=Capítulo 12=

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Disclaimer: Los personajes son de S. Meyer la creadora de Twilight (Crepúsculo) La historia no es mía, es de la fabulosa María Bravo, yo leí el libro y me encanto la historia y quise hacer una adaptación de esta historia que ella creo. TODOS LOS DERECHOS SON DE ELLAS MENTES INCREIBLES....

Ahora sí, nos vemos en los muchos capítulos que esta hermosa autora creo y plasmo en papel.

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=Capítulo 12=

Música:

Tengo la cabeza apoyada en su pecho mientras me acaricia la espalda arriba y abajo. Le doy un suave beso en el pecho y lo miro apoyando la barbilla en él.

- Estas preciosa – dice tirando mi pelo hacia atrás- ¿Mañana tienes algo que hacer?

- No, este fin de semana no tengo nada que hacer – le digo pensando que podría quedarme así todo el fin de semana.

-Quiero que lo pases conmigo - me dice sonriendo – Podemos hacer lo que más te apetezca – me da un beso en la cabeza y se levanta de la cama.

-De acuerdo – le digo mirando como saca del armario un pantalón de pijama negro y se lo pone ¿Hay algo que le quede mal a este hombre?

-¿Tienes hambre? – sé sienta en la cama, se inclina y me besa – Voy a pedir que nos suban algo, estoy muerto de hambre.

Vuelve a levantarse y coge la carta de menú que está sobre el escritorio. Me incorporo en la cama tapándome con la sabana, necesito ir al baño. Me levanto y cojo una manta individual que hay a los pies de la cama y me envuelvo en ella. Voy hacia el baño, cierro la puerta y observo mi reflejo en el espejo. Tengo los labios hinchados, las mejillas sonrojadas y los ojos brillantes.

Me acaricio los labios recordando sus besos y cada una de sus caricias, sin duda ha sido el mejor sexo que he tenido nunca. Ningún hombre había conseguido que me corriera dos veces seguidas y tengo claro que si hubiera seguido habrían sido tres. Me encanta su manera de comportarse conmigo, tan dulce y atento y quiere que pase el fin de semana con él, lo que me hace estar cada vez más segura que no solo busca sexo o pasarlo bien con la chica de turno. No sé exactamente lo que busca pero de momento me gusta lo que me da.

No he traído mi neceser, ni pijama, ni ropa para mañana, ¡Qué desastre! Tengo que desmaquillarme. Miro en la cestita del hotel, que tiene casi de todo. Me lavo la cara con el jabón, que huele de maravilla, me pongo un poco de crema hidratante de un botecito de muestra, me aseo un poco y salgo de nuevo envuelta en la manta. Edward sigue sentado en el escritorio con el móvil en la mano, levanta la vista hacia mí y sonríe. Deja el móvil, se incorpora y camina hacia mí lentamente. Estoy paralizada en la puerta del baño, encerrada en esos ojos que me miran con deseo ¿Me desea otra vez? Me coge la cara entre sus manos y me besa hundiendo su lengua en mi boca, se separa y me mira.

-Me encantaría volver a hundirme en ti, pero primero tenemos que comer algo – me dice y abro la boca de par en par.

- Se me ha quitado el hambre – le digo con la voz ronca de deseo. Se ríe a carcajadas y me estrecha entre sus brazos. Me da un beso en la cabeza y vuelve a mirarme a los ojos.

-Estas mucho más guapa sin maquillar – dice acariciando mi mejilla. Sonrío y oigo tres golpes a la puerta – Salvada por la campana – dice riéndose mientras se dirige a la puerta.

Miro a mi alrededor buscando algo que ponerme y encuentro mi ropa y la de Edward en una silla, cojo su camisa y me la pongo. Me tapa justo hasta los muslos y es más cómoda que mi vestido. Veo como deja una bandeja en la cómoda de la habitación, se gira y me mira.

Reservame tus besosحيث تعيش القصص. اكتشف الآن