SEIS.

138 12 1
                                    


—Espera, ¿QUÉ? —el grito de Alan fue tan ensordecedor que provocó en mis oídos un pitido molesto. — ¿Embarazada? ¿Eres estúpida o qué? Si hiciste esto para retenerme es porque eres más estúpida de lo que creí, porque ni pienses que voy a arruinar mi vida por un mocoso gritón que ni mío debe de ser.

Eso sí me hizo reaccionar. ¿Cómo se atreve a decirme algo así, cuando sabe que él ha sido el único con el que he tenido relaciones sexuales?

— ¿No es tuyo? ¿No es tuyo? —repetí alzando la voz. — ¿Entonces de quién? ¿O es que ya olvidaste que era virgen? Por supuesto que es tuyo y tu estas involucrado en esto tanto como yo, porque por si no lo sabes se necesita de dos para hacer un bebé.

—Es verdad, pero tú estuviste tan entusiasmada como yo en hacerlo, así que si no tuviste las precauciones necesarias es tu problema, mira tú como te arreglas.

—Pero... —dije con voz entrecortada. —Es tu hijo, nuestro hijo, una parte de ti y de mí. Estoy segura que cuando lo veas cambiaras de opinión...

Corto mi balbuceo cuando empezó a reírse.

—Deja de decir estupideces, ¿quieres? Eso implica quedarme contigo, cosa que no haré. ¿En serio pensaste que te quería para una relación larga y duradera? Eres ilusa, me acerque a ti, porque sabía que conseguiría sexo seguro, después de todo, ¿Qué hombre no aprecia quitar la virginidad de una niña idiota que luce bien?

Solo lo mire, sintiéndome casi como basura. ¿Cómo había podido darle todo este tiempo de mi vida a alguien que me valoraba tan poco? Quería morir, ¿Qué haría ahora? Embarazada a los quince y peor aún me tocaría ser madre soltera.

—Eres un idiota, pero sabes que, está bien, vete. Yo solo podré salir adelante con mi hijo.

Me miro como si le hubiese dicho la cosa más graciosa del mundo.

—Creo que está de más decirte que no me busques, de todos modos ya iba siendo hora de que pasara de ti, ya no tienes nada nuevo que ofrecerme.

Y así sin más se fue.

●●●●●

Una hora más tarde me encontraba frente a la puerta de la habitación de Isa, creo que estaba un poco temerosa de su reacción. Armándome de valor toque suavemente.

— ¡Entra! Ya sé que eres tú, sabes cómo es de discreto papá.

Entre con la mirada fija en cualquier parte menos en ella. Siempre que estaba en su habitación, sentía que era transportada a una dimensión donde todo era colorido y alegre, eso me dio un poco de valor.

— ¿Estás bien? Te ves un poco pálida.

Me senté en la cama junto a ella y me aclare la garganta

—Vine hasta aquí porque necesito decirte algo —dije en voz baja. Saque el sobre que contenía la ecografía y se lo di.

— ¿Qué es esto?

—Léelo.

Observe atentamente mientras empezaba a leer, me di cuenta cuando comprendió lo que era cuando se puso pálida de golpe y vi el horror reflejado en su mirada, me hizo sentir aún más miserable.

— ¡Dios mío! ¿Estás embarazada? ¿De Alan? —sólo la mire fijamente. —Eso no sonó bien, por supuesto que es de él... ¿Qué hiciste Naia? —sus ojos se llenaron de lágrimas, al igual que los míos. —Apenas estas empezando a vivir. ¿Ya lo sabe? —asentí. — ¿Y? —negué con la cabeza mientras empezaba a llorar ruidosamente. —Desgraciado —dijo ferozmente, abrazándome. —No te preocupes, vas a estar bien, yo te ayudare en todo lo que pueda.

Eso solo me hizo llorar más fuerte.

●●●●●

— ¿Ya lo saben la tía Adriana y el tío Augusto?

—Papá aún no, mamá fue la que se dio cuenta, ella me hizo notar que tenía un retraso.

— ¿Cómo reacciono?

—Me obligo a tomar una pastilla abortiva.

Abrió mucho sus ojos.

—Y antes de que preguntes, gracias a Dios no hizo efecto.

—Jamás pensé que la tía sería capaz de algo así.

—Lo sé... Arruine mi vida ¿cierto? —dije con voz temblorosa. —Ni siquiera seré capaz de terminar la secundaria.

—No digas eso —dijo suavemente. —Soy una firme creyente de que todo pasa por algo, solo tienes que adaptarte lo mejor que puedas.

—Gracias —dije a punto de romper a llorar de nuevo. —Te quiero mucho y significa mucho para mí que estés a mi lado.

●●●●●

La mirada decepcionada de mi papá, era lo peor que me había pasado en la vida.

— ¿Por qué Naia? Siempre te he dado todo lo que has querido, siempre intento pasar contigo lo más que puedo, Adriana está todo el tiempo en casa, te dimos la charla sobre la protección no hace ni seis meses, que estúpidamente pensé que era muy pronto, ¿para que salgas con esto? Cuando te dije que no estabas en edad para salir con muchachos, admito que estaba siendo un padre celoso y sobreprotector, pero también porque soy hombre y se perfectamente lo que chicos de esa edad buscan y quería evitar que estuvieras en esta situación, pero veo que en realidad te importa muy poco lo que haga o diga, hasta me ocultaste que ya tenías novio. Eres mi única hija y te amo como no tienes idea, pero esto es lo peor que pudiste hacerme y no hablo de quedar embarazada, hablo de mentirme. Estoy muy decepcionado de ti, de ti y de tu madre. Te apoyare con todo esto, pero ten por seguro que entre tú y yo, las cosas no volverán a ser igual.

Dicho todo esto se apresuró a salir. El nunca salía tan tarde, este era siempre el horario familiar.

— ¿Estas feliz ahora?—me dijo mamá con resentimiento. — Tu padre está enojado conmigo gracias a tu irresponsabilidad, cuando te dije que le ocultaras por el momento tu noviazgo a tu padre, jamás pensé que serias lo suficiente estúpida como para quedarte embarazada. Si tu padre no me perdona y me deja, será toda tu culpa.


***********

¡Ya estoy de regreso!

Los extrañaba mucho <3



Mi Pedacito de CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora