Capítulo 46: Felicidad...

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–¿Qué dijiste Koron?– preguntó su hermano, el mayor de todos, colocándose de pie en un segundo.

–Me está llamando...– susurró para sí misma, arrojó todo lo que tenía en sus manos y se fugó por la ventana volando a increíble velocidad dirigiéndose al centro. Los demás tenían pensado detenerla pero alguien se los impidió, Chiiru se había colocado enfrente de todos negándoles el paso con un movimiento de la cabeza.

–Koron...– mencionó el híbrido en voz baja pero aún latente en el lugar. Todos los presentes explotaron una vez más en escandalosos balbuceos que alteraban el orden en el distrito.

–¡Trunks!– gritó ella con todas sus fuerzas hacia el cielo llamándolo como nunca antes lo había hecho. Dejó de hacerlo y un silencio aterrador se formó en el ambiente, se detuvo justo encima de las personas vigentes esperando impacientemente la respuesta del joven.

–No sé si me estás escuchando pero algo claro es que no puedo escucharte...– el corazón de la saiyajin se quebró al oírlo tan apenado, sin esperanzas. Deseaba llorar a todo pulmón pero no se dejaría llevar tan rápido, así que intentó una vez más.

–¡Trunks! ¡Sí te estoy...!

–Pero igual voy a decírtelo– interrumpió como si nada, Koron sintió que su corazón estaba oprimiéndose en su interior y se retorciera de dolor –Sé que estás consiente de cuanto te aprecio...

No... ¡No me lo digas ahora! ¡No es correcto! Pensó colocando ambas manos en las sienes, presionó los ojos y fingió no haber escuchado aquello. ¡Tenemos que decirlo ambos! Pero la voz retumbó de nuevo en los alrededores.

–¡Treinta segundos, chico!– asignó el gran dragón en la Tierra.

–Quiero decirte algo muy importante...– prosiguió desesperado, no debía desperdiciar el tiempo ni decir palabras innecesarias, debía decir lo correcto ahora –Sé que te gusta vivir allí, con tu familia y amigos...

En Tashoku los seis hermanos y los padres de Koron llegaron al lugar para descubrir que sucedía, pero nadie comprendía que rayos estaba ocurriendo, nadie a excepción de Chiiru y Nasuiro.

–Sé que eres feliz allí, Koron...– añadió la voz de Trunks que seguía haciendo eco en el lugar.

–¡Koron! ¿¡Qué demonios...!?

–¡Cállate, padre...!– lo interrumpió ella de un grito, volteó de nuevo a ver el cielo esperando otras palabras por parte de Trunks

Nasuiro se sintió ofendido ante la respuesta, estaba rojo de cólera hasta por las orejas. Se acercó hacia su hija para propinarle un guantazo pero ella rápida y habilidosamente lo sostuvo del brazo, irónicamente para él la mano que lo detuvo era el que llevaba el vendaje rojo. Él se zafó del agarre y retrocedió un poco volviendo con su familia, por primera vez en su vida sintió que esa joven no era su orgullosa hija.

–Por eso no me entrometeré en tu vida– continuó el híbrido con una voz casi apagada.

–¡Quince segundos!– anunció nuevamente el dragón, el tiempo valía mucho más que el oro en aquel momento.

–¡Koron! He pensado mucho en ti, en que debes ser feliz, pero no he pensado en mí... ¡Por eso deseé hablar contigo!– mencionó con una sonrisa calmada, sus manos temblaban y las lágrimas insistían en salirse –Eres feliz en tu planeta ¿O no?

–¡No lo soy!– gritó ella con esperanzas de ser oída. Su padre frunció el ceño vorazmente, en cambio, su madre sonrió orgullosamente –¡Yo quiero estar contigo!

–Pero eso no importa...– continuó casi sin ánimos pero aún así todos los presentes en aquella ciudad lograban oírlo claramente –Hagamos otra promesa... ¿Sí?– la pequeña asintió aunque él no pudiera verla.

¿Existen los finales felices? -DBZ Fanfiction-Where stories live. Discover now