PARTE V: EN CASA.

6.6K 173 14
                                    


María eligió ver El Rey León y  no me opuse aunque sabía que terminaría llorando. Durante toda la peli ella parecía estar concentrada y no recordar lo que pasó en el taxi, yo en cambio estaba nerviosa y ansiosa, pensando todo el rato en lo que hizo. De vez en cuando se tumbaba sobre mis piernas y la confianza era tal que en algún momento yo tomé su cabello y empecé a jugar con él.

- Para.

- ¿Por qué?

- No me dejas ver la peli.

- Vale.

Su actitud a veces de niña consentida me calmaban las ganas que tenía de hacer muchas cosas, pero también estaban ahí todos esos pensamientos: Melo, ¡Que es hetero! Ya, pero yo no y tengo derecho de sentir lo que quiera porque para algo soy mía. Pequeños conflictos dentro de mi cabeza.

Antes de que la peli terminara yo ya tenía la mente apunto de explotar, ella seguía sobre mis piernas, de tanto darle vuelta al asunto no había notado que se había quedado dormida. Me paré con cuidado y la dejé ahí sobre el sofá. Fui al baño y me miré en el espejo, me mojé un poco los labios ¿Por qué siempre están resecos? Joder. Me lavé las manos, no tenía idea de qué hacer. ¿La despierto? ¿Le debería llevar a su casa? ¿Subí el vídeo hoy? 

Llamé a Juanma para contarle porque era el único que podía saber y sí, fui breve pero sincera. La conversación que tuvimos fue extensa, tal vez estuvimos al móvil media hora y fue lo mejor que pude haber hecho. Terminé aclarando lo que yo sentía y siempre quería ocultar: Ella me gustaba, sí, pero esto ya no dependía mucho de mí y lo mejor era calmar la situación.

Cuando terminamos la conversación, me cepillé los dientes y salí del baño: Se supone que lo que iba hacer era dejarla dormir en el sofá y yo intentar dormir en la cama, en mi cama. Si por alguna razón ella se despertaba podía irse o podía seguir durmiendo o podía ir donde yo estaba y complicar todo, pero bueno.

Di diez mil vueltas en mi cama, toda la casa en silencio, toda la puta ciudad en silencio ¡COÑO! Hasta podía oír su respiración y me estaba empezando a sentir culpable. Me paré cerca al armario, quería verla a lo lejos... parecía una niña, se me hacía un nudo en la garganta poder tenerla tan cerca y no poder hacer nada. Hasta que despertó de la nada, asustada y con la mirada perdida.

- ¿Melo?

- Te dormiste.

- ¿Qué hora es?

- Tarde.

- Ya... 

Ella se paró, fue hasta el baño y se quedó ahí por un rato haciéndome creer que estaba enfadada o algo, obviamente no me equivoqué: Cuando salió estaba muy seria, me miró y me preguntó que por qué no le había despertado. Me disculpé pero ella seguía cabreada y yo en verdad no estaba de acuerdo, no eres justa, joder. 

- Si quieres te llevo...

- ¿Quieres que me vaya?

- No. Bueno, solo... si tú quieres irte...

Se sentó de nuevo en el sofá, mirando por la ventana mientras me contaba lo que había soñado. Me preguntó si había terminado de ver la película y le dije que sí, también le mentí que volví a llorar. Le quería cambiar el tema y hacerla reír con lo que sea. Llegó un momento en el que su seriedad se convirtió en preocupación, su cara me lo decía y yo entendía el porqué: Tenía miedo. 

- Oye, en serio... si quieres te pido un taxi.

- Es que no quiero... no quiero irme. - Me respondió mirándome a los ojos y yo con todas las ganas de ir y abrazarla pero aún no quería joder nada, además, Juanma me lo dijo: Si pisaba mal esto podía terminar mal para las dos. 

Puse algo de música para que el ambiente extraño desaparezca, al menos le gustaba los Red Hot. Le preparé café y le presté algo de ropa (que ella misma escogió). Amanecimos conversando de todo lo que se nos pudo ocurrir. Yo estaba tan feliz... que el miedo no me importaba más. Me daba igual todo ya.

Lo que no se puede negar | MELEPE = Yellow Mellow & Cadepe | FANFICWhere stories live. Discover now