-¿A nada? ¿seguro?- quería que cerrara la boca de una vez-¿Y a Jared?- me dio un vuelco al corazón.

-Él nunca me haría daño.

-Claro que no, pero ¿y tú a él?- el silencio inundó el pequeño cuarto, bajé la cabeza sin saber qué decir y él me agarró de la barbilla y me obligó a mirarle.

-Es mi mejor amigo y...

-¿Tu mejor amigo? ¿Y eso él ya lo sabe?- elevó una ceja con descaro.

-Estás sacando las cosas de contexto...

-Bien, pero antes un último consejo; Deja de tratar parecer normal porque no lo eres. Jared te aceptaría tal y como eres pero no dejas de ser un monstruo que pudre todo lo que toca para que luego muera poco a poco mientras te disculpas.

-Por favor, basta- estaba llorando, ya no podía mantener la compostura.

No podía detener las imágenes, las voces en mi cabeza reproducían la escena.

-¡Cielos! ¡Pero qué has hecho!- gritó ella alejándose de mí retrocediendo a cuatro patas.

-Debes dejar de...- prosiguió el chico pero entonces escuchamos el sonido de las llaves entrar en la cerradura de la puerta y esta se abrió.

-¡Ya os he dicho que no os enrolléis en mi trastero!- nos riñó el que parecía ser el conserje-. Id a otra parte a daros el lote- yo no le hice ni caso, mi único objetivo era salir de allí y así lo hice, de hecho, comencé a correr a mitad de pasillo.

-Y córtate las uñas porque si no las manos te van a doler tanto que no vas a poder ni coger cigarrillos- me chilló Hunter a lo lejos.

Me sentía mal por dentro, era una sensación horrible porque ahora sabía que al menos una persona en el mundo me entendía y tenía que ser estúpido de Hunter.

No podía ser Jared.

Llegué a mi habitación y descubrí que estaba vacía, aquello me reconfortó, al fin una buena noticia, podría dormir tranquila.

Me metí a la cama con el uniforme y los zapatos puestos, y a pesar de taparme con el gordo edredón continué sintiendo el mismo frío.

Di vueltas en la cama durante una hora pensando en Jared solo en la cuneta, cada vez me arrepentía más de haberle abandonado allí, después de todo él no había hecho nada malo.

El problema era yo, bastante había esperado él para armarse de valor y dar el primer paso.

Yo no tenía nada claros mis sentimientos hacia él, igual en un pasado si los tuve pero ahora, cegada por el miedo de perderle y salir mal parada, no podía juzgar con certeza la situación.

Sabía que le quería, mucho además, él y Cole había sido todo para mí cuando era pequeña, me había cuidado y protegido todo aquel tiempo, y aunque con Cole tenía más confianza, con Jared siempre fue diferente. Él y yo no necesitábamos hablar para comunicarnos, por eso muchas veces evitaba mirarle a los ojos, porque era como si pudiera leerme la mente a través de ellos.

Jared sospechaba muchas cosas, no sabía cuales exactamente mas temía que después de tanta comunicación no verbal, al final hubiera dado con la respuesta y la razón de mi comportamiento.

Solía imaginarme a mí contándoselo todo, a veces me gustaba pensar que a él no le importaba lo que provocó que me metieran en el centro, y otras muchas, no solo le molestaba sino que dejaba de hablarme, se alejaba lentamente estudiándome de arriba abajo, como si no pudiera creer que alguien hiciera semejante atrocidad.

DescontroladaWhere stories live. Discover now