•El Espanta Hombres• |Larry|

Capitulo II

Hace años que entré como becario en aquella oficina y pese a tener un contrato a tiempo completo desde hacía tiempo, continuaba esperando el ascenso prometido y salir de la centralita. Pero nunca llegaba.

A veces creía que ni sabían que existía y puede que la culpa la tuviese mi indumentaria, si dejara de usar mis típicos chalecos quizás se darían cuenta de que la central de llamadas no se atendía sola.
Encima era el típico que no sabía decir No, y cuando me pedían que hiciese tareas que no estaban estipuladas en mi contrato iba como un borreguito y lo hacía.

Aquella mañana tomé mi coche y recordé casi por casualidad que tenía que recoger a una de mis pocas amigas,Lia , por que se le ha estropeado el suyo. Si llego a olvidarme me mata, pero claro ¿Os recuerdo el desastre que soy?

-Ya pensé que te habías olvidado de mí, vamos a coger la hora punta en la autovía -me recriminó Lia subiéndose a mi coche destartalado.

-¿Cómo iba a olvidarme? -repuse poniendo los ojos en blanco e intentando ser convincente y esconder mi sentido de vergüenza pensando en que sí, casi me había olvidado de ella.

-¿Qué tal tu fin de semana? Nosotros salimos el sábado a cenar a un hindú y a un local nuevo, por cierto ví a tu jefe muy bien acompañado por un pelinegro bien dotado-.

-Ya, lo raro es no verlo acompañado por alguien despampanante. Pues mi fin de semana lo pasé de colada y ordenando mi pequeña biblioteca por orden alfabético-.

-Por orden... ¿quééé? Harry Tienes que salir más. ¿Vienes a cenar esta noche?-.

-Sí claro, no tengo ningún plan mejor que hacer de carabina a mis mejores amigos -le dije con resignación.

-Noel va a cocinar esta noche, si quieres le digo que invite a algún compañero de trabajo-

-Ni se te ocurra, más citas a ciegas no por favor, siempre acaban en desastre. -Si me hicieses caso y cambiases un poco tu aspecto quizá ayudaría a pasar de la primera cita. -Bla, bla, bla -le asesté como siempre que sacaba el tema y cambié radicalmente de conversación:

-Mañana llega mi nuevo coche. -

-Menos mal que en algo si cambias, comenzaba a preocuparme de qué pensarían los vecinos cuando vienes a casa y ven tu coche aparcado-

Sabía que bromeaba así que me limité a echarle la lengua y por fin aparqué en el subterráneo del edificio..

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