CAPITULO 12

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Unos rayos de sol. Molestos. Entraron por la ventana, me tape los ojos con la mano, pero me acordé de con quien estaba. Miré a mi lado, y ahí estaba él durmiendo boca abajo. Me levante de la cama cuando vi que eran las 5:30 de la mañana. Busqué el pijama por el suelo, y me lo puse. Cogí el bolso y miré a Peter que aun seguía durmiendo. No sabia si creerle o si no. Suspiré. Y salí de la cabaña cerrando la puerta con cuidado.

Camine sin hacer mucho ruido hasta salir a la cabaña de las chicas. Subí las pocas escaleras que había en mi cabaña y abrí al puerta con cuidado. Sonreí ante la escena. Euge y Nico. Los dos tapados y acurrucados en una sola cama. Me reí bajo. Deje el bolso en la cama vacía, y camine hasta el armario y cogí una ropa cualquiera, entre al baño y me quite el pijama, para después meterme en la ducha. Me bañe rápidamente. Tenia que ir rápido a la cocina. ¿Se acuerdan del castigo, no?. Pues eso. Salí de la ducha, y me vestí, me peine y seque el cabello. Después abrí la puerta del baño, encontrándome con una gran sorpresa.

Nico estaba parado frente a mi. Desnudo. Me miró sorprendido. Yo comencé a reírme y él rápidamente entro al baño y cerro la puerta. Miré a Euge que me miraba también sorprendía. Y comencé a carcajearme. Caminé hasta su cama y me senté. Ella se tapo con las sabanas.

- ¿Enserio te estrenaste con eso? -me burlé. Ella me tiro una almohada.

- Cállate.

- Debió haberte dolido -dije mirándola sin poder parar de reírme.

- No voy a hablar de mi vida sexual contigo, Lali -se sonrojo.

- Aw -hice un puchero- Seguro despues me lo dices -dije levantándome.

- ¿Donde vas? -preguntó mirándome y levantándose de la cama aun tapada por la manta.

- Al castigo que nos puso a Peter y a mi, Rochi -dije poniéndome los zapatos.

- ¿Un castigo? -preguntó. La miré.

- Bueno, fue cuando tu me abandonaste en el lago por estar con tu novio -la moleste. Ella entrecerró los ojos.

- Eres una mala persona Lali. Me haces sentir mal -se cruzo de brazos hacia puchero. La abracé.

- Sabes que no -dije dándole un beso en la mejilla- Me voy.

Ella se despidió con la mano, y yo salí de la cabaña. Caminé hasta la cocina del campamento. Suspiré, cuando estuve frente a la puerta. La empujé y entre. Ya estaban allí Rochi y Peter hablando, Rochi me miró y después lo miró a él.

- Explícale que tiene que hacer -dijo pasando por mi lado, y cerrando la puerta. Lo miré. Él me miro y me señalo la nevera.

- Tenemos que cocinar -dijo seco y se giró a la nevera. La abrió, mirando que había dentro. Caminé hasta la encimera y me apoye en ella, mire hacia abajo.

- ¿A qué horas te levantaste? -pregunté sin mirarlo.

- Despues de que te fueras de la cabaña -respondió también sin mirarme. Él saco unas zanahorias, y unas papas. Después fue hacia un estante y saco una bolsa de caldo. Hice una mueca rara, me miró- ¿No te gusta la sopa?

- La odio -conteste. Él sonrió, y tiro la bolsa de caldo a la encimera.

- Pues es lo que hoy comeremos -dijo con un cuchillo caminando hacia mí, y posicionándose a mi lado, para comenzar a cortar la zanahoria. Me miró- ¿Qué haces? -pregunto como si no fuera obvio.

- Nada.

- Por eso -comentó sarcástico- Llena una olla de agua.

Puse los ojos en blanco, y camine hasta debajo del fregadero. Me agache y abrí el estante de abajo para sacar una olla. La cogí y la puse encima del fregadero, comencé a llenarla de agua. Me di la vuelta y vi a Peter cortando las zanahorias como si lo hubiera echo antes.

- ¿Lo has echo antes? -pregunté mirando como cortaba.

- Si -respondió sin mirarme- Mi padre trabaja en un catering

Asentí y me dí la vuelta. Apague el grifo del agua. Y cogí la olla para ponerla en el fogón.

- ¿Le echo la sopa no? -pregunté mirando a Peter. Él me miró frunciendo el ceño. Eso hizo que se cortara.

- La puta madre -susurró viendo como brotaba sangre de su dedo. Me reí. Él me miro molesto.

- Espera.

Me adelante a ir al baño de la cocina y busqué el botiquín. Lo encontré. Fui a la cocina, Peter estaba sentado en una silla tapándose el dedo con una servilleta, me senté a su lado y puse el botiquin en la mesa. Le quite la servilleta. Y busque un pañuelo y alcohol. Le envolví el dedo. Él me miro.

- ¿Te arde? -pregunté. Él negó. Busque una curita y se la puse. Cerré de nuevo el botiquín- Ya esta, no era para tanto -dije mirándolo.

- No sabrás cocinar, pero eres una buena enfermera -comentó mirándose el dedo y sonriendo. Volvió a mirarme. Nos quedamos unos segundos así. Hasta que me acorde de la sopa. Desvié la mirada.

- Creo que deberíamos acabar de hacer la comida -dije levantándome de la silla. Pero Peter tiro de mi mano y me acerco a su rostro. Perfecto. Hermoso.

- ¿No me crees, verdad? -preguntó mirándome con aquellos ojos cafés. Sinceros. No hablé, el acaricio mi rostro- Perdón -una vez mas.

- Lo has dicho tantas veces que empiezo a creérmelo -respondí en susurros. Él suspiro.

-Lali estoy enamorado de ti, créeme -susurró.



""MUJERIEGO"" TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora