Hansel comenzó a sacudirse en ligeros temblores y espasmos, y a lanzar gemidos de terror, como quien tiene la más horrible de las pesadillas. Su cuerpo se convulsionaba mientras jadeaba y de pronto, un cortante grito por su parte rompió el silencio. Abrió los ojos de par en par, jadeando y entre sudores fríos.

-¡Hansel!- grité asustada.

En aquel momento, fui capaz de observar el tono de sus ojos, que había cambiado drásticamente de un precioso verde oliva al más puro y sanguinario rojo. También había un detalle que me llamó la atención: el hielo. Una gruesa capa hielo recorría toda la zona pectoral de su tórax desnudo. ¿Cómo era posible? Tan solo hacía unos minutos que le observaba. Me levanté de la silla como movida por un resorte, asustada por lo que estaba ocurriendo.

-Hansel, ¿estás bien?- pregunté en voz baja. Mis cuerdas vocales no respondían, y por primera vez en mucho tiempo, tuve miedo de verdad.

No me escuchaba. Su mirada, fija en algún punto complicado de definir, parecía ausente, como si estuviese sonámbulo, y el hielo que cubría su pecho se extendía con lentitud y constancia.

Entonces empezó a caminar con pasos lentos y demasiado mecánicos, casi como si se tratase de un robot. Se dirigía a la puerta.

-¡Hansel! ¿¡Qué estás haciendo!?- le grité con algo de desesperación en la poca voz que salía de mi garganta.

Pero no me escuchaba. Se movía cada vez más deprisa y no le faltaban más de cinco metros para alcanzar la puerta.

-¡Detente, Hansel!

Desesperada comencé a pensar en ideas para evitar que saliera de la cabaña de madera. Pronto acudió a mi mente un pequeño murmullo que me daba la solución. Apreté los ojos asustada, no podía usar mis poderes contra mis amigos, y menos contra Hansel. No me habría perdonado nunca el hacerle daño. Pero él seguía caminando, y cuando se encontraba a menos de dos metros de mí, tuve que renunciar a mi conciencia.

-Lo siento mucho- susurré con tristeza mientras levantaba el brazo y dejaba expuesta la palma de mi mano.

Con un brusco movimiento, los vientos acudieron a mí y empujaron a Hansel con una fuerza sobrehumana.

-¡Jannete! ¿Qué está ocurriendo aquí?- preguntó Lily mientras cruzaba el umbral de la puerta. La acompañaba Rick, que ignorante a la situación que se estaba dando en el interior de la estancia, nos regalaba una de sus más cálidas y armoniosas sonrisas.

-¡Es Hansel, no sé qué le pasa!

Pero entonces todo se hizo nítido y claro, y a mi mente solo acudió una imagen: Rick en aquel estado de subordinación en el que nuestros peores enemigos lo controlaban como a una marioneta cualquiera.

Pareció como si telepáticamente todos hubiésemos intentado compartir la misma idea, ya que con una sola mirada nos entendimos mejor que con palabras. Rick había palidecido, su rostro mostraba compasión por Hansel, pero a la ver se notaba que estaba recordando la sensación que le conllevó el ser el títere de unos cuantos brujos que casi lo hacen matar a sus amigos. Sus ojos rojo fuego, más brillantes incluso que los de Hansel, refulgían con una ira contenida inigualable, que reflejaba todo el sufrimiento que haría pagar a los causantes de todo aquello.

Y de repente, Hansel se detuvo en seco.

Os pondré en escena. Hansel estaba en el centro de la habitación, al parecer entre tres habíamos conseguido acorralarle en un triángulo cuyas tres puntas éramos nosotros. Pude aprovechar aquel instante de confusión y silencio sepulcral para mirar con detenimiento el hielo que poco a poco seguía extendiéndose. Ya casi llegaba a la cintura, y no daba señales de querer parar.

-Os...Arrepentiréis- dijo Hansel cortando el silencio, con una voz tenebrosa que me daba escalofríos- De...Haberos...Enfrentado...A...Nosotros.

