-- Necesitaba algo de espacio con Eve- conteste.

-- ¿No crees que ya le das bastante tiempo a ella?

-- No- conteste- Para estar con mi hija siempre me faltara tiempo.

-- ¿Y nosotros?

-- Nosotros pasamos tiempo suficiente Darleene. De eso estoy seguro. Darleene, basta.

-- Peeta...

-- Luego nos vemos Darleene- y la deje afuera de la casa, sin importarme su enojo.

Adentro pensaba que por más que intentara enamorarme de ella no lo lograba. Me gustaba, pero no fue suficiente para lo que ella esperaba de mí y además estaba harto de esos celos que tiene por Eve. Creo que no estaba bien, porque Eve siempre seria parte de mi vida y era algo que ella debía aceptar.

En la noche le hable a Darleene para decirle que mañana iría a su casa durante la comida para que hablemos. Ella acepto con un tono muy serio. Me levante temprano para preparar los panes de la mañana y dejar a cargo a uno de mis ayudantes, decidí que era lo mejor para no encontrarme con Darleene, ya que estaba seguro que intentaría que habláramos sin importarle quien nos escuchara.

Había regresado justo en el momento en que Eve se marchaba a la escuela. Me pregunto porque no estaba en la panadería y le conteste que hoy quería descansar un poco. Le di un beso y le desee un buen día. Pensé en volverme a dormir, pero ya no tenía sueño así que me dirigí al cuarto donde pinto. Comenzaba a hacer una pintura donde Eve era la protagonista con su cuaderno de dibujo en sus piernas mirando a las vías de tren.

Me aparte para ver cómo iba con la pintura. Entonces me percate de algo, quizá ya lo había notado, pero me asombre de lo parecida que podía ser Eve a Katnis. Con nostalgia fui en busca de uno de los cuadros que Eve me pidió destruir y que escondí. Lo baje de una de las repisas altas que sabía que Eve no alcanzaba, para mirarlo. Acaricie su rostro intentando buscar la calidez que la protagonista de este dibujo desprendía, cuando escuche un ruido. Salí, para ir a mi cuarto donde encontré a Darleene que escondió rápidamente algo detrás de ella.

-- ¿Qué haces aquí?- le pregunte.

-- Como no fuiste a la panadería. No pude esperar a la comida, necesitaba saber que me ibas a decir.

-- Supongo que podemos hablar aquí- dije.

-- Peeta, no te enojes no quería arruinar la sorpresa-sonrío- Estoy tan emocionada. Oh Peeta me has hecho tan feliz.

-- ¿A qué te refieres?- le pregunte.

-- Eres tan bueno para fingir, que me siento mal por descubrir todo- me enseño la cajita donde guardaba el anillo que le iba a dar a Katniss.

-- ¿Dónde sacaste...?- descubrí que estuvo abriendo algunos cajones- ¿Estabas husmeando en mis cosas?

-- Quería acomodar tu ropa.

-- ¿Acomodarla?- me parece raro porque yo tengo mi ropa bien acomodada.

-- No te enojes. No arruinemos este momento- dijo acercándose a mí- Solo pídemelo.

-- Es que estas equivocada- le dije arrebatándole el anillo- Este anillo no es para ti.

-- ¿Qué?- me sentí mal al ver su dolor aparecer en su rostro- ¿Es para ella?- me pregunto.

-- Era para ella- dije con tristeza.

-- ¿Y no puede ser para mí?- me pregunto. Y sabía que no, este anillo nunca seria de ella y tengo que ser sincero por eso le respondí- No.

Regresando a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora