Capítulo VII [AU]

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-¿Vendrás esta noche a la fiesta de disfraces? -me preguntó Joana.

-¿Otra vez con eso? No. Además no tengo disfraz -le respondí.-Noel ha comprado dos porque  no se decidía, puedes llevar el que no va a ponerse, te hace falta salir -me recriminó Lia.

-¿Para qué? Si total, en opinión de todos ya ando disfrazado todo el año ¿no?-.

-Pues vamos a ir todos después de cenar. Anímate Harry-

-Buah, no sé, ya veré-.
Volví a mi mostrador atendiendo llamadas cuando llegó un mensajero que me dijo:
-Tengo una entrega urgente para Louis Tomlinson ¿me la puedes firmar?-.

-Sí claro -le contesté. Firmé y me la entregó. Palpé el paquete y noté que era algo blandito, como una prenda o algo por el estilo.
Llamé a Louis y le dije que le había llegado un paquete. Me pidió que se lo acercara al despacho. En cuanto me vió aparecer por su puerta exclamó:

- ¡Por fin! Llegaré tarde a una cita y me he manchado la camisa con el tóner de la impresora. ¿Habrán enviado lo que he pedido?- dijo y se quitó la camisa manchada sin ninguna impunidad ante mis ojos.
Tenía un torso perfecto en un cuerpo bien trabajado.

Carne de gimnasio!!¡Madre mía, me quería morir!

Intenté disimular pero había clavado mi vista en sus perfectos abdominales y por más que luchaba mis ojos no se iban de allí. Louis se me quedó mirando y no sabía por qué. Hasta que me dijo:
-Bueno, ¿vas a darme esa camisa?-.

-Ah, perdón claro .... -balbuceé y le ordené a mis piernas que abandonaran su despacho pero no me respondieron -¿Te sientes violento? -me dijo de una forma perversa. -Lo... lo siento, tengo trabajo -le dije señalando el exterior de su despacho y salí huyendo del poder que tenía sobre mí ese hombre sin despedirme.

Gracias a Dios no volví a cruzarme con él en lo que quedaba de la jornada. Por la noche saqué a Chester a pasear, se me escapó y tuve que recorrer dos manzanas intentando pillarlo.
Era horrible. Ni mi mascota me respetaba.

Me fui a cenar a casa de Noel y Lia, me disculpé por llegar tarde y les relaté lo que me había pasado con Chester y no sé si fue por las copas de vino de más que me había tomado durante la cena pero llegaron a convencerme de acompañarlos a la dichosa fiesta de disfraces. Al final, Noel se decidió por el disfraz de egipcio y me entregó a mí el de Caperucita.
Constaba de un pantalón negro ajustado, una camisa un poco suelta y desabotonada hasta el pecho.

Me até la capa al cuello y cayó hasta mis caderas.
Luego se empeñó en alborotar un poco mi cabellera rizada y subir la capucha.

-¡Ni yo misma te reconozco y he sido la que te ha vestido! -me dijo Lia al mismo tiempo que me entregaba el antifaz rojo.

-¿Y este es el disfraz de Caperucita? ¡Pues cómo ha cambiado el cuento!- exclamé en cuanto me miré en el espejo y ví a un Harry que no tenía nada en común conmigo, mi cuerpo se amoldaba perfectamente al pantalón haciendo relucir  mis piernas.

Era sexy y atractivo... ¿Estaré soñando?

-Mierda! Harry si me dicen que eres tú no me la creo, eres la versión explosiva de Caperucita -dijo Noel. -Me falta el cartel de rentable, no te digo-.

-Nada de eso, si te vistieses como Dios manda y le sacaras partido al cuerpazo que tienes ligarías más que tu jefe- agregó Lia.

-Genial, tú recuérdamelo. No puedo quitarme sus abdominales de la cabeza- Noel se rió y al final salimos hacia el evento...

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•El Espanta Hombres• |Larry| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora