Te Necesito

Bonus: Mi Deseo De Cumpleaños

Capítulo Bonus parte 2/2.

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Cinco meses atrás. Julio 24.

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Mitch P. O. V.

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Ya ha pasado un mes desde aquella broma fuera del karaoke. Por alguna razón, no me lo puedo quitar de la cabeza.

Es decir, tampoco he podido olvidar las bromas pasadas, la diferencia es que esas las hice a un lado y dejaron de importarme. Pero al de esta vez... lo recuerdo perfectamente. No me puedo quitar su mirada de la mente y más porque tenía ese brillo.

Vuelvo a cerrar mis ojos por milésima vez intentando reconciliar el sueño. Me giro en la cama viendo a la persona que duerme tranquilamente frente a mí ajena a todo lo que pasa por mi cabeza.

Hace tiempo, Kirstin y yo somos "novios" pero todo es una mentira; nada de esto es verdad.

Aún recuerdo el día en el que paso; y no solo porque se quedó grabado en mi mente... también por las heridas tanto psicológicas como físicas que me hizo...

*

Estoy nervioso, sudando por lo que le diré. Me mira fijamente con una ligera sonrisa en sus labios. Hay que admitirlo, tengo miedo de confesárselo, no sé cómo pueda reaccionar...

Pero recuerdo la plática con Kirstie.

Puede que ya haya superado ese maldito odio hacia los homosexuales y se haya olvidado de lo que pasó tres años atrás. Pero si no lo ha hecho, significa que me odiaría por el resto de mi existencia.

Suspiro y me armo de valor. Todos los padres quieren que sus hijos sean felices; y si mi padre quiere que lo sea, tiene que aceptar quien realmente soy.

-    Papá... - sonrío -, soy gay.

Estaba feliz. Al fin ese nudo atorado en mi garganta durante tantos años fue desatado y se liberó de mí. Tan metido me encontraba en mis pensamientos que no me di cuenta del momento en el que mi padre se levantó del sofá y fue frente a mí; solo sentí el fuerte impacto de la palma de su mano chocando contra mi mejilla.

-    Es una broma, ¿verdad...? ¡Dime que me estas mintiendo, por favor! ¿Yo?, ¿tener un hijo marica? Nunca me hubiera imaginado esto de ti Mitchell Grassi - me toma de mis hombros y me lanza al suelo.

Una patada - ¡Ahhh...! - grito de dolor y siento las lágrimas correr por mis mejillas.

¿Notan por qué tenía tanto miedo de confesárselo? Hace tres años me pasó lo mismo y no solamente a mí... sino también a Scott...

Me levanta del suelo y me vuelve a tirar haciendo que me pegue en la cabeza sintiendo como empieza a correr un líquido caliente por mi cráneo.

-    ¡Dime que es una maldita broma, Grassi!

¡No! ¡No lo es! Ese es quien soy y de quien estoy orgulloso de ser. No me gustan las mujeres, no me siento atraído por ellas aunque ellas por mi sí; a mí me gustan los hombres y no hay nada ni nadie que pueda cambiar eso.

Pero no se lo podía decir. Ese es mi problema. Me da tanto temor lo que me haga que no le puedo decir la verdad.

-    Es una broma... - digo en un susurro y me vuelve a dar una cachetada.

-    ¡Contesta como los hombres!

-    ¡Es una broma! - grito llorando aún más.