Cap. 5: Espera.

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-¡Doble D, espérame!

Él se detuvo, Marie cruzó la calle corriendo a toda velocidad en su dirección. Se la veía contenta, con algo que necesitaba decirle. Y una vez se encontró a su lado, sonrió, empezando por felicitarle por su nuevo trabajo.

-No es para tanto –sonrió Doble D, rascándose un poco la cabeza-. En serio.

-¡No! Todos los doctores hablan bien de ti. Y todos felicitan al doctor James por su "ayudante especial".

Él solo soltó una risita, se sentía raro cuando las personas le halagaban, y honestamente no tenía idea de cómo actuar.

-¡Entonces! –Marie se volteó hacia él. Tuvo que levantar un poco la cabeza para verle a los ojos-. Como siempre, ¿te hago un espacio en la mesa o te voy a buscar?

En ese momento Doble D sintió cómo se sonrojaba. Era cierto, no le había avisado a Marie. Odiaba dejar a la gente con falsas ilusiones, pero se vio obligado a bajar la cabeza y hacérselo saber, por lástima que le dio:

-Sobre eso... perdóname, Marie. Es que tenía planeado algo con mi paciente y no creo poder almorzar contigo hoy... Digo, en el hospital... Lo siento, debí haberte avisado.

El rostro de Marie a medida que escuchaba las palabras fue pasando de emocionado a ligeramente triste. Doble D no pudo evitar bajar la mirada arrepentido, pensando en que debió decirle antes. Se sintió tonto por eso, y casi (solo casi) estuvo a punto de decirle que podía cancelar con Kevin e irse con ella. Pero descartó la idea pocos segundos después de pensarla; no podía hacer eso, Kevin merecía lo que tenía preparado para él.

-Bueno... -Marie suspiró-. Está bien.

Doble D se volvió a ella, que ahora había cambiado su expresión, se veía más feliz. Algo en esto lo hizo sentirse un poco aliviado.

-No importa, Edd –dijo Marie-. Seguro que hoy consigo comer con alguien más, no te preocupes.

Sonrió un poco y adelantó el paso, dejándolo solo en la vereda, frente al departamento de trastornos psicóticos. A pesar de su actitud, Doble D pudo intuir que en realidad no le daba igual.

***

-Bueno, ya está.

Sentado en la cama, Doble D levantó la cabeza, para pegar de pronto un pequeño saltito al ver a Kevin parado en diagonal a él, mirando distraído a su alrededor con la toalla atada en la cintura, y únicamente una toalla.

Sintió que su corazón se aceleraba inexplicablemente, y su rostro se sonrojaba poco a poco. Intentó quitar los ojos de encima del abdomen de Kevin, pero por alguna razón no fue capaz. Él pareció darse cuenta de esto, fue entonces cuando las manos de Edd comenzaron a temblar, sin saber muy bien por qué, y consiguió rápidamente subir la cabeza hasta mirarle a los ojos, buscando empezar una conversación.

-Bu-Bueno, Kevin –dijo, nervioso, mirando su cabello mojado-. De-Deberías peinarte.

-¿Qué? –Él llevó una mano a su cabello, al tiempo que se sentaba a su lado-. Neh, se seca solo.

-No dije secar, dije peinar –Doble D se acomodó mientras tomaba un peine de la bolsa de cosas nuevas que le había traído-. No puedes dejarlo así.

Acto seguido y con un suave movimiento, comenzó a peinarle el cabello. Si bien éste lucía enredado, la verdad era que no lo estaba en absoluto. El peine pasó delicadamente entre sus cabellos naranja, que, ahora Doble D se daba cuenta, tenían un olor exquisito. Por alguna razón, el cabello de Kevin poseía cierto aroma aparentemente natural que le encantaba.

[PAUSADA] Si Estoy Loco, Es Gracias A Ti. *Yaoi*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora