Capítulo 5: Rehabilitación

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Naruto Namikaze

Llegué aquel día a casa agotado y pensativo... nunca había conocido a un chico como Sasuke, de verdad que ese chico me traía de cabeza, era un maldito cabezón que no consentía que le ayudasen y no sé cómo nos iba a ir al día siguiente. No creí que Sasuke fuera a ser un chico fácil de tratar y desde luego no sé si estaba por la labor de hacerme caso a los ejercicios que tenía que realizar.

Pedí a mi restaurante tailandés favorito que me trajesen la cena y mientras esperaba a que llegasen, estuve leyendo los informes médicos, se había fracturado el húmero en la caída y había estado algo más de un mes escayolado. Iba a empezar a planificar los ejercicios que necesitaba hacer ese chico cuando tocaron el timbre y abrí la puerta encontrándome a mi hermana Ino allí con las bolsas de comida del restaurante tailandés.

- Hola hermanito – me dijo sonriendo – te he traído la cena, me los he cruzado abajo y no te preocupes... - dijo sin dejarme intervenir aún en la conversación – ya he pagado yo, no la he robado ni nada parecido.

- ¿Ino?

- ¿Sabías que no es nada bueno comer este tipo de comida todos los días verdad?

- Ino – la llamé de nuevo.

- Menos mal que estoy yo por aquí para ayudarte, mira que desorden.

- Ino – le grité para que callase y me miró por fin.

- ¿Qué ocurre? – preguntó.

- Al menos un abrazo a tu hermano lo primero ¿no? – le dije sonriendo y ella vino con una sonrisa a abrazarme.

Al final me tocó poner la mesa para los dos o más bien... hacer sitio en la mesa porque como siempre, yo tenía todo tirado por todos los lados. Ino me reprendió como siempre por ser un desorden, pero ella me conocía mejor que nadie, sabía que cuando vivía con nuestros padres mi habitación siempre estaba igual, de hecho... sólo estuvo recogida, limpia y ordenada el tiempo cuando era pequeño y compartía habitación con Deidara y porque era mi hermano quien limpiaba y recogía, él siempre fue el maniático del orden... así se hizo veterinario.

Cené con Ino y le pregunté por sus clases, ella acababa de entrar en la facultad y aproveché a preguntarle por si conocía a Sakon y a Ukon ya que Itachi les había mentido, ellos debían de tener la edad de mi hermana, la edad de Sasuke... unos veinte años, así que quizá los conocía y sí que los conocía, de hecho me dijo que ojala no los hubiera conocido nunca, eran hijos de un gran empresario, de hecho... eran los hijos de Orochimaru y yo me extrañé, pero claro... yo no pude ir al compromiso de mi hermano y no los había conocido.

- ¿Cómo son esos chicos? – le pregunté preocupado.

- Raros – me dijo Ino – siempre andan en problemas y no sé... espero que Deidara sepa donde se ha metido y pueda controlarlos, quizá pueda hacerles ver el buen camino, pero por el momento siguen siendo chicos problemáticos, es mejor no conocerles. Si puedes evitarlos es mejor no cruzarse en su camino.

Acabamos de cenar y empecé a hacer el listado de los ejercicios que Sasuke necesitaría para recuperar su brazo. Ino mientras yo trabajaba, me arregló un poco la casa, pero cuando llegó a la mesa y vio el nombre del paciente, se alarmó.

- ¿Trabajas con Sasuke Uchiha? – me preguntó.

- Sí ¿Lo conoces? – le pregunté.

- Vino a mi clase un tiempo, pero lo dejó muy pronto, el primer año de instituto desapareció, no volvimos a saber nada de él. Me llegaron rumores de que se había ido al extranjero a estudiar. No sabía que había vuelto.

Un médico para papá (Naruto: Naru-Sasu, Ita-Dei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora