Capítulo 5: Escapada.

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- A la mierda eso Camila - dijo molesto. Mi mandíbula se desencajó y me coloqué bien en mi sitio mientras abría los ojos intentando analizar lo que acababa de decir - Mira desde que tenías 7 años has tenido estos problemas, siempre te dije que aguantases, basta. Basta de mentirte diciendo que la gente obtiene al final su merecido, ¿Por qué la gente más rica es la más cabrona y corrupta del mundo? Porque su filosofía es esta: Hay gente que nace para pegar y otra para ser golpeado. ¿Acaso le importa a la gente lo que ocurra en África? No, ellos son felices en sus casas mientras deciden cambiar de canal cuando aparece un anuncio sobre donar dinero para ayudar a la gente. Se acabó lo de aguantar Camila, se acabó ser del grupo que ha nacido para ser dado de golpes. Creía que quedaba decencia en el mundo, pero cada vez veo que tu generación está educada solo por y para el dinero y el éxito. Pocos piensan ya en ayudar a otros y de momento no he oído a nadie que diga: Voy a ayudar hasta a mi enemigo con tal de hacer todo lo que esté en mi mano para hacer el bien. No... esta sociedad no quiere hacer el bien, quiere hacer lo que a ellos les venga bien, se pisotean unos a otros mientras que los únicos buenos que quedan son dados de golpes y utilizados por la sociedad haciendo que se corrompan y solo tengan tres opciones: Sublevarse sin abandonar su estúpida idea en este mundo, hacerse como los demás o retirarse para no estar en contacto con esta mierda de sociedad. Por eso Camila, ya no aguantes más, si vuelves ahí será con todo el valor que puedas, dispuesta a hacerte valer y que nadie te vuelva a tocar un pelo, sea por el método que sea, no más aguantar, ni hacerte valer elegante ni hacer las cosas mal solo una vez esperando a que por esa única vez te tomen en serio. ¿Me entiendes Camila? - estuvo serio todo el rato, y con cada frase se iba enfadando y elevando el tono mientras yo me quedaba sin palabras ante su repentino cambio. Tal vez no fuera un cambio, tal vez simplemente se había rendido ante lo que él llamaba la sociedad.

- ¿Me estás diciendo que los pegue de vuelta? - dije un poco confundida - ellos son más que yo y mucho más fuertes, ¿Me llevo una navaja papaíto? - dije con sorna.

- No todo es con fuerza, la fuerza está reñida con el intelecto. La tortuga siempre ganará a la liebre - dijo mientras me palmeaba la pierna tranquilizándome. Me acercó a él dándome un abrazo. Amaba sus abrazos, mi padre es un hombre alto y robusto, cuando me cogía entre sus brazos parecía estar segura en una fortaleza.

- Wow entonces ahora quieres que sea ruin y traicionera ¿No es así? - dije bromeando de nuevo, él no dijo nada, sabía que era la decisión más rápida - Seré la tortuga. - rompí el silencio - ¿Entonces puedo irme a ser una tortuga ya? - lo hice un puchero y lo miré esperando una respuesta afirmativa.

- Mira... sigue quedándote esta semana en casa como tu madre dijo y piensa todo lo que te he dicho. Sea lo que sea yo te apoyaré mi princesita. Tu madre lo está pasando muy mal con esto. No es fácil para una madre saber que no puede hacer nada contra una injusticia y más si es sobre su hija. Prométeme que la harás caso porque necesito que tu madre esté bien aunque sea una semana. ¿Prometido Camila?

- Prometido - me dio un beso en la cabeza y me sonrió estrujándome contra él.

Fin del Flashback

Solo habían pasado tres días de esa charla y ya había pensado demasiado, no me había aclarado nada pero necesitaba algo que me distrajera.

Mi padre me dio una idea completamente loca y sin corazón... ¿Podría hacerla? No sabía si podría ser una de las personas que golpea por simple convicción... toda mi vida he sido del grupo golpeado ¿Será verdad que me tengo que volver mala para encajar? Quería dispersarme y lo que mejor me quitaba estos pensamientos era uno más fuerte: Lauren.

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