió a su encuentro.

- Hola, ¿puedo pasar? – dijo Kageyama sin pensarlo, debió haber pasado no más pero se puso nervioso y habló.

- ¿Oye tu cara siempre es así? O ¿te duele el estómago?, ¿quieres ir al baño a cagar?, si es así, esta puerta no es la indicada es la de allá – señaló la puerta del baño.

- No quiero ir al baño, quier...

- Entonces cambia la cara amigo, así nunca vas a conseguir a una jovencita, las espantas.

- Estoy buscando a alguien – su paciencia se estaba agotando – déjeme entrar por favor.

- Es que amigo, ahí adentro es una fiesta privada, ¿entendido?, pri va da – se interpuso en la pasada.

- Pero estoy buscando a alguien, es urgente que lo encuentre, se llama Hinata.

- Hinata, no me suena.

- Rayos.

- Oye te dejo pasar pero si me consigues un cigarro, lo dejé pero me volvieron las ganas.

- Trato – dijo Kageyama, se giró y volvió por donde había venido.

Cuando llegó al living miró hacia todos lados hasta que encontró a una mujer fumando, se acercó a ella y se armó de valor para pedirle un cigarro.

- Disculpe, ¿me podría convidar uno?.

- ¿Oye me estás amenazando? – le dijo ella con los ojos bien abiertos.

- ¡No!, ¿cómo se le ocurre?, sólo quiero un cigarro.

- Tu cara... Parece que estás enojado.

- Lo lamento, es mi cara de siempre – se disculpó intentando hacer una sonrisa, pero falló.

- Jajajajajaja que eres divertido – sacó un cigarro de su cigarrera y se lo ofreció – toma, me hiciste reír.

- Gracias – lo tomó.

- ¿No quieres encenderlo ahora? – presionó la rueda del encendedor y la llama apareció.

- No, gracias, es para más tarde, se lo agradezco – hizo una mini reverencia y volvió a donde estaba el otro tipo.



Vio al tipo de polera blanca al fondo del pasillo.

- Tome, ahora déjeme pasar – lo miró intentando sonreír – por favor.

- Pasa – abrió la puerta.

Lo primero que vio fue que en medio de la pieza había una barra de pole dance, y sobre el tubo había una niña con poca ropa bailando el caño, giró un poco sus ojos y en la esquina había amontonado un grupo de personas que vitoreaban a alguien, caminó rápidamente en esa dirección, "no puede ser que seas tú estúpido Hinata".



- ¡Naranjito!, ¡naranjito!, ¡naranjito! – se escuchaba.



Kageyama se hizo espacio a través de la personas, hasta que pudo ver lo que lo demás veían, ahí estaba Hinata bailando con otro hombre de una forma muy pero muy sexual, ambos se metían los muslos dentro de las piernas del otro, el mayor acariciaba el pecho del naranjito que tenía sus brazos alzados dejando expuesto todo su pecho, movían las caderas hacia los lados y hacia atrás al mismo tiempo que bajaban y subían, el ceñudo quedó sin habla, sin respiración y casi sin latidos, no lo podía creer,  Hinata estaba dando ese espectáculo.

Su corazón casi se detiene cuando ese hombre con el que estaba bailando Hinata se agachó para darle un beso en los labios, pero gracias a esa tipa que apareció eso no ocurrió, ella se interpuso y agarró a Hinata y lo alejó del tipo, escuchó como ella le regañaba al hombre, un extranjero moreno, él pedía disculpas, ella las aceptó, Hinata mientras esto sucedía se subió en una silla a bailar, bailaba solo ahora, pero no por eso dejaban de vitorearlo.

- ¡Naranjito!, ¡naranjito! – gritaba la muchedumbre.

Kageyama estaba que ardía en mierda de lo furioso que se había puesto, sin pensarlo se acercó a Hinata, éste seguía sobre la silla bailando, se sacó la chaqueta y la giró sobre su cabeza, todos gritaron animándolo  a seguir, Kageyama estaba que explotaba de la rabia, sorteó a la gente que se arremolinaba alrededor de Hinata, se subió a la silla y  agarró al naranjito de los hombros.

Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora