Capítulo 36

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Todos los personajes pertenecen a Suzanne Collins

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Capítulo 36

PoV Katniss

Como lo había prometido, durante toda la semana estuve pasando por Eve a la escuela. El primer día le pareció muy extraño verme parada fuera de su salón de clases. En cuanto la vi sin importarme si le molestaba o no la tome de la mano y la jale para llevarla fuera de la escuela. Afuera las amigas de Eve la llamaban, por eso nos detuvimos a esperarlas

-- ¿Por qué la señora Amabel te dejo salir antes?

-- No lo sé- contesta ella, mientras intentaba zafarse de mi mano.

-- Eve-escucho que susurra una de las niñas- ¿Por qué vino tu Mamá por ti?

-- No sé- contesta- Puedes soltar mi mano- me pide.

-- Está bien- acepto soltandola. Ella se voltea a platicar con sus amigas. Noto como todas tienen la mirada puesta en mí y eso me incomoda un poco.

Después de que Eve platicara con sus amigas, ambas seguimos nuestro camino a la casa. Era curioso que Eve tuviera tantas amigas, cuando yo nunca pude tener una conversación y menos amistad con mis compañeros de clase, solo había tenido una buena amiga durante la escuela y descubrí esa amistad hasta que regrese de los juegos. Agradecí que ella fuera como Peeta capaz de hacer que la gente se acercara.

-- ¿Por qué viniste por mí?-me pregunta.

-- Vendré por ti toda esta semana- le digo.

-- ¿Por qué?- me vuelve a preguntar.

-- Porque sí- respondo tajantemente.

Y así lo hice cada día de esa semana fui a recoger a mi ranita a la escuela. En cuanto la veía salir la tomaba de la mano y la llevaba de regreso a la casa. Sus amigas que no dejaban de verme al principio, ahora nos acompañaban casi hasta la misma aldea y me platicaban anécdotas divertidas de la escuela o fuera de esta, y aunque Eve se veía seria a veces reía y me permitía sostener su mano hasta que llegábamos a su casa para comer con Peeta.

Sin darme ningún problema Amabel se marchó del Distrito para alegría de Mi ranita, Peeta y yo. Con esa mujer lejos de ella vimos que nuevamente el rostro de Eve volvía a notarse sereno y alegre. Me encantaba volver a verla animada, alegre, inclusive adoraba que me volviera a retar, por esa razón Peeta y yo nos tomamos dos días para encerrarnos y estar juntos haciendo lo que quisiéramos, sin preocuparnos de escondernos o porque él se marchara a la panadería.

Solo esos dos días bastaron para ser totalmente feliz. Me gustaba despertar en sus brazos y que me dijera buenos días con un suave beso, desayunar y cenar con él, platicar o que me leyera. Todo lo que hicimos esos dos días me hicieron sentir en un sueño. Tenía unas ganas terribles de decirle que ya me quiera ir a vivir con ellos, que ya quería empezar a vivir juntos, pero me recordaba que Eve tenía que aceptarme primero.

Mientras estuve yendo a la escuela me di cuenta que lo mejor no solo para conocerla más, sino también para ser aceptada por ella, era por medio de sus amigos. Por eso un día después de comer, mientras lavaba los platos le plantee la idea a mi ranita esperando una aprobación.

-- Eve, estaba pensando- comencé muy sutilmente-¿Qué te parece hacer una reunión con algunos de tus amigos de la escuela en mi casa?

-- ¿Para qué?- me pregunto.

Regresando a tiWhere stories live. Discover now