VI: Carta de Rupel

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El calendario mundial divide el año en doce meses lunares de treinta días cada uno; la luna nueva marca el comienzo del nuevo mes. El origen de este sistema de medición del tiempo se remonta a los antiguos agricultores del continente de Lucrosha, quienes se valieron del mismo para calcular los ciclos de las lluvias y las cosechas.

Así pues, las tres primeras lunas del año son llamadas lunas rojas y coinciden con los meses de verano en el hemisferio sur. A estas les siguen las lunas blancas, las del otoño. Luego llegan las frías lunas negras del invierno. Y las lunas azules, primaverales, son las que cierran el ciclo. Transcurridas las doce lunas, el año toca su fin. Pero hay algo más. Son los cinco días fuera del tiempo, que no pertenecen al año desfalleciente ni al que todavía ha de nacer. De noches oscuras y jornadas silenciosas, es un tiempo de paz y descanso durante el cual cesan las jornadas laborales en los cuatro continentes.

Rondan diversos mitos acerca de los días fuera del tiempo. Es un hecho (curioso hecho) que ninguna luna puebla el cielo durante esas cinco noches excepcionales, y que recién la sexta marca el arribo de la primera luna del año. En algunas regiones se considera que ese lapso estático sirve de recordatorio de las tinieblas de las que alguna vez ha surgido el mundo, y que solo gracias a los Dioses Protectores fueron disipadas. El folklore tiene también mucho que decir acerca de los "nacidos fuera del tiempo". Las versiones más oscuras sostienen que se trata de seres sin alma, meras sombras insustanciales que vagan por la vida como pasajeros sin boleto. Por el contrario, hay tradiciones que aseguran que los nacidos fuera del tiempo son la encarnación de los héroes que colman las leyendas y que fueron llevados al Recinto Etéreo para morar allí con los dioses.

Pero más allá de cualquier interpretación sobrenatural, lo cierto es que (y este es otro hecho curioso) poca gente nace durante esos cinco días. Rupel fue una de esas personas, o al menos eso fue lo que la pelirroja comentó a Winger cierta vez, cuando hacía apenas algunas semanas que habían llegado al monte Jaffa con el libro de Maldoror. Entonces tuvieron lugar los silenciosos días fuera del tiempo. Winger nunca supo si su amiga había hablado en serio o solo se trataba de otra de sus bromas, pues ella lo había soltado al pasar y no había vuelto a tocar el tema.

La fecha del aniversario de Winger era mucho menos especial. Coincidía con los primeros días de la tercera luna roja, cuando esta apenas era la marca de una cuña en el cielo estival.

Ya habían transcurrido seis meses desde su cumpleaños. Seis lunas desde la última vez que la había visto...

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A pocos días de su regreso a Dédam, Winger intentaba recobrar el ritmo de trabajo de la herrería. A pesar de que había mejorado mucho en el manejo del fuego, el sutil arte de la forja requería cierta destreza que solo se conquistaba con la práctica, y el joven mago aprovechaba sus ratos libres para perfeccionarse. Soria solía acompañarlo durante su entrenamiento. Se sentaba cerca de él con los codos apoyados en las rodillas y hablaba durante horas sin detenerse. Con la mirada atenta en las llamas, Winger la escuchaba sin interrumpir. Comprendía que su prima apreciaba mucho volver a tener un amigo con quien compartir sus intimidades.

Aquella mañana el herrero había salido temprano para encargarse de algunas entregas. Al regresar, cerca de la hora del mediodía, llamó con entusiasmo a sus dos ayudantes para enseñarles la tarta recién horneada que la señora Cándelly al fin les había preparado.

—Tiene buena pinta... —murmuró Soria con un dedo sobre la comisura de los labios.

—Sí que la tiene, y ahora mismo lo vamos a comprobar —afirmó Pericles alegremente mientras iba a la cocina en busca de un cuchillo—. ¡Ah, por cierto! Cuando llegué me encontré con esta carta que alguien parece haber arrojado por debajo de la puerta. Me pregunto de quién será... —dijo con tono misterioso, tendiéndole a su sobrino un sobre cerrado.

Etérrano II: El Hijo de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora