Capítulo 18: Te quiero Fuko.

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Ya había pasado casi dos semanas después del cumpleaños de Trunks, como siempre ambos saiyajines continuaron entrenando en la cámara de gravedad. Trunks decidió tomar un día libre y utilizarlo para trabajar en la oficina para completar los trabajos pendientes mientras Koron entrena en la cámara de gravedad.

-¡Fuko!- llamaba la pequeña a la mascota de la corporación. Últimamente se estaba llevando muy bien con la perrita. Cada vez que terminaba su entrenamiento por las tardes, se pasaba jugando con ella el resto del día -¡Fuko! ¿Dónde estas?

-¿Por qué tanto griterío?- preguntó el híbrido encontrándose con ella en el pasillo, llevaba varios papeles la cual debía controlar.

-No he visto a Fuko en todo el día- bajó la mirada algo triste -¿Habrá escapado?

Trunks sonrió, dejó los papeles en un mueble que estaba a unos pasos detrás de él y se agachó hasta la altura de Koron para susurrarle -Sígueme.

Ella obedeció y lo siguió a través de los largos pasillos de la corporación, pasaban puertas y habitaciones por un largo periodo de unos diez minutos de caminata hasta llegar a una enorme puerta de cristal.

-¿El invernadero?- preguntó frunciendo el el ceño. Trunks la ignoró y abrió la gran puerta con una perilla de color plata.

Entraron dentro de aquel invernadero, arbustos en macetas y varias flores por doquier sin llenar ni siquiera la mitad de la habitación. Según lo que ella conocía un invernadero debería estar lleno de árboles pequeños y varios arbustos con bellas flores de colores, esto estaba casi vacío.

-Es poco pero recién estamos empezando a cultivar nuevas plantas- explicó el híbrido observando nostálgicamente el lugar -Mi madre me había contado que antes del ataque de los androides este lugar estaba repleto de plantas y animales.

-¿De verdad?- expresó la pequeña con un tono de lástima, le dolía sólo imaginarse lo terrible que pudo haber ocurrido en ese lugar para destrozar algo tan bello.

Salió de trance cuando Trunks le dio unos golpecitos en su hombro izquierdo, hizo una seña de silencio y luego para que lo siguiera, ella asintió. Ambos se dirigieron hacia un mueble de madera donde se encontraban distintos materiales de jardinería.

-Mira al costado- susurró el hibrido señalando con su dedo índice una zona cerca del mueble.

Koron acerco curiosamente su rostro a aquel sitio y al presenciar lo que estaba allí una inmensa sonrisa se dibujó en su rostro demostrando que logró ver algo increíble.

Fuko estaba dormida en una almohada color celeste, algo sucia, junto con unos seis cachorritos acostados y acurrucados cerca de su vientre como unas bolitas de pelos rellenas de ternura. Todos de color café como su madre, bostezaban y hacían unos pocos gestos notándose que hace poco tiempo llegaron al mundo.

-Los encontré así a la madrugada- intervino el joven también observando aquellos "milagros" -Son cinco hembras y un macho.

-Son adorables- murmuró la saiyajin aún atónita por el asombro de ver semejante ternura en unos animales recién nacidos.

-Pero no se si sobrevivan- su tono se volvió apagado y triste -Fuko no puede alimentarlos adecuadamente, ella está muy débil desde el momento del parto.

-No... no es posible- ella no quería creerlo, sentía mucho dolor a escuchar esas terribles palabras "No se si sobrevivirán". ¿Por qué? ¿Por qué no pueden sobrevivir?, su mente comenzó a dar vueltas y sus ojos se llenaron de lágrimas, eso era lo ultimo que deseaba escuchar.

¿Existen los finales felices? -DBZ Fanfiction-Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang