¿Existen los finales felices? -DBZ Fanfiction-

Capítulo 44: Destrucción o salvación. (Capítulo alargado)

Mirai crujió los dientes, tuvo suerte que Oliver y Nasuiro la sujetaran de los tobillos antes que salga volando en estado colérico a seguir a aquella lagartija y a Koron. Ahora estaba sentada en el suelo, pensativa, observando a todos a su alrededor, todos parecían ser inútiles en ese momento ya que ninguno fue capaz de dejar a Trunks e ir a defender la ciudad. Y aunque ella quiso hacerlo la detuvieron rápidamente.

Levantó la mirada encontrándose con el rostro triste y preocupado de la pequeña Pan, quien se colocó frente a ella mientras jugueteaba con sus manos nerviosamente.

–Mirai...– susurró llamando completamente su atención –¿Qué vamos... a hacer ahora?

–¿Acaso ahora me toman como líder?– agregó sarcásticamente, la pequeña no comprendió a que se refería, ella suspiró y entonces continuó –No tengo la menor idea...

–Puedo llevar a Trunks al templo...– murmuró en un tono tan bajo que Mirai apenas alcanzó oírlo.

–Espera... ¿En serio puedes?– la pequeña híbrida asintió levemente mientras bajaba la mirada, a la mujer le vino una gran idea –Ve con Bulma al templo, nosotros iremos a la ciudad para ayudar a Koron– indicó sujetándola de los hombros para que ésta pueda observarla –¿Puedes hacerlo?

–Sí...

La mayor se colocó de pie de inmediato, se encaminó hacia Bulma, quien estaba siendo consolada por Mamoru y Goten, para comentarle el nuevo plan que estaba ideando. Al principio algunos se negaron pero luego de una extensa y tolerable conversación todos lograron ponerse de acuerdo, incluso dejarían que Mamoru los acompañara al campo de batalla.

Bulma se montó en su aéreo-moto mientras que Pan cargaba en sus espaldas a Trunks, en señal de Mirai ambas tomaron vuelo rumbo al templo sagrado de Kami-sama, como no existía alguna manera de traer de vuelta a la vida al chico lo mantendrán en el templo hasta que la batalla termine, si llegase a acabar, y luego lo despedirían como debe serlo.

Mirai las observó desaparecer entre las blanquecinas nubes. Un choque mental se cruzó en su cabeza y logró percibir una visión en donde una extraña luz naranja teñía toda la ciudad y que poco a poco los edificios se iban evaporando, tragó saliva y abrió los ojos intentando borrar aquella extraña visión de una futura destrucción del planeta.

–Mirai– la llamó Oliver, ella se giró logrando ocultar su desesperación mostrando algo de seriedad en su rostro –¿Nos vamos ya?

Ella asintió segura y salió volando hacia los cielos siendo la guía para todos. Podía sentir un centro nulo entre los ki completamente igualados de Koron y Redice, se estaba preguntando que demonios estaba sucediendo en aquella ciudad, pero lo va a saber cuando llegue al lugar para presenciar con sus propios ojos aquella bárbara pelea.

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Los gritos alterados de las personas era lo único que hacía eco en la gran ciudad, los llamados a los policías no tardaron en hacerse y en poco tiempo los mismos se hicieron presentes en el lugar. Redice y Koron ignoraban todo lo que ocurría a su alrededor, aún mantenían sus manos peligrosamente apuntando hacia el otro, un movimiento en falso y cualquiera de los dos podría salir herido, o más bien, muerto.

–¡Ustedes!– gritó uno de los policías por el megáfono, las patrulleras empezaron a rodearlos haciendo que los rivales se pongan molestos y nerviosos –¡Detengan esta catástrofe!

La joven giró sus ojos ante ellos desprendiendo una amenazante mirada que indicaba perfectamente que se alejen, pero como de costumbre nadie se movió. Redice sonrió y desvió su mano hacia los oficiales hasta dibujar un trayecto moviendo su brazo en forma de curva. La saiyajin lo observaba confundida, nada sucedió y pensó que sólo estaba bromeando.