3. Primer día.

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Yo sabía que este día llegaría tarde o temprano pero la semana pasó tan rápido que apenas tuve tiempo para asimilarlo.

8 de septiembre.

Primer día de clase.

Me vino a la cabeza lo mucho que le habría gustado a Cole estudiar en otro sitio pero si él siguiera vivo esto no estaría pasando, todo iba de mal en peor desde su accidente.

-No te pongas nerviosa, Dawn- dijo Jared frotándome los brazos para espabilarme-, instituto nuevo, identidad nueva- me guiñó un ojo y me tendió la mano para que subiera a la parte de atrás de la camioneta de Cole que ahora era de él.

-No digas eso- aquello me dolió tanto que rechacé su ayuda.

-Eh, ¿qué pasa?- se sentó a mi lado en la parte de atrás, estaba haciendo un gran esfuerzo cediendo su sitio en el asiento de conductor a Chris, para quedarse aquí hablando conmigo.

-No quiero que las cosas cambien y ese tipo de actitud es precisamente lo que hace que eso ocurra- se quedo unos segundos observándome, estudiando lo que acababa de decir, finalmente se rindió y apoyó la espalda en el asiento.

Lia se sentó en el asiento del copiloto a pesar de que Chris y ella no podían pasar más de dos minutos sin discutir.

-¿Qué hostias llevas puesto?- le espetó el chico, deseando tener algo para meterse con ella.

-Espera- anunció con expresión tensa- ¿Cómo lo llamaban? ¡Ah! Ropa, sí eso es. Lo llaman ropa- Jared a mi lado explotó a reír y Homer, que estaba atando el cinturón de seguridad alrededor de su cadera, también. No fue un chiste muy elaborado, ni demasiado divertido pero debía reconocer que Lia tenía una habilidad especial para hacer de cada palabra algo ingenioso y brillante.

-Vas a parecer una de ellos- dicho esto, Chris puso en marcha el coche, Lia tardó unos minutos en romper el silencio y responderle.

-Quiero integrarme bien ¿sabes?, intentar encajar.

-¡Maldita sea! ¿Para qué? No nos aceptaran, parece que no eres consciente de que somos criminales adolescentes...

-Ya sé lo que soy pero no tengo por qué aparentarlo.

-Para ti es fácil, tan solo tienes que posar semidesnuda en un par de revistas, pero los demás no tenemos casi medios para conseguir dinero, Lia- advertí que ella se cerraba la chaqueta cuando escuchó el comentario de Chris-. No todos podemos...

-¡No poso semidesnuda!- gritó de improvisto-, nunca he salido en ninguna revista más que en traje de baño.

-¿Y eso qué es, haber?- el coche tomó una curva bruscamente y yo caí encima de Jared que me agarro con su normal ternura.

-¡Cuando vas a la playa también...!

-Pero no dejas de estar en paños menores...

-Papá y mamá ya están discutiendo otra vez- protestó Homer conteniendo la risa.

-¡Cállate, Homer!- ordenaron al unísono.

-Chicos...- comenzó Jared que se había tensado a mi lado-, tenemos que hablar de una cosa- pero nadie le estaba escuchando.

-¡Igual si metieras tu desproporcionada nariz en tus asuntos caerías mejor a la gente!- le aconsejaba de mala manera Lia-, así no creo que vayas a hacer amigos.

-¡Claro! Siempre es mejor llegar a los catorce años y decir; Hola a todos soy Lia y bebo Vodka hasta para desayunar.

-Hola a todos soy Olaf y me gustan los abrazos calentitos- anunció Homer citando la película de disney Frozen.

DescontroladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora