Capítulo 7

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Todos los personajes pertenecen a Suzanne Collins

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Capítulo 7

PoV Katniss

Regresamos a la casa después de haber ido a comprar muebles, entre otras cosas y materiales para arreglar la casa, lamentablemente el abandono había causado algunos estragos en la casa. Aurelius me dijo que tenía mucho dinero debido a la mensualidad que me daba el nuevo gobierno. Aurelius me dio una tarjeta que según él todos utilizaban para pagar cosas, me hablo acerca de los bancos, que ahora en esos lugares la gente guardaba su dinero y ahí estaba guardado el mío. Me sorprendió ver la cantidad de dinero que tenía a mi disposición. Aparte de los muebles había comprado comida, al pasar frente a una juguetería y ver una hermosa muñeca en el aparador no pude evitar entrar para comprarla.

--¿Por qué estás tan callada Preciosa?- pregunta Haymitch.

Durante el camino a la casa no había podido dejar de pensar en Peeta en los besos de ayer en la noche y de sus palabras. También recordaba la manera en que había evitado verme y que no me dirigió la palabra, eso era algo a lo que yo no estaba acostumbrada porque inclusive con todo y el lavado de cerebro que le hizo Snow, Peeta siempre me miraba, Peeta siempre estaba pendiente de cualquier movimiento que hiciera, de cualquier palabra o cualquier pequeño detalle de mi existencia. Me sentí molesta al ver que su atención era dirigida a la Maestra de Eve, sentí miedo al pensar que tipo de relación tenían. Ella era bonita, muy bonita, amable y aparte había sido muy valiente por su manera en que había sobrevivido.

-- Ya sé que no eres una persona de muchas palabras, pero vamos dime ¿qué es lo que te preocupa?

-- La Maestra de Eve- le digo.

-- Clare... ¿qué pasa con Clare?

-- ¿Peeta y ella...?-quiero preguntar, cuando Haymitch suelta una gran carcajada que hace que sienta que estoy nuevamente explicándole acerca de que es posible que el Distrito 13 este habitado, en aquella ocasión me hizo sentir como una tonta, quizá no soltó una carcajada, como ahora, pero sentí que era la misma situación- ¿De qué te ríes?- pregunto un poco molesta.

-- Es solo- dice intentando calmar su risa- que nunca pensé verte celosa y menos por el chico.

-- No estoy celosa- me defiendo.

Mentí, era obvio que me sentía muy celosa. Me enojaba que ella hubiera comido con Peeta y mi ranita. Vi la expresión de felicidad que ambos tenían antes de que Haymitch y yo nos acercáramos. Peeta y mi ranita se veían animados por tener a esa persona a su lado, era todo lo contrario conmigo, el solo acercarme a ellos podía ver su molestia su incomodidad. Fui una ilusa al pensar que Peeta me había esperado, que no se había enamorado de ninguna otra. Mi arrogancia había llegado tan lejos al pensar que solo él podía amarme a mí, a nadie más que a mí.

-- No debes preocuparte. Ella es solo la Maestra de la mocosa...el chico sigue pensando en ti- sonríe con tristeza- Eso es lo único que no ha cambiado en él.

-- Él me dijo que ya no me quería- mi corazón sentía desgarrarse al pensar en sus palabras.

-- Te mintió- me dijo Haymitch- Tal vez dejarte de amar hubiera sido lo más sano para él...pero no olvidarte, el saber que no estabas a su lado, lo lleno de amargura.

Con tristeza nos dirigimos a su casa, ya que él me dijo que hasta que terminara de arreglar la mía podía quedarme en la suya. A la mañana siguiente decidí empezar a hacer habitable mi antiguo hogar, como Haymitch esta borracho sé que no puedo contar con él. Decido empezar a arreglar mi cuarto para que pueda mudarme a la casa lo más rápido posible. Adentro escucho que alguien toca la puerta, pensando que me traen la pintura que compre ayer. Al abrir la puerta me llevo una gran sorpresa al ver a mi ranita parada, es extraño que le tenga tanto miedo a una niña pequeña.

Regresando a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora