PARTE VI: DISNEYLAND

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Nosotras seguíamos siendo las nuevas mejores ''amigas'' y después de lo que pasó la noche que nos quedamos en casa, nos volvimos inseparables. A ella le gustaba usar mi ropa y la lucía sin problemas, quedábamos casi todos los días (aunque no siempre lo mostraba en los vlogs) y yo, presa del momento, terminé enamorándome más. No sabía qué pensar de ella, si estaba sintiendo lo mismo y no tenía alguna señal más desde la vez que me tomó de la mano en el taxi, a lo mejor esperaba que yo hiciera algo. 

Para mi buena suerte, nos invitaron a mí y a Rush a Disneyland, de nuevo pero esta vez María vendría con nosotros. ¡No podía estar más contenta! Ir a Disney y tenerla cerca todo el tiempo era lo mejor que me podía pasar, me había prometido que esta vez sí haría algo para matar las dudas de una vez. 

Antes del viaje, ella se quedó en casa conmigo y luego fuimos al aeropuerto, junto con Rush. Nos sentamos juntas, claro. Durante el viaje primero vimos una peli, luego ella se hizo a un lado y empezó a oír música con los cascos puestos, ignorándome totalmente. Rush me miraba todo el rato con sonrisa de que sospechaba algo, yo le miraba y negaba todo. María pasó de mí hasta que se quedó dormida recostándose sobre mí... es tan pequeña que tuve que bajar un poco para darle el hombro.

Cuando llegamos nos dieron una habitación para las dos y una sola para Rush. No podía estar más feliz, por su puesto. Antes de desayunar María me preguntó si había dormido bien durante el viaje, yo le respondí que sí, que llegué con el brazo muerto pero durmiendo bien. Me encantaba tantas cosas de ella, pero disfrutaba más haciéndola reír.

Luego de visitar todo el parque, los juegos y tantos lugares más, llegó la noche. Teníamos que estar en el hotel a una hora determinada para evitar problemas y tal. Nos despedimos de Rush y fuimos a nuestra habitación. Cuando llegamos me empecé a poner nerviosa, me sentía tan rara de entrar ahí y estar a solas con ella, como si fuera la primera vez, me invadía el miedo por completo.

- ¿Vamos a dormir ya? - Me preguntó.

- Supongo.

Yo lo que menos quería era dormir. Aún estaba con toda la emoción de haber visitado Disney, de nuevo, y encima tenerla ahí sin saber qué decir o hacer. Me tumbé sobre la cama, porque no se me ocurría otra cosa por hacer, ella estaba sentada en la suya, mirándome con las piernas cruzadas y sosteniéndose con las manos. La miraba de reojo y me sonreía. 

- Melo.

- Dime.

- Tus chicas me odian.

- ¿Mis chicas? ¿Pero qué hablas? ¿Qué chicas? - 

Con todo el susto del mundo me senté, por un momento creí que las personas del pasado habían regresado o algo así. Y ahí estábamos, ella encarándome y yo dando explicaciones.

- Me odian por aparecer tanto en tus vídeos últimamente.

- ¡Ahhh! Vale... me asustaste.

- ¿Por qué?

- No, nada, nada... ehm, pero ¿Qué dices? ¿Qué te pasa María?

Ella empezó a reírse, luego se tumbó sobre la cama, mirando el techo. Me contó que varias personas habían notado que de vez en cuando usaba ropa mía y que les parecía que ella era de ese tipo de personas interesadas que aparecen de la nada para arruinar mi vida. Le contesté que por su puesto no pienso igual, que ella iba a aparecer en los vídeos cuando yo quisiera y que la ropa que ella quería usar me la podía pedir, no tenía problemas. Luego me preguntó si me había puesto a pensar en lo que ella pensaba al respecto.

- ¿Te afecta eso? - Le pregunté.

- No, me da igual, es lo que menos me importa ahora.

- Pues ya está, ignoremos eso. 

- Melo.

- Vas a ver que al final te terminan queriendo...

- Ven aquí.

Le hice caso. Me acosté a su lado, mirando el techo, puse mis manos sobre mi abdomen porque no me atrevía a tomar la suya. Tenía el corazón a punto de explotar, creía que esa era la señal definitiva para decirle las cosas tal cual las pensaba y no quería dejar escapar esa oportunidad.

- Así me siento más segura. - Me dijo, girando su cuerpo hacia mí y recostándose sobre su brazo. 

Yo también giré, me acomodé lo mejor posible y ella se acurrucó cerca a mí. Le abracé sutilmente mientras le decía que había esperado por mucho tiempo que ese momento llegara. Nos quedamos en silencio porque las palabras sobraban. En mi mente sonaba esa canción de The Kooks que alguna vez me pidió escuchar, Petulia

Le susurré que me estaba haciendo muy feliz. Ella  buscó mis ojos con los suyos y acercó su frente contra la mía mientras tomaba una de mis mejillas.

- Te quiero - Susurró. Yo sonreí mientras tomaba con una de mis manos su cara, jugaba son su pelo suavemente y disfrutaba cada centímetro de su piel. Empecé a temblar. Me acerqué a ella sin apartar mis ojos de los suyos. Noté que los había cerrado y entendí por fin que había llegado el momento. 

Lo que no se puede negar | MELEPE = Yellow Mellow & Cadepe | FANFICWhere stories live. Discover now