Tras cerrar la puerta y pasar clave, su cuerpo me presiono a la pared más próxima en la oscuridad, respirando sobre mis labios. Acariciando mi mejillas, y los cabellos que salían de mi improvisada coleta del cabello.

Nuestras respiraciones eran agitadas, y lo notaba sonreír entre nuestros labios se tocaban apenas, beso mi barbilla, haciéndome subir el rostro y el besaba mi cuello. Tan lento que no se si disfrutaba o me era doloroso aquello.

- Por eso. – Sonrió dejando el último beso en mi cuello. – Estarás por mí en la próxima reunión a cargo. Serás mi voz.

Espera, ¿Qué?

- ¡¿Qué?!. – Me soltó riéndose mientras las luces se encendían y e iba por algo a la cocina. – Espera, ¿Qué dijiste?

- Como oíste dulzura. – Sonrió vertiendo jugo en un vaso. – No iré a la próxima reunión tengo un compromiso con la Base, así que dejo a la persona que encuentro más capaz de todas y mi más confiable. – Me ojeo mientras bebía.

Oh, este hombre era terriblemente malvado cuando se lo proponía.

- A ver, primero que nada NO. ¿Perdiste la cabeza Fabrizio? Sabes como soy en público, apenas y si puedo con una presentación de datos en estadísticas para los empresarios, no podría ponerme a hacer negocios con ellos, tu conoces los riesgos del negocio más que yo y en caso de que estos den un vuelco no se cuales sean tus prioridades a mantener.

- Las empresas Vittore tienen convenios para salud, educación y alimentación gratuita para los más cercanos de acuerdo al lugar donde se den dichas reuniones, si ellos quieren mercancía a cambio de convenios para alguno de estos el negocio entra, si no es así.

- Se rechaza a menos que se entregue un porcentaje de dichas negociaciones entre ellos a estas donaciones benéficas que mencionas, lo sé, pero.

- Entonces lo sabes todo. – Concluyó como si nada.

Nos quedamos unos segundos callados, observándonos, miré al fregadero y luego al refrigerador tratando de protestar.

- Deja de verte como menos a lo que eres, es un gran insulto María, deberías enfocarte en lo que sabes y trabajar, en aquello que no te sientes tan convencida de poder.

- Pues es bastante larga la lista.

Suspiró audiblemente y comenzó a enjuagar el vaso, dejándolo nuevamente donde estaba, era tan mínimamente ordenado, que no solo por lo terriblemente hermoso, sino educado, podría volver loca de suspiros a cualquier mujer.

- Lo intentaré.

Alzó el rostro hacía mi, alcanzándome para darme leves besos.

- Esa es mi chica. Ahora, a la cama, tengo clases en un par de horas. Tú puedes tomarte el día libre, mañana al volver al mundo de los negocios puedes pensarte en esas cosas, es tu tiempo libre, es una orden.

- ¿Te han dicho que abusas del poder?

Sonrió, dejándome un beso luego en la nariz.

- Buenas noches. – Sentí como en medio de sus brazos la niebla me atrapaba y dejaba totalmente adormilada.

No recuerdo que soñaba pero algo tenía que ver con chocolates con crema de maní, y café bien cargado con crema chantillí. Debo probar uno recién tenga la forma – Pensaba mientras analizaba despierta pero aun con los ojos cerrados, al abrirlos todo seguía igual de oscuro para cuando me dormí, luego recordé estaba bajo tierra, y giré sobre mi en la mullida cama de acolchados. El reloj de mesa daba las 4:40 pm, estaba segura había dejado la alarma para despertarme junto a Fabrizio, atraje mi teléfono con los dedos, tenia tres mensajes por leer en la aplicación, uno en bandeja y la alarma desactivada.

Saga Delucios 3: Magnate Atemporal (En Proceso)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum