matar para sobrevivir

1.4K 62 14
                                    


Día 120

*Narra Carolina*

No escuchaba nada y sentí que mi corazón dejaría de latir. Sentía todo mi cuerpo tensarse.
El miedo me inundaba mientras me acurrucaba hecha bolita contra la pared.
Salté y hice muecas de dolor cada vez que escuchaba un sonido. No hacía otra cosa, sólo mantenía mi mirada en la puerta esperando ver a Jace llegando por mí. El tiempo iba muy lento, tanto que podía pensar que habían pasado horas desde que el se había ido.

Hacia unos minutos que habíamos bajado al holl por que se había sentido una explosión el la parte superior del hotel. Jace me dijo que esperase allí, encerrada en una de las mas bajas habitaciones a su espera.

Pero ya haia pasado un rato y el no volvía, y mis nervios no se calmaba en absoluto.
No podía pensar en algo tranquilizante para calmarme un poco, me quedé acurrucada contra la pared mientras miraba hacia la mochila de Jace la cual había soltado bruscamente antes de irse hacia donde sea que se había ido.. Gateé lentamente hacia la mochila y vi lo que tenía, la abrí y en la parte superior había una pistola, la miré mientras sentía los segundos ir mas lento. Cuidadosamente la tomé, mirándola de nuevo.
Hice a un lado la mochila mientras regresaba a mi lugar en la pared, abrasé la pistola hacia mi pecho. Jace llegaría por mí antes de que la soltara.
De repente, escuché disparos y sentí mi cuerpo saltar, me levanté y miré hacia afuera por la ventana, vi a unas personas dispararle a la cochera. Me escondí de nuevo contra la pared mientras cerraba mis ojos, temblando con la pistola en mi pecho.

*Narra Jace*

Completa obscuridad.

Saqué mi navaja y se la clavé al cuello del más cercano a mí. Lo dejé caer silenciosamente mientras me acercaba al siguiente.
Maté a tres hombres cuando las luces se encendieron. Parpadeé varias veces quejándome un poco ya que las luces me cegaron un poco. Vi a uno de ellos de pie alado del apagador mientras veía con asombro a sus hombres.
Me lancé hacia él mientras sacaba su pistola, llegué a tiempo, haciendo que su disparo se desviara hacia un lado mientras lo llevaba hacia el suelo.

- ¿Quién te envió?.- le pregunté. Él tosió y comenzaba a asfixiarse, ya no lo estaba sujetando tan fuerte. - ¡Dime, sino quieres que tu vida termine!

El sujeto volvió a toser y negó con su cabeza. Aggghhh, lo tiré de nuevo al suelo y presione mi navaja hacia sus mejillas, para después cubrir su boca. Gritó cuando clavé la navaja en su pierna, le daría otra oportunidad.

- No tengo tiempo para estos juegos.- le grité, el sujeto temblaba, y de nuevo sacudió su cabeza, estaba apunto de matarlo cuando habló.
- ¡Damon! ¡el me envió!.¡para esto tío, por favor!- apenas y pudo hablar mientras lo miraba.
- Damon- repetí.

En ese mismo instante clavé mi navaja en su cuello y lo maté, no sufrió por mucho tiempo.
Damon, ni siquiera sabia por que se lo había preguntado, era mas que obvio. Luego me asomé hacia afuera de nuevo, dejé los cuerpos en la cochera y vi a uno de los hombres voltear a verme, ya no me estaba escondiendo. Saqué mi pistola y le disparé, en ese momento me pareció escuchar algo más, como el eco de un disparo, el hombre cayó al suelo pero no murió, me reí por mi trabajo mal hecho, lo pude haber hecho mejor.
Me dirigí hacia la puerta y la ví abierta, la puerta de la habitación donde deje a Carolina, corrí hacia dentro, después hacia las escaleras para llegar con ella.

Saqué mi pistola y corrí hacia la habitación y vi al hombre... muerto, en el suelo, con sangre alrededor de él.

El hombre aún respiraba y Carolina estaba parada a un lado de él, no tenía palabras para describirla, sólo que había cometido el pecado que nunca en mi vida le hubiera permitido hacer.

Stockholm syndromeWhere stories live. Discover now