Capítulo 4: Casado

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Deidara Namikaze

Mis padres me habían dicho que Naruto había sacado por fin la plaza y no pude resistirme a llamar. Acababa de levantarme y me puse una bata para no coger frío mientras bajaba a la cocina, allí estaba Orochimaru desayunando su café de todos los días mientras leía el periódico.

- Buenos días.

- Buenos días Deidara – dijo Orochimaru sin mirarme tomando un sorbo de su café - ¿Has dormido bien?

- Sí – le mentí – creí que ya te habías marchado al trabajo.

- Hoy voy un poco más tarde. Ven cielo, siéntate a tomar un café conmigo – dijo sonriendo y cogí una taza de café sentándome frente a él.

Miré a Orochimaru tomarse el café tranquilamente, a él le gustaba el silencio en la mesa mientras se informaba leyendo el periódico. Sus hijos no tardaron en bajar y es que él ya había tenido una esposa antes, cuando me casé con él, estaba viudo desde hacía bastantes años y tenía deseos de encontrar el amor de nuevo o eso me hizo creer a mí, creo que me equivoqué al creerle, pero ya no tenía escapatoria, estaba atrapado en esta familia.

- Buenos días niños – dijo Orochimaru y los tres se callaron de golpe.

- Buenos días – les dije y tanto Sakon como Ukon se sentaron a la mesa.

Kabuto, el mayor de los hijos de Orochimaru ya con veintinueve años, dio la vuelta a la mesa pasando tras mi silla y sentándose a mi lado.

- Buenos días Deidara – me dijo sonriendo.

Fui a tomar un sorbo de mi café cuando sentí la mano de Kabuto bajo la mesa acariciando mi pierna y agaché la mano tratando de quitarla, pero él sonreía y continuaba intentando llegar a mi miembro mientras los gemelos delante veían mi cara de sufrimiento y sonreían sabiendo lo que ocurría. Orochimaru seguía leyendo el periódico sin darse ni cuenta y yo cada vez estaba más nervioso, ¿Cómo era posible que sus hijos hicieran estas cosas? Así era mi matrimonio... tratando de huir de los hijos de mi esposo, viviendo atemorizado de que Orochimaru se enterase de lo que sus hijos me hacían cuando él no se enteraba y sus hijos disfrutaban chantajeándome para salirse con la suya.

- Por favor – le dije a Kabuto tratando de que parase de hacer esto delante de su padre.

- Ven luego a mi cuarto y te prometo que paro ahora mismo, él no se enterará – me amenazó.

- Vale pero para – le supliqué y Kabuto apartó su mano de mi pierna.

¿Qué había pasado con mi vida y con mi carácter? Yo nunca fui así, siempre supe poner a todos en su lugar y ahora ya no podía, tenía miedo de hacer las cosas mal, tenía miedo de los hijos de mi esposo... tenía miedo de mi esposo. Desayuné en silencio bajo la atenta mirada de Kabuto. Cuando acabaron, se marcharon los gemelos a preparar sus cosas para ir al instituto y Kabuto se marchó a su habitación a estudiar recordándome que subiera luego a verle.

Miré a Orochimaru cuando nos quedamos a solas y me dispuse a hablar entonces pero él me mandó callar mientras terminaba de leer la última página, así que mantuve el silencio y empecé a recoger la mesa.

- Habla ahora Dei – me dijo y me giré a mirarle.

- Quería poder llamar a mi hermano – le comenté – me han dicho que ha sacado la plaza fija en el hospital y quería felicitarle.

Orochimaru me miró y sonrió.

- Claro que puedes llamar a tu hermano Dei, ahí tienes el teléfono.

Un médico para papá (Naruto: Naru-Sasu, Ita-Dei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora