Oikawa [1]

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En ningún momento le dijeron que al aceptar cuidar a Takeru esa noche en el paquete estaría incluido el tío de este, que tiene diecisiete años y que puede cuidar al niño. Mira con desgano a los dos chicos y se va resignada hacia la cocina.

Tal parece que el adolescente se quedará a dormir porque quiere estudiar tranquilo y en casa sus padres tendrían una reunión con amigos; no puede hacer nada con eso, así que lo dejará tranquilo y se centrará en el niño por el que le pagarán.

Busca en la nevera y la alacena ingredientes para la cena, aunque no está segura de sí el chico comerá.

Y como si lo hubiera invocado con el pensamiento, aparece con una sonrisa colgada en su rostro.

—Oye, ¿cómo te llamas?

—Nayumi—dice sacando algunas cazuelas para ver cuál puede utilizar.

—Oh. Nayu-chan~ ¿Qué harás de cenar? —Se acerca a la mesa para ver qué es lo que hará—. ¡¿Harás croquetas?!

Ella deja caer la cacerola al escucharlo gritar tan emocionado. La recoge y se vuelve hacia él.

—En primera, no me digas Nayu por favor. Y sí, haré croquetas; no soy una gran cocinera, pero se me dan bien.

—De acuerdo, Nayumi-chan~—acepta no llamarla de esa forma—. Me gustan mucho las croquetas, y... ¿puedes hacer osuimono?

Lo piensa un momento al tiempo que pone la cacerola en la cocina, sabe que no es tan complicada de hacer, pero en realidad no recuerda los ingredientes.

—¿O Hijiki no nimono? ¿Tal vez takoyaki? ¿Kasu Jiru?

—¿No quieres también temaki ebi? —Lo cuestiona un poco irritada con tanto que le está sugiriendo. No mintió cuando dijo que no es una gran cocinera, apenas y le sale bien la sopa miso como para estar haciendo cosas complicadas—. A lo mucho puedo aceptar hacer kakitama jiru.

Oikawa sonríe y se ofrece a ayudarle a pelar las papas y sacar los huevos en un bol.

Takeru se ha quedado viendo televisión, están pasando su anime favorito por lo que no tiene mucho interés en lo que estén preparando para cenar. Su única expectativa es que sepa bien y que después Nayumi le ayude con sus tareas, necesita mejorar sus calificaciones en matemáticas para mantener su buen promedio.

Y mientras los otros dos se mantienen ocupados cocinando, en especial ella que está calentando la sopa de pescado que habían hecho para el almuerzo de ese día.

—¡Ay! —Nayumi se da la vuelta para encontrarse al chico con el dedo metido en la boca a causa de una obvia cortada.

—Traeré una bandita—dice con una expresión propia de alguien que ya sabía que eso iba a pasar.

Regresa al poco tiempo después de revisar los dos baños y se la pasa, el chico la mira como niño pequeño que ha hecho algo malo y no quiere ser regañado.

—No te vuelvas a cortar, sabrá a sangre la comida—comenta poniendo a calentar el aceite desde ya.

—¡Sí~! Oye, Nayumi-chan. ¿Cuántos años tienes?

—Los mismos que tú. Voy a tercer año en Shiratorizawa—Ella se fija en la expresión de desagrado del castaño que solo escuchar esa palabra tiembla—. Y soy compañera de Wakatoshi-san.

—Uhg. Bien por ti.

Ella no oculta su pequeña risa por la deformación de su cara al escuchar el apellido de su compañero, parece que no le agrada.

Cien y Una Historias [OneShots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora