C. 11

6.5K 398 63
                                    


Capítulo 11: caras vemos, corazones no sabemos.

Narra Shana.

Después de dejarle en claro a Slender que no quería verlo, subí a mi habitación. Pero antes de poder hacer algo una corriente helada me recorrió la espalda. Ese tipo de escalofríos que te dejan pensado que hay fantasmas en tu casa... ero bueno aquí hay como 5 de esos. 


- ¿Pero que? - baje tan rápido como pude y me hubiese reído si la cuestión no fuese seria. Slender estaba sentado en el sofá y a su lado estaba Red. En frente de ellos estaba....bueno, no tengo idea de quien es.

Era un ser completamente negro con partes rojas, tenia cuernos y muchas bocas incluso en su estómago. Sus manos, por lo que pude ver, tenían largas garras. La verdad es que me quede estática en la cima de las escaleras.

Comencé a retroceder y cuando parpadee el ya no estaba abajo. Suspire y retrocedí más rápido pensando que se había ido o era una maldita mala jugada de mi imaginación. Pum!. Choque con algo.

- Tu eres la nueva ¿Verdad? - su fría y rasposa voz detrás de mí me caló los huesos.

- Zalgo, ella es Shana, hija de Offenderman. Shana, el es Zalgo - dijo Slender pero su voz parecía lejana. Podría ser el extraño pero penetrante frió que sentía en todo mi cuerpo y no permitía que me moviese. Tenia miedo maldita sea. 

- Oh, cierto. Tu no me haz visto así nunca. Perdón. - dijo y una ráfaga de viento ingreso por las ventanas - que eran dos - y las puertas. - Así está mucho mejor - dijo y me gire.

Ya no era la extraña cosa negra. Ahora parecía humano, con el cabello largo hacia arriba de color rojo que parecían llamas de fuego. 

Ojos rojos como los míos, una corbata roja mal atada en el cuello, una chaqueta negra y unos jeans negros. Al parecer también tenía una cola roja. Si no estuviese aterrada diría que era atractivo pero eso seria una locura. 
Una sonrisa en el rostro que lo volvía aún más siniestro pero ya no daba tanto miedo. Suspire y me senté en el suelo.

- Vaya susto... - dije/susurre y el soltó una carcajada.

- Lamento mucho eso, My Lady. - dijo y me tendió su mano, tenia anillos es los dedos y sus uñas eran largas y negras, parecían garras más que uñas. - No voy a comerte Shana, aunque podría reconsiderarlo - dijo y yo solo tome su mano y el me levanto.-  Mira que Offenderman por fin hizo un buen trabajo. 

- Amm, ¿Un gusto? - dije y el parecía muy divertido ya que volvió a reír.

-Bien, tranquila. - de repente, tomo mi brazo desde mi codo y de un tirón me acerco un paso a el. Su cara se puso sería y suspiro. - Red... - dijo y luego miró hacia la sala.

- En mi defensa, llama la atención, o me dirás que a ti no te gustaría contaminar su alma - dijo el y mi mirada, que a estado en la cara de Zalgo todo el tiempo, se fijo en la sonrisa retorcida que estaba apareciendo en su cara, sin decir que sus colmillos resalían de sus labios. Oh por el amor de... quiero irme. 

- ¡Claro que me encantaría! - grito el y sentí mi corazón dejar de bombear para luego comenzar de nuevo a un ritmo anormal. - pero sabes que esa no es la forma. Ademas, ella es... diferente, dudo que alguien como pueda con ella - dijo y podría jurar que Red gruñó.

Zalgo me soltó y de inmediato retrocedí. Toda distancia entre nosotros podría ser útil.

- Jum, lamento haberte asustado, no te preocupes, soy amigo - dijo rascándose el cuello. Tenia unos aretes en la oreja izquierda.

La Hija De Offenderman. 《Slenderman...》En Edición.Where stories live. Discover now