Capítulo 31

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Todos los personajes pertenecen a Suzanne Collins

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Capítulo 31

PoV Katniss

Peeta me tiene arrinconada contra una pared. Yo me sujeto fuertemente a él por miedo a caerme, debido a que mis piernas están perdiendo fuerzas, ya que el beso está provocando tantas emociones en mí. Sé que quiero más que un beso. Sé que desde que llegue al Distrito y vi a Peeta. Mi corazón no solo confirmo que nunca deje de amarlo, sino que todo mi cuerpo me pidió a gritos volver a entregarme a él.

Buscando respirar nos apartamos un poco, sin dejar de tener nuestros cuerpos pegados. Debido a que mi cuerpo y mi mente me piden más, vuelvo a acariciar su espalda y a besar su cuello, esto lo hace suspirar y su agarre se hace más fuerte. Me acerco a su oreja donde jalo y beso su lóbulo. Me gusta escuchar que él hace un sonido que me parece un gemido. Siento sus manos en mi trasero y sin decirme nada me levanta y yo entrecruzo mis piernas en su cintura. La sensación de chocar nuestras caderas ahora provoca en mí un gemido y con mis manos sujeto su rostro para volver a besarlo. Él me mira y dice.

--No te sueltes. Te voy a llevar arriba.

-- Está bien- digo, aunque quiero gritar de triunfo por lograr lo que quería.

Me sujeto con fuerza a él, sin embargo como he esperado todo esto le sigo besando el cuello. Mientras él me lleva por las escaleras a la planta alta. Ya ahí me baja y con una sonrisa me dice.

--Por tu culpa sentí que nos íbamos a caer por las escaleras. No me dejabas concentrarme y me costó mucho trabajo hacer que mis piernas reaccionaran.

-- Bueno es tu culpa por provocarme unas ganas terribles de besarte.

Nos volvemos a besar con el mismo deseo y desesperación. Lo acerco más a mí y siento como sus manos me quitan el suéter que llevo puesto. Desabotona mi blusa y ambas cosas salen fuera de mi cuerpo. Mi piel se eriza al sentir su mano acariciar mi estómago. Pienso como esas manos saben hacer panes, saben hacer pinturas hermosas y rayos en verdad saben acariciar mi cuerpo. Un suspiro sale de mi boca al sentir sus dedos entrar por debajo de mi brasier y acariciar mi pezón. En sus labios le digo.

-- ¿Te parece que esa es la manera correcta de tocar a la Madre de tu hija?

-- Si tan solo la Madre de mi hija no me enloqueciera, como lo hace. Quizá no la tocaría así, pero Katniss me estoy volviendo loco por tocarte y hacerte el amor.

-- Entonces vamos- le digo arrastrándolo adentro del cuarto, para llevarlo a la cama.

Sin soltarnos llegamos a la cama. Como quiero sentir su piel desabotono su camisa y con un movimiento rápido él se quita la interior paso mis dedos por su pecho y su torso firme. Aunque me parece que soy algo torpe en esto parece que está disfrutando de mis caricias en su cuerpo. Sus manos se pasean desde mi cadera por mi espalda hasta llegar a mi brasier desabrochándolo para dejar mis pechos a su disposición.

Él se apartó lentamente de mí y vi esa mirada intensa que solo aparecía cuando estaba pintando o en determinados momentos y ahora me miraba a mí, enrojezco y quiero taparme, aunque es tonto después de todo no es la primera vez que me ve así. De repente siento la inseguridad apoderarse de mí. Me da miedo que él sienta asco por mi cuerpo lleno de cicatrices o que mis torpes caricias o movimientos inexpertos, no lo complazcan totalmente.

-- ¿Qué ocurre?- me pregunta acariciando mi mejilla.

-- Nada-digo y me dirijo a besarlo.

Se aparta evitando mi beso- Katniss, quiero que me digas lo que pasa en tu mente. Antes de que malinterprete.

Regresando a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora