27 - Novalee POV

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¿Embarazada?

El estado de estupefacción en el que todos en la sala - excepto la doctora...Ryan - debía ser fotografiado, no, debía ser premiado, era épico. ¡Yo no podía estar embarazada, yo usaba anticonceptivos!

- ¿ P-pero como es posible? - pregunté, aún sin mirar a Bruno, no quería encontrar odio o desprecio en su mirada, no lo soportaría -. Yo tomaba la píldora.

La doctora asintió - Sí, pero justo aquí - posó un dedo sobre la hoja - dice que hubo una interrupción en tu tratamiento de planificación, estabas tomando antibióticos y si no lo sabías, eso contrarresta el efecto de la píldora.

Quise patearme mentalmente, eso era algo que yo debía saber. Pero cuando estas en una cama con medio kilo de mocos en la nariz no puedes pensar con claridad.

- Tienes que tener cuidado - ella habló - las pastillas estaban haciéndole daño al bebé.

Abrí los ojos sobresaltada - ¿El bebe está bien?

Ella asintió - Sí, pero le prescribiremos unos medicamentos.

Asentí. - Con su permiso - dijo la señora y se dirigió a la puerta para salir.

Bien Novalee, preparate, estás a punto de dar el paso más grande de tu vida, algo que marcará tu vida permanentemente: vas a mirar la reacción del padre de tu hijo.

Me giré lentamente para ver a Bruno a la cara pero me encontré con su espalda, él estaba caminando con paso apresurado hacia la puerta.

Lo observé y todo pasó en camara lenta frente a mis ojos, cerró la puerta detrás suyo sin siquiera mirar atrás, como si tuviera prisa, como si huyera.

Un nudo se formó en mi garganta y miré a mi hermano, quien por primera vez en la habitación, emitía sonido o reacción.

- ¿Seré tío?

Sus ojos brillaban emocionados, sonreía y su mano se posó en mi estómago suavemente, borrando eventualmente el sabor amargo que me dejó que Bruno haya salido de la habitación sin decir nada.

- Sí...

Él respiró profundo - Espero con el alma de que Salvatore esté sorprendido por la noticia y haya salido a tomar aire, porque no voy a permitir a un cobarde abandonar a mi hermanita embarazada, primero lo castro - golpeó su pecho como gorilla y yo reí, posé mi mano sobre la suya en mi vientres y empecé a acariciarla.

- Gracias por no darme la espalda, pensé que tu reacción sería diferente.

Su mirada se suavizó y jaló el banquito en el que Bruno estaba sentado para sentarse él - Nunca te daría la espalda aunque cometieras el peor error de tu vida.

Mi corazón se encogió y mis ojos rápidamente se llenaron de lágrimas ante sus palabras, no sé si era pronto pero creía que eran las hormonas por que yo no era una llorona.

- Te amo grandulón.

- Awww - el profirió con un mohín -. Eres tan tierna ahora.

Reí un poco entre lágrimas y me sobresalté al oir la puerta abrirse.

Una enfermera entró con una bandeja de comida, no alcanzaba a ver que había pero sí un pequeño jarrón con una rosa roja. Detrás de ella venía Bruno con un ramo de las mismas rosas. espera....¿Él había regresado? ¡¿Con flores?! ¡Oh por Dios también traía globos y chocolate!

La enfermera puso la bandeja sobre mis piernas pero yo no podía dejarlo de mirar sonriendo en mi dirección haciéndome derretir. Él no estaba enojado, él parecía... feliz.

- Uh oh, me huele a momento emotivo y esas mierdas, yo me voy de aquí - escuché la voz de Kendall pero no presté atención, mis ojos no se despegaban de Bruno y ni siquiera me inmuté, cuando la puerta se cerró de un portazo.

Él colocó todo en la mesita a mi lado y se inclinó a mí con mirada iluminada, rosó
Sus labios húmedos sobre los míos y mis ojos se cerraron automaticamente, no fue un beso largo y cuando abrí los ojos vi lo que estaba a punto de hacer.

Alzó la bata que estaba ya un poco enrollada sobre mi cintura cuando me había sentado en la camilla, dejando mi estómago para nada abultado frente a él.

Alzó su mirada verde oscuro hacia mí y sonrió - ¿Hay un bebé aquí?

Sonreí, aún deramando lágrimas y asentí. Él achicó sus ojos al sonreír más y posó sus labios sobre mi estómago y los presionó por un ratito - Hola bebé - dijo bajito - ¿Sabes quien soy? - frunció ligeramente el ceño - Soy papá.

Temblé mientras me carcajeaba y a la vez moría de ternura. Él no estaba enojado ni me iba a abandonar, él asumió que era suyo porque sabía que yo no estaba con nadie más, no había un momento mas perfecto que este.

Él alzó la mirada y lanzó sus brazos a mi alrededor, tomándome por sorpresa.

- ¡Gracias, gracias, gracias, gracias! - gritaba, mientras me movía a todos lados y besaba toda mi cara -. Éste es el mejor regalo que alguien podría darme Novalee.

Empecé a reír como loca pero esas carcajadas se convirtieron en llanto rápidamente, Dios, estaba hecha un mar de emociones.

- Pensé que me ibas...a dejar - sollocé - Y
..y que te ibas a enojar y-y a gritarme y yo...

- Shhh, Shh nena - me calló -. Dios no, yo no sería capaz de hacer eso, es mi niño Novalee.

- P-pero tú solo querías sexo y y-yo vengo y te doy este compromiso y tu me debes odiar - lloré y sorbí por la nariz repetidas veces bajando la cabeza.

Él me sostuvo por la barbilla para que lo mirase - Un bebé no es un compromiso muñeca, no quiero que pienses eso ¿Bien? —Asentí  —  Tampoco quiero que pienses eso tan feo de que solo quería sexo contigo.

Me crucé de brazos sintiendo la ira corroerme - Tú me dijiste eso ¿Cuantas veces? ¿Unas cien?

El muy descarado se atrevió a reír - Lo siento por eso, no era de corazón Novalee.

Entrecerré los ojos hacia él - Estoy hecha un maldito mar de hormonas ahora mismo, será mejor que dejes de jugar con mis malditas emociones porque fácilmente puedo darte un buen tiempo de estadía en este lujoso hotel.

Él abrió mucho los ojos ante las palabras que me sorprendieron hasta a mí - Guau nena, perdóname.

Arquee una ceja - ¿Era cierto o no? ¿Qué demonios te pasa conmigo Bruno?

Él suspiró y tomó mi mano para besar mis nudillos.

- Debes ser muy tonta para no darte cuenta de que esa etapa del "solo sexo" - dibujó comillas en el aire con sus dedos -, quedó atrás hace mucho tiempo.

Aquí  y Ahora (+18)Where stories live. Discover now