4. Dando la nota

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Lo primero que hacemos los cinco nada más entrar en clase es escoger los pupitres más alejados de la parte delantera y por tanto, del profesor. La mayoría de nuestros futuros compañeros se giran y murmuran cosas entre ellos. Sin duda estamos dando la nota.

-Bienvenidos a los antiguos estudiantes y a los nuevos, y sobre todo enhorabuena a los becados que han conseguido superar la prueba de acceso- tenía que haber más gente con becas a parte de nosotros pero nadie se percató del detalle o a ninguno le apetecía mirarlos, porque no despegaron la vista de nosotros-. Ahora os voy a repartir vuestros horarios según las asignaturas optativas que habéis elegido y os entregaré también la lista de normas de convivencia.

Los alumnos iban levantándose a medida que escuchaban sus nombres, intenté quedarme con alguno de ellos por si acaso algún día me eran necesarios pero finalmente me di por vencida. Ellos eran demasiados y mi interés escaso.

-Jared Lancaster- mi amigo se puso en pie con algo de vergüenza pero no tardó en enderezar la espalda y andar con la habitual postura que tenían él y su hermano, orgullosa y descuidada a su vez. Examinó su horario con detenimiento dejando a un lado de su mesa otra hoja que leí curiosa.

NORMAS Y PAUTAS DE URBANIDAD del internado Elite East High:

No está permitido fumar, ni el consumo o tenencia de bebidas alcohólicas, ni cualquier otra sustancia nociva para la salud.

No está permitido tener posesión de objetos que se consideren peligrosos o de uso indebido.

Crearemos un clima de Respeto, confianza...

Los alumnos deberán desplazarse por el interior del Internado con corrección y orden.

No se permitirá el uso de los teléfonos móviles dentro del recinto escolar.

Todas las salidas deben ser justificadas, incluidos los fines de semana...

Supe que los problemas no tardarían en llegar porque ahora mismo ya estábamos violando más de cuatro normas de la extensa lista que nos habían entregado. No daba crédito a lo que estaba leyendo, ¿cómo unos chicos que venían de un centro de menores íbamos a cumplir todas aquellas reglas? Aquello iba a ser un caos.

Fije la vista en el paquete de tabaco que asomaba por el bolsillo trasero de Jared, que gracias a dios nadie lo había visto cuando se había levantado, pensé en el mechero que acompañaba a Lia siempre en el sujetador, en la navaja suiza que acostumbraba a llevar encima Chris desde que le robaron el año pasado, y por último, me vino a la cabeza la manera en la que había tratado a Hunter antes.

Crearemos un clima de respeto.

Bien, pues yo había empezado con mal pie.

-Dawn Stewart- me llamó el profesor, cuando me puse en pie sentí todas las miradas clavadas en mí, aquello era realmente molesto, trate de ignorarlo pero no pude evitar fijarme en un chico de la primera fila. Ahora no llevaba sus repelentes gafas, eso no hizo que no le reconociera al instante. Hunter.

Él aprovechó la ocasión para guiñarme un ojo y eso me puso enferma, ¿de qué narices iba?. De momento nuestra estancia en el internado estaba yendo medianamente bien pero ese chico nos lo iba a complicar todo, aunque me costara reconocerlo, tenía una corazonada.

Entre en el despacho de nuestra coordinadora como un huracán a punto de arrasar la tierra.

-¿Está loca? ¿Cómo me voy a ir a vivir a un internado?- le espeté sin tal si quiera molestarme en saludar. Ella permaneció quieta en su silla giratoria sin apartar la vista de la pantalla del único ordenador que había en el centro de menores.

DescontroladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora