Yo soy asistente de dirección en una empresa de eventos y publicidad. Me encanta mi trabajo aunque reconozco que hago más horas que el sol, eso sí, las disfruto. Cuando salgo a las tres hace un día frío, pero bonito, me encantan esos días de otoño en los que el sol te da en la cara trasmitiendo calor pero sin llegar a molestar...

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- ¡Buenas tardes! – saludo al entrar en el restaurante...

- ¡Ya ha llegado la mujer más guapa de Seattle! – sonrío al señor Henry, que ya es casi como un trabajador más del restaurante de Rosalie, va cada día a comer y siempre se sienta en la misma mesa...

- ¡Usted sí qué es guapo! – le contesto mientras paso a su lado hacia la barra. El restaurante es moderno, paredes blancas con vinilos en negro y plata, de trazos que me recuerdan a enredaderas. Solo quedan algunas mesas vestidas para las comidas, con manteles negros con un camino en blanco, que en conjunto dan un toque elegante y moderno.

A la izquierda de la barra hay una zona chill out con sofás bajos blancos y mesas negras bajos blancos y mesas negras, que por las tardes y después de las cenas, son el lugar ideal donde tomar una copa...

-¿Qué tal? Ponme una caña que vengo seca y estamos a viernes...

-¡Tú sí qué sabes! Ahora mismo comemos y nos vamos...

- Vale Rosalie, no te impacientes qué las tiendas van a seguir ahí – le digo mientras me río por las prisas que tiene de salir del bar...

Nos vamos a elegir un vestido para la boda de su hermano qué es el próximo verano, ya le he dicho qué hay tiempo de sobra pero ella ya quiere ir mirando. Quiere que sea un vestido especial, aunque yo tengo claro que cualquier vestido puesto en él cuerpo de Rosalie sería bonito. Es alta, rubia, con unos ojos color miel qué con solo mirarte te das cuenta de la bondad que hay en ella, y con un cuerpo qué ya quisieran muchas, entre las cuales me incluyo. Me ha pedido que la acompañe porque dice que yo seré más sincera que Emett, su novio. Además, claro está, qué me encanta la moda. Cualquier excusa es buena para ir de compras.

- Hoy te has perdido un día interesante – me comenta mientras me pasa nuestros platos...

-¿A si? ¿Y qué ha cambiado para hacerlo interesante?...

- Ha venido un chico nuevo a comer norteamericano, de Nueva York para ser exactos. Se está hospedando aquí al lado, en el hotel Fairmont Olympic...

- ¿Y? ¿Qué tiene eso de interesante? – le pregunto y se ríe...

- ¡Nada! ¡Lo interesante es él! Bella tendrías qué haberlo visto... ¡parece sacado de un catálogo!...

- Rosalie...

- ¿Qué? Una tiene ojos ¿Sabes? Eso sí, ¡No lo cambio por mi Emett! Además es muy simpático. Dice qué vendrá a menudo, qué le ha encantado el restaurante...

- ¡Me alegro, ya has ganado un nuevo cliente! – me río. Me pone mala cara pero empezamos a comer. No hay nadie en el restaurante excepto nosotras y Sue la cocinera. Me explica más o menos la idea qué lleva para el vestido...

Al terminar me siento en la barra mientras ella prepara los cafés, otro de mis vicios. Se oye la puerta y al girarme veo qué llega Emett, él novio de Ros. Es un chico alto, moreno de ojos verdes, y con un cuerpo de escándalo. Es tan buena persona como Rosalie...

- ¡Hola! ¿Qué tal están mis chicas? – nos pregunta mientras me saluda con dos besos. Pasa detrás de la barra y le da un beso a Ros de esos de película, qué me da hasta vergüenza, pero me río. Me encanta verlos juntos...

Reservame tus besosWhere stories live. Discover now