Y al instante siguiente, en el que los tres lanzamos nuestro ataque, Hansel ya no estaba. En el techo había un tremendo agujero por el que sobresalía una enredadera de un grosor inmenso, por la que a la velocidad del rayo Hansel había huido.

Los tres nos miramos perplejos sin entender muy bien lo que acababa de pasar, pero a la ver habíamos conseguido asimilar un único aspecto: Hansel seguía preso del último y único de los Oscuros.

-Jannette- dijo Lily en apenas un susurro.

Lágrimas vacilantes ya comenzaban a asomarse, y esta vez la tristeza me inundaba más fuerte que nunca. Había perdido a Hansel. Otra vez.

-Tranquila, pequeña- dijo Rick mientras se acercaba y me tomaba en sus brazos. Podía ver, a través de las lágrimas que me nublaban la vista, que a ellos dos la huida les empezaba a causar más o menos el mismo efecto.- Volverá.

-No- saltó Lily de repente con lágrimas en los ojos- No volverá, porque ya sabemos cómo son los Oscuros, y ya sabemos cómo actúan. No van a dejar a Hansel marchar... y todos lo sabemos- añadió bajando el rostro y dejando que las lágrimas surcaran sus mejillas.

Rick, que aguantaba las lágrimas con una fuerza inhumana, acercó a Lily a nuestro agarre, y los tres nos fundimos en lo que tratamos de convertir en un cálido abrazo, consolándonos los unos a los otros, porque una vez más habíamos perdido a una de las personas más importantes en nuestras vidas.

En ese momento, nuestras protectoras y Marian cruzaron la puerta como un huracán.

-¿¡QUÉ ACABA DE PASAR!?- gritó Ann al ver el desastre que habíamos causado en la –ya casi inexistentes- cabaña y los surcos que estaban dejando las lágrimas en nuestras mejillas.

-Se lo han llevado, Ann- dijo Rick con los ojos rojos por las lágrimas- Nos lo han arrebatado otra vez...

-¡El hielo no había desaparecido! ¡Nos has mentido, Marian!- grité.

-Eso es imposible... Había conseguido eliminar el hielo por completo...- dijo reflexiva mientras se masajeaba las sienes con aire pensativo.- Pero tenemos otro problema que concierne a Hansel...-Su tono era de preocupación total, lo que provocó que el nudo de mi garganta se tensase más y más por momentos.

<< El espejo de Fëanturi solo funciona con la aportación de esencia por parte de los cuatro Guardianes que protegen, cuidan y se encargan de controlar los elementos. Este espejo ancestral es más antiguo de lo que podáis imaginar, y fue creado con un único objetivo: localizar. Aunque pueda pareceros extraño, estaba destinado a vosotros, y todo este tiempo ha estado esperando vuestro despertar, el resurgir de vuestros poderes. Ahora que el Guardián de la Naturaleza ha decidido marchar, su objetivo es imposible, ya que su utilidad es nula. >>

Sus palabras me dejaron en blanco. No teníamos posibilidad alguna de regresar a Paradise si lo que decía era cierto.

-¿En qué piensas, Rick?- pregunté mientras lo observaba reflexionar.

-En que me da igual ese Espejo como-se-llame.- dijo con convicción y más determinación de la que jamás pudiera haber imaginado en él.- Hansel es nuestro amigo, nuestro hermano... Y no vamos a dejarlo atrás.

Se detuvo durante un segundo.

-Yo voy a encontrar a Hansel. Voy a encontrarle y a traerle de vuelta, porque eso es lo que hacen los amigos, se protegen. ¿Quién está conmigo?- preguntó mirándonos interrogante.

-Yo- acató Lily sin pensárselo dos veces y con una seguridad impresionante en sí misma

-Cuenta conmigo- añadí confiada.

Los Guardianes de los Cuatro Elementos volvían a la carga.

***

Belegost: en élfico, <<Gran Fortaleza>>, tal y como es el claro en el que pasan tanto tiempo

Avathar: en élfico, <<Las Sombras>>, haciendo referencia a las sombras que los atacan durante el camino.

Fëanturi: en élfico, <<El Amo de los Espíritus>>



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