-Eres raro.- Reí.

-¿Yo raro? ¿Y tú? ¿Donde quedas?, mira como eres, te escondes de la gente.-

-Y tú te muestras demasiado.-

-Touché. Me gustaría que me respondieras una pregunta ¿por qué te escondes? Yo ya te dije por que me muestro.-

-Me escondo porque no me gusta que las personas no me juzguen por lo que tengo, si no por lo que soy.-

-No podría hacer algo así.-

-No es tan difícil. Lo más complicado es cuando me topó con las reinas de la escuela.-

-Las odio.- Reí.

-También yo.- Se unió a mi risa.

-¿Te puedo contar un secreto y no se lo dirás a nadie?-

-Por supuesto, soy tu tumba cariño.- Creo que me sonrojé un poco.

-En realidad no estoy becada, mi padre es el decano de una de las mejores universidades del país. Y mi madre es arquitecta.-

-¿La conozco?-

-Es probable, se llama Minerva Chase. Aún conserva su apellido de casada en honor a mí.-

-¿Tus padres se separaron?-

-Así es, hace más de 10 años, pero mi padre se volvió a casar y gracias a ella tengo a los dos mejores hermanos del mundo. Y mi madre, ama su trabajo, así que no creo que sea infeliz.-

-Eso es bueno, ¿pero tú eres feliz?-

-Si, hay mucho en mi vida que me da razones para sonreír.-

-Por ejemplo.-

-Mis hermanos y mis mejores amigos.-

-¿Ellos saben que tu eres... rica?- Solté una carcajada.

-Si lo saben, son mis vecinos de enfrente. Y los conozco desde que era pequeña.-

-Me gustaría tener eso.-

-¿Qué cosa?-

-Amigos de toda la vida. Dudo mucho tener un amigo tan cercano así.-

-Si me lo permites, me gustaría ser tu amiga.- Confesé.

-¿Por qué?-

-¿No te parece raro que no te conozca hace más de media hora, con mucha suerte, y te conté secretos que ni mis amigas saben? A mi sí me parece raro.- Rió.

-Tienes razón. Tengo una amiga verdadera. Espero.-

-Eso espero yo también, nunca está de más tener un nuevo amigo.- Ambos sonreímos. Luego me puse de pie y le ofrecí mi mano. -Bueno William, esta es tu fiesta y debes disfrutarla, conmigo, obviamente.-

-¿Habría algún problema si no quiero?-

-Muchos, no desisto fácil. Si es necesario te arrastare a la pista de baile.-

-Ya voy.- Dijo finalmente rendido.

Tiré de él hasta la pista y comencé a bailar al ritmo de la música, de vez en cuando le gritaba que se me uniera, es muy aburrido para bailar mi nuevo amigo.

-Vamos William Williams. Es divertido.-

-Si sabes que mi apellido no es Williams, ¿verdad?-

-Por supuesto que lo sé, pero si debo decirte Williams para que bailes no dudare en hacerlo.-

-Pero odio Williams.-

-Entonces baila, si bailas de verdad prometo no decirte Williams nunca más.-

-Hecho.-

Estuvimos bailando hasta las dos de la mañana, que es cuando mis pies ya no dan más. Me dirigí a una silla cercana.

-¿Estás bien?- Preguntó Will.

-Si lo estoy, pero mis pies me están matando.-

-Espera un segundo.- Se arrodilló ante mi y me quitó ambos zapatos delicadamente. Me sonrojé, más de lo que me gustaría admitir.

-Gracias.-

-¿Mejor?- Asentí. -Bien, por cierto.- Se acercó a mi oído. -Te ves hermosa cuando te sonrojas.- Le di una sonrisa de agradecimiento.

-Ya estoy cansada, iré a buscar a Piper, ¿sabes dónde pueda estar?-

-Piper Mclean.- Asentí. -Ella se fue cuando me acerqué a hablar contigo allá afuera, iba acompañada de tres chicas.-

-Genial, Piper me dejó sola, creo que la llamaré.-

-Si no te puedes contactar con ella, me dices y puedo llevarte a casa.-

-¿De verdad?-

-Por supuesto.-

-Gracias.-

Antes de irme, me pidió mi número, fui al patio, donde la música es más despacio.

-Piper, ¿dónde estás?-

-Estaba en mi casa, durmiendo, la pregunta es ¿dónde diablos estas tú a las dos de la mañana?-

-Llevo horas buscándote.-

-Lamentó haberte dejado sola, pero mamá estaba por llegar, si quieres vienes ahora y entras por la ventana para no despertar a mamá.-

-¿Estás loca? No soy una criminal.-

-Lo lamento, pero eso es lo más que puedo hacer.-

-Por favor.-

-Si mi mamá despierta, estamos muertas, más contigo vestida aún de fiesta.-

-Te estoy odiando en estos momentos.-

-Por favor, dime dónde pasarás la noche.-

-No lo sé y no te pienso decir. Adiós.- Y colgué.

¿Qué se supone que haré ahora? No quiero que Helen sepa que salí de fiesta, quiero ir al baile el viernes, y a la cena el sábado. Sólo hay una solucion: Jason. Lo llamé.

-Jason, necesito tu ayuda, con urgencia.-

-¿Qué sucede muñeca? Son más dos de la mañana.-

-No me digas muñeca que no estoy de humor. ¿Crees que me puedas acoger esta noche?-

-Claro, pero ¿qué pasó? ¿dónde estas?-

-Luego te digo que pasó, estoy en la fiesta de Will. No preguntes que hago acá, luego te digo.-

-Espérame en la puerta, estoy en 5 minutos.-

-Gracias.-

Me encanta tener a Jason de amigo, sé que él no me dejará en una fiesta extraña en medio de la noche. Mientras esperaba, le llamé a Will para decirle que ya había solucionado mi problema y en cualquier momento vendrían por mí. Cuando colgué, llegó Jason, y una sonrisa apareció en mi rostro.

¿Será...? (Fanfic Percabeth) (En Edición 54/89)Where stories live. Discover now