Capítulo 33: Lágrimas de amor.

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Trunks tecleaba con dureza y rabia los botones del computador del laboratorio, aún no podía controlar su ira después de varios días de lo ocurrido con Sora y Koron.

No los perdonaría, se sentía traicionado y herido, no quería pensar ni recordar aquel mínimo momento en que aquellas escorias refregaron su amor en su cara, pero su mente no obedecía para nada.

Golpeó la mesa con uno de sus puños llamando la atención de su madre quien se había mantenido cerca de él por todo este tiempo intentando descifrar lo que había sucedido. Trunks no ha dicho ninguna palabra desde aquella vez y eso la conmovía.

–Trunks...– murmuró acercándose a él dejando sus herramientas en la mesa de atrás –¿Qué sucede hijo...?– como siempre no ha recibido ninguna respuesta y eso la hería mucho.

Sin decir nada el joven arrastró su silla hacia atrás levantándose de ésta, ni se molestó a ver a su preocupada madre. Se giró manteniendo el gesto de furor y se dirigió con zancadas hacia su cuarto.

Nada más que su dolorosa ira era lo que inundaba el ambiente de toda la casa, mantenía el maligno deseo de poder descuartizar a aquel sujeto que se había metido con su amada...

Pero Koron aún no lo era... Aún no era su amada...

Él nunca lo aseguró...

Un extraño sentimiento de que había cometido un error invadió su aturdida mente. ¿Y si Koron nunca lo amó? ¿Será por eso que eligió a Sora?

Se sentía un sucio egoísta quien sólo desea las cosas para sí mismo sin ni siquiera reflexionar sobre los sentimientos y pensamientos de los demás.

¿Era correcto luchar por algo que ya no era suyo? La respuesta era fácil y clara: no.

Sintió que era hora de renunciar, otra persona ya se había ganado el amor de Koron, algo que él no logró debido a su estúpido orgullo. Por primera vez en su vida había sido derrotado tan ingenuamente por sólo cuestión de no mencionar unas simples palabras que eran más que suficientes para expresar todo un cúmulo de sentimientos ocultos.

Te amo... Dos palabras muy sencillas pero a la vez muy complicadas de pronunciar.

La alarma de su cuarto sonó al máximo volumen macando las siete de la mañana. Otra noche sin dormir reflexionando lo sucedido.

Otra noche sin la presencia de Koron...

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Otra vuelta más...

No dejaba de moverse en la cama, su mente la carcomía como si el fuego quemara el césped seco de las huertas. Odiaba llevar la carga de su hiriente acción, sentía su corazón exprimirse haciéndole doler el pecho a cada vez que daba un respiro.

Otra vuelta más...

Sintió algo de seguridad al sentir un brazo arropado por pijamas abrazándola con extrema delicadeza, levantó la mirada chocando por los hilos finos de color naranja que formaban la gran cabellera de su amiga.

–No puedes dormir ¿Verdad Koron?– comentó la joven acariciando la cabeza de la saiyajin.

–Lamento despertarte Mamoru...– murmuró acurrucándose hacia el borde de la cama –Es que no estaba dejando de...– se detuvo inmediatamente dejando las palabras en el aire, no quiso continuar, por lo menos no en ese instante.

–Si no quieres hablar sobre eso es mejor que no lo hagas– la calmó un poco con aquellas palabras, sonrió y acomodó su brazo bajo su almohada –Seguiré durmiendo, buenas noches.

¿Existen los finales felices? -DBZ Fanfiction-Where stories live. Discover now