—Estoy a salvo, pero no intentes obligarme a hacer algo que no quiera de nuevo, por favor —supliqué y él de inmediato asintió sin parar. 

—Princesita...—repugnaba ese apodo que él tenía hacia mí, lo odiaba con toda mi alma. Eddie se acercó peligrosamente a mí y pronunció lo bastante cerca— Bésame. 


Rápidamente me levanté del colchón donde dormía y corrí hasta el baño, me hinqué ante la taza y vomité, vomité una y otra vez jugos gástricos. 

Mis rodillas temblaban y las manos con las que me sostenía en el retrete también lo hacían, lentamente levanté el rostro y respiré profundamente hasta que mi cuerpo se tranquilizó. Él no está aquí, Tamara. 

Me levanté del suelo y bajé la llave del retrete, tomé agua entre mis manos e hice gárgaras, no tenía un cepillo, ni mucho menos pasta de dientes. Tenía que buscar un trabajo, y era urgente. 

Regresé a la habitación donde antes dormía y miré el reloj de pared, eran aproximadamente las ocho con seis minutos de la mañana. Había dormido más de quince horas, me sentía bastante bien a pesar de los acontecimientos anteriores. 

Intenté aclararme y pensar bien, tenía unos cuantos billetes aún de la cartera que había robado a Eddie...podría comprar algunas cosas básicas, pero tendría que conseguir un empleo sí o sí. 

El piso contaba con dos habitaciones, un baño, una pequeña sala y la cocina, era suficiente para mí, no era tan grande, pero no era pequeño, ¿cómo era posible qué hubiera encontrado a Harry en mi camino?, ¿por qué mierda hizo esto por mí? No me puede caber en la cabeza aún. 

Fui hasta el baño nuevamente y tomé mi ropa, ayer cuando había llegado la había lavado con el pedazo de jabón que había encontrado, y sí, ahora mismo me encontraba únicamente en ropa interior. 

Mi ropa limpia, o bueno, la única ropa que tenía limpia ahora era algo diferente, pero los hoyos y el desgaste de las prendas eran bastante notorias...no podría conseguir algún trabajo decente con esto puesto, es más, ni siquiera podría conseguir un empleo con esto. 

Al ponerme la ropa encima de mi cuerpo, me miré al espejo. Mi cuerpo era diferente ahora, había perdido peso, pero nada que no pudiera recuperar en unos meses, mi cara estaba cansada y desgastada y bueno, mi cabello ahora tenía un estilo completamente diferente, sin embargo me veía mucho mejor que cuando me miré por primera vez en el espejo después de tres meses. 

Caminé hasta la puerta dispuesta a salir, la abrí y enfrente mío había una bolsa de plástico blanca. ¿Qué? 

Fruncí el ceño y retrocedí varios pasos, ¿qué era eso?, no...no puede estar pasando esto, ¿y si era de él?

Cuidadosamente avancé hasta la bolsa y con la punta de mi pie la moví, era algo blando...suspiré pesadamente y me armé de valor, me agaché y deshice el nudo que ataba la bolsa. 

Cerré los ojos y abrí la bolsa lentamente, una vez que estuvo completamente abierta, mis párpados se despegaron y vi lo que la bolsa contenía. 

Supongo que mi ceño se frunció aún más en confusión al mismo tiempo que abría mi boca formando una perfecta o. 

Era...¿ropa? 

Tomé la bolsa entre mis manos y me metí de nuevo al departamento, era ropa de mujer, no era nueva, sin embargo, tampoco estaba maltratada, blusas, camisas, faldas, pantalones e incluso vestidos. ¿Qué era todo esto? 

Hasta el fondo de la bolsa había un par de tenis y zapatos, ¡¿qué demonios era todo esto?! Tenía la ligera sospecha de saber quien fue el encargado de esta obra de caridad...¡Harry Styles!, ¡Yo no quiero deberle nada a nadie, no puedo deberle más a él!

Obsession| h.sWhere stories live. Discover now