-Por supuesto querido. ¿Quieren que les lleve algo de comer?-

-Pero que pregunta madre. Por supuesto que quiero algo de comer, y estoy seguro de que a Annabeth le encantará probar tus delicias.- Yo reí, y la señora Blofis también. Percy me ofreció su mano para dirigirme a su cuarto.

-Perdón por el desorden.- Dijo antes de abrir la puerta.

-Dudo que seas peor que yo.-

Y tenía razón, su cuarto a pesar de que muchas cosas estaban fuera de lugar, estaba mucho mejor que el mío, de no ser por Susan, viviría en un chiquero, por que no me doy el tiempo de arreglar mis cosas, se qué debo, pero cuando me armo de valor para hacerlo, está todo en su lugar.

Su habitación consistía en una pequeña cama para una persona, a su lado hay un escritorio y luego un armario. Todo decorado con pequeños toques de azul. Sobre la cama y entre el escritorio y el armario habían reñidas de madera, para guardar libros y ese tipo de cosas. (Multimedia)

-Si luego de ver tu cuarto nadie dice que te gusta el azul, tiene daltonismo.- El río.

-Pues, me siento mucho más a gusto así.-

-¿Me dirás por qué tu madre me abrazó allá abajo?-

-Simple, eres la primera a la que traigo a casa. No siquiera Jason lo sabe.- Dijo para luego sentarse en la cama e invitarme a acompañarlo.

-Deberías decirle, digo, si es tu amigo debe saberlo.-

-Es tu amigo.- Dijo firmemente.

-¿Te enteraste de eso también?- Asintió.

-Creo que debo decirle a Susan que no le hable a nadie sobre mí.- Dije y soltó una carcajada. -Pero hablando en serio, conozco a Jason, sé que si le dices no te dirá nada, es más, estará feliz porque confías en él. De hecho deberías hacerlo, por lo menos más que a mí.-

-Me pareció injusto yo saber tu secreto pero que tú no sepas el mío.-

-¿No crees eso con Jason también?-

-No aún, creo que él tiene mucho más que decirme y no lo digas tú, debe ser él quien hable por su cuenta.-

-Se lo diré.-

-Creo que ya no será mi confidente.-

-¿Por qué lo dices?-

-Porque le he contado muchas cosas, que ahora temo que te las haya contado a ti.-

-¿Eran malas?- Pregunté.

-Por el contrario.-

-Bueno si le dices que no diga nada, él no lo dirá, siempre que no sea nada malo.-

-Tal vez lo haga.- Estuvimos en silencio unos minutos, pero no era para nada incómodo. -¿Estás feliz?- Preguntó de repente.

-Creo que no te entiendo.-

-Dijiste que si le decía a Jason, estaría feliz de que confíe en él. ¿Tú estás feliz porque confíe en ti?-

-Eso no importa, ni viene al caso.-

-Tienes razón, pero a mí me importa.- Me sonrojé.

-Tal vez.- Dije y sonrió.

-Bien, no perdamos más tiempo, de veras necesito tu ayuda y lleva toda la semana sin que ayudes.- Reí.

-Pues a trabajar.-

Estuvimos más de dos horas estudiando, al rato la madre de Percy nos trajo galletas azules con chispas de chocolate, que por cierto, estaban deliciosas. De las más ricas que he probado.

-Hasta aquí. Si sigo creo que voy a explotar.- Dijo Percy luego de esas dos horas.

-De acuerdo.- Dije guardando mis cosas y preparándome para irme a casa.

-¿Qué haces?-

-Guardó mis cosas, ya terminamos.-

-¿No te quedarás a cenar?-

-No quiero ser una molestia, además no tengo ningún problema.-

-Lástima, ven conmigo.- Bajamos hacia la cocina. -Madre, ¿Crees que Annabeth nos provoca algún problema?-

-¿En qué sentido hijo?- Preguntó ella.

-Dice que se irá porque ya terminamos y no quiere ser un problema, ¿es un problema?-

-Para nada, de hecho ya te había contemplado en la cena, me crearías un problema si te fueras, ¿qué haría con tanta comida?- Reí.

-Estoy segura que con Percy aquí no se perderá.-

-Vamos Annie, quédate, como un favor hacia nosotros.- Dijo Percy.

-Esta bien.- Me rendí, más bien entendí que no me dejarían ir.

-Excelente, sólo debemos esperar a mi esposo para cenar.-

Percy tiró de mi nuevamente hasta la sala, y se dispuso a poner una película.

-¿Cuál prefieres? ¿Buscando a Nemo o La Sirenita?-

-¿Es una broma? Percy tienes 17 años, ¿no crees que estas un poco grande para esas películas?-

-Nadie es muy grande para ver a Nemo.-

-Pues pone a Nemo.- Dije reprimiendo una carcajada. -Yo iré a ofrecer ayuda a tu madre. Aunque no lo creas, yo si soy madura.-

-Jajaja, mira como me río.- Dijo de tono sarcástico. Dije y fui a la cocina donde estaba la señora Blofis.

-Disculpe, señora Blofis, ¿necesita ayuda?-

-Dime Sally cariño, y si puedes revuelve esa olla por favor.- Dijo señalando una olla sobre el fuego. -Creí que estarías con Percy.-

-Él esta viendo a Nemo.-

-¿No te gusta?-

-No es eso. Sólo creo que no estoy en edad de ver ese tipo de películas yo sola. Tal vez con niños pequeños o bebés.-

-Cierto, no sé que le ve Percy a esas películas.-

-¿Es cierto que le gusta la Sirenita? ¿O es sólo un chiste?-

-Es la más pura realidad. Debe confiar mucho en ti para confesarlo.-

-¿De verdad?- Pregunté asombrada.

-Así es, esas películas son sagradas para él, no se las muestra a muchas personas.-

-Esta casa tampoco al parecer.-

-¿Te dijo por qué?- Preguntó.

-No.-

-Deberías ir a decirle, no me molesta, ve con él.-

Me pidió la cuchara con la que estaba revolviendo y fui a ver a Percy quien veía el comienzo de la Sirenita, dispuesta a conocer sus secretos.

¿Será...? (Fanfic Percabeth) (En Edición 54/89)Where stories live. Discover now