Capítulo 2

4.3K 424 114
                                    




Caminé por los pasillos vacíos del Vérigo durante cierto tiempo hasta visualizar mi objetivo. No iba a quedarme de brazos cruzados, quería enterarme de qué pasaba.

Una gran puerta se alzaba ante mí en ese momento. Toda de madera de roble con cuatro símbolos extraños a los costados, los símbolos de los fundadores del internado. Tras ellos, como todo, había una historia que explicaba qué eran y por qué estaban allí, pero ese es otro de los muchos secretos que el profesorado nos ocultaba. Otro aspecto guay del internado.

Como había imaginado, la puerta estaba cerrada con llave y eso solo significaba una cosa. Reunión importante.

-Mierda.

Acostumbrada a verme en estas situaciones hice lo que siempre hacía. Salir. Corriendo, fui hacia una de las ventanas que daban a la parte interior de la sala mayor, o como a mi me gustaba llamarla, la sala misterio, ya que en ella siempre se debatían asuntos de gran importancia de los que nunca me podía enterar.

La sala estaba localizada en el segundo piso, con lo que era alcanzable pero no fácilmente. Lo que solía hacer era subirme a un gran árbol situado cerca de la ventana y después saltaba al balcón, y ya desde allí atendía como un miembro más de la reunión. Pero sin embargo cuando llegué me quedé ahí parada como una tonta mirando hacia a ventana.

- Mierda, el árbol...- Solté cuando me acordé de que había sido talado dos meses atrás. Ese árbol era mi única distracción en aquel lugar, espiar era mi arte, ya que la gente no me agradaba mucho, mi único hobby era ver sin ser vista. Entonces todas mis esperanzas de saber algo más sobre la desaparición del niño se fundieron en un suspiro.

Mi vida no siempre había sido solitaria. No siempre había sido invisible. Pero si en ese momento lo era, es porque de ese modo lo prefería.

Di media vuelta indignada con aquel que hubiera talado el árbol y me decidí a volver a mí no tan calentita habitación.

- Vamos, ven por aquí...- Dijo una voz masculina. -Tengo una sorpresa.-Lss voces me pillaron desapercibida. Corrí y me escondí detrás de un contenedor maloliente para que nadie me viera. Después de todo, la noche aún se podía poner un poco interesante.

- Voy, impaciente -Se oyó una risita femenina.

Segundos después apareció Amanda cogida de la mano de un chico. Ese debía de ser Hugo. El pelo rubio de Amanda resaltaba a la luz de la luna y vestía un vestido verde precioso, "aluciflipante".

Las facciones del chico se distinguían fácilmente a pesar de la oscuridad. Era un chico alto y apuesto. Su pelo era desenfadado con pequeños rizos pelirrojos y sus ojos eran indistinguibles por la lejanía, aunque apostaría a que eran verdes.

- Vale ya estamos.-Dijo éste atrayéndola hacia su cuerpo.

- Hugo, aquí no hay nada. -Dijo Amanda con un tono de decepción.

- Cierto. Solo estamos nosotros. -Susurró él sonriendo de manera extraña.

Una oleada de asco me sacudió el estómago. ¿Iba a presenciar una escena erótica entre la tonta de mi compañera y un tío raro? Adiós. Me levanté para marcharme, pero en ese momento perdí el equilibrio y me caí hacia un lado causando un gran estruendo.

*Soy idiota* pensé regañándome mentalmente.

Gracias al cielo pude estabilizarme y evitar tirar el contenedor, lo que me ahorró muchos problemas y explicaciones incómodas.

Full Moon®  #PGP2023Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin