=Capítulo 13=

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Disclaimer: Los personajes son de S. Meyer la creadora de Twilight (Crepúsculo) La historia no es mía, es de la fabulosa María Bravo, yo leí el libro y me encanto la historia y quise hacer una adaptación de esta historia que ella creo. TODOS LOS DERECHOS SON DE ELLAS MENTES INCREIBLES....

Ahora sí, nos vemos en los muchos capítulos que esta hermosa autora creo y plasmo en papel.

Este capítulo es dedicado para todas quienes se dan el tiempo de comentar algo, gracias chica, claro que también para aquellas que son lectoras fantasma...

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=Capítulo 13=

Aparcamos y entramos prácticamente corriendo en el ascensor, deseando llegar a la habitación. Las puertas se cierran y Edward se abalanza sobre mí besándome salvajemente. Llevo mis manos a tu trasero y lo aprieto contra mí notando su erección en mi vientre.

¡Como deseo a este hombre! Gimo contra sus labios y él se separa, pone sus manos a cada uno de los lados de mi cara y me mira intensamente a los ojos.

-Podría follarte en este ascensor ahora mismo, ¿Qué me haces Bella? – dice apoyando su frente en la mía respirando con dificultad.

- ¿Y tú a mí? Porque yo estaría dispuesta a dejar que lo hicieras – sonrío al pensar que realmente le dejaría hacerlo. Se ríe y me abraza fuerte contra él. Podría pasarme así todo el día.

Llegamos a la habitación, Edward se dirige directamente al teléfono y pide que nos suban una botella de champagne. Se acerca hasta mi dejando su jersey encima del sillón, estoy parada observándole, cuando le tengo delante de mí me quita la chaqueta y la lanza al sillón. Me acaricia la mejilla con el dorso de la mano, baja acariciando mi cuello hasta el primer botón de mi camisa. Lo abre y sonríe.

-Eres preciosa Bella – se separa de mí y me observa. ¡Me excita que me mire así!

- Edward... - digo en un susurro. Tengo la garganta seca.

-Lo sé – y sonríe de medio lado. Llaman a la puerta y se dirige a abrir. Yo sigo parada en el mismo sitio, deseando que me toque. Abre la botella de champagne sirve dos copas y vuelve a mi lado.

-Por nosotros – dice pasándome mi copa, brindamos y me la bebo casi de golpe – Vaya, veo que tenías sed – se ríe, se bebe la suya y deja las dos sobre la mesa.

Lo tengo delante observándome, mis pezones se endurecen y tengo que juntar mis muslos. Levanto mi mano y le hago un gesto para que se acerque. Sonríe, me coge de la mano y tira de mí hacia él. Llevo mis manos a su cintura y saco la camisa por fuera de sus pantalones. Desabrocho uno a uno los botones mientras él hace lo mismo con los míos.

Me da la vuelta en sus brazos, me quita la camisa, aparta mi pelo hacia el lado derecho y me da suaves besos desde mi clavícula hasta debajo de mi oreja. Lleva sus manos hasta las copas de mi sujetador y con los dedos me las baja liberando mis pechos. Me acaricia los pezones haciéndome jadear.

- Llevo todo el día pensando en tenerte así – me dice al oído.

- Oh Dios... - intento girarme hacia él pero me lo impide apretándome más.

- Todos esos hombres observándote y saber que solo yo puedo tocarte así – besa mi hombro y lleva sus manos a mis vaqueros. Los abre y me los baja agachándose detrás de mí. Me hace salir de mis zapatos y me deja solo en ropa interior. Sube sus manos acariciando mis piernas, me da un beso en el trasero, y me da la vuelta con sus manos en mis caderas.

Reservame tus besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora