Noche en penumbra

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Ya no queda nadie. Mis lágrimas de dolor se apoderan de la superficie de los cristales de las ventanas de mi corazón. Se respira un aire lúgubre, inspirado en la tristeza y la melancolía que se ha ido resguardando en los recovecos más recónditos de mi memoria. Con la luz que se conserva a duras penas, azotada por tantas olas de disgustos y penalidades, se deja vencer por la oscuridad de la noche, que lo cubre todo bajo su manto de perlas. Miro por la ventana de mi corazón desvivido y solo encuentro algunos de los tantos recuerdos y pensamientos traicioneros que sucumbían en lo más profundo de mi ser. Ahora es cuando llego a comprender la gran complejidad de la vida, y la gran hazaña del ser humano en este mundo en el que, a pesar de lo que creemos, no lo controlamos.

Buenas noches mundo cruel, capaz de llenar el alma de la gente con la más pura felicidad, y al mismo tiempo corromperlas hasta que no queda nada de lo que se pueda vivir.

7 de noviembre de 2015

Sospirs de cristallWhere stories live. Discover now