Capítulo 9: Verdades.

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Las niñas se miraron y rieron con mi frustración – ¿Alguien no ha dormido bien Señora Jauregui? – dijo Ally llegando a mi porche detrás de todas las niñas.

Las niñas Scout se hacían llamar "Eyre's" en honor a Jane Eyre, demostrando que ser huérfana y ser tratada mal no significa que termines igual, sino que puedes tener un final feliz. Sinceramente el destino existe hasta cierto punto, cuando veas a una persona quejarse mucho por su destino sabrás que es un parásito de la vida que espera a que le lluevan las cosas del cielo. Culpamos al destino, karma, Dios o lo que sea en lo que creamos para no aceptar que algunas veces somos culpables del resultado, que tenemos más capacidad de la que tenemos para que sucedan las cosas. No dejemos al destino que nos caiga una oferta de trabajo si no la buscamos y hacemos todo lo posible para tenerla. Las cosas no se caen de un árbol, esa persona a la que quieres tanto en secreto de repente no se va a fijar en ti si tu no haces algo por ello, esa persona que está enfadada contigo no va a olvidarlo todo porque el destino os vuelva a juntar en el camino y se le haya olvidado: ve discúlpate y entonces podrás dejar al destino que os una o no. Siempre hay que trabajar para que el destino pueda hacer su parte, por eso el destino existe hasta cierto punto, creo en él de una manera poco corriente, lo sé, pero me gusta saber que todo lo puedo controlar más de lo que la gente piensa. Una de mis máximas es: Todo lo que me detiene es porque yo quiero que me detenga. Y estas niñas son claro ejemplo de lo que digo.

Las niñas vivían en un orfanato calle abajo y para no aburrirse, y como iniciativa de mi vieja amiga Ally, decidieron montar este grupo. Vendían galletas, ayudaban a ancianos etc todo lo típico de Scouts. Yo prometí a Ally que siempre les ayudaría en lo que pudiera con su propuesta de cada mes.

Ally y yo nos conocimos de pequeñas, éramos vecinas y siempre jugábamos juntas. Ella quedó huérfana y aunque cumplió los 16 y tuvo la posibilidad de vivir conmigo optó por seguir ayudando en el orfanato a todos esos niños. Decidió hacer el bien y ayudar a otros por encima de tener una vida exitosa o, simplemente, normal. Era feliz con lo poco que tenía, por eso le admiraba como persona.

- Tienes mi misma edad Ally, deja de llamarme señora – las niñas se rieron a mí alrededor. Notando que bromeaba.

- ¡Venimos a que adoptes un perro Lauren! – dijo una pequeña entre el grupo.

- Wow... no puedo adoptar a un perro ahora pero...

- VAMOS LAUREN DIJISTE QUE NOS AYUDARIAS, PORFA. SIEMPRE ESTARÁS AHÍ ESO DIJISTE – todas las niñas empezaron a increparme para que cambiara de opinión interrumpiéndome.

- PERO... déjenme continuar ¿Eso es lo que vuestra jefa de Scouts os enseña? Muy mal señorita Brooke – dije mirando a Ally – Mirad, no puedo adoptar un perrito pero – cogí de mi recibidor un talonario fijándome en que Camila ya no se encontraba en el sofá ¿Dónde se habrá metido? – les voy a dar un buen cheque para que el afortunado perro que no adopte tenga comida ¿Vale? – dije cariñosamente. Todas se emocionaron y empezaron a chillar. Hasta a veces me recordaron a cuando Camila se emocionaba por algo tonto o cuando se reía de uno de sus malos chistes. Les extendí un cheque y si ya estaban gritando, esta vez el ruido era comparable a un concierto de rock.

- Lauren... - Ally quedó muda viendo el cheque. Pretendió seguir pero negué con la cabeza haciendo que se callara lo que fuera a decir – Gracias...

Las niñas y Ally se fueron contentas y yo fui a buscar a Camila. La encontré, como no, abriendo la puerta hacia el sótano

- Uhm... yo me lo sabía.. 3-4-9-8... ¡no! Mierda... - Decía Camila agachada mientras intentaba abrir mi candado.

Mirror mirror [Camren]Where stories live. Discover now