Aquí y Ahora (+18)

2 - El Hotel Gabanna

- ¡Me ha colgado! - exclamó Bruno indignado hacia Dante quien no le prestaba la mas mínima atención si no a la partida de Mortal Kombat que estaba jugando en la pantalla de 75 pulgadas del salón de la casa de su hermano.

- ujum - musitó el chico no muy seguro sobre por qué su hermano llevaba rato gritándole.

- La iba a invitar a un café, me colgó, me dejó con la palabra en la boca - dio un trago a su whisky a la roca seguido de una mueca por lo caliente que se sentía en su garganta - Todo por que su "prometido" llegó, se va a llevar una sorpresa con él, yo sólo espero que no sea tarde, ahi si es que se pondría insoportable.

- mataré a este hijo de puta - dijo Dante sin mirarlo a los ojos, sin nisiquiera inclinarse para mirarlo, parecía hipnotizado con la tv.

Bruno caminó tranquilamente hacia la parte de atrás y desconectó la tv.

- ¡La puta madre se ha ido la luz! - gritó Dante - Bruno maldita sea paga tus tarifas a tiempo.

El susodicho caminó hacia su hermano con el cable en la mano y expresión burlona, Dante entrecerro los ojos en su dirección.

- Si no fueras mi hermano dijera que eres un hijo de puta.

- Si no fueras mi hermano y me díjeras eso, te partiría la cara. ¿No puedes simplemente prestarme atención por una vez en tu vida Dante?

Dante se puso de pié y caminó hacia el bar donde se sirvió un vaso de whisky también - Pero si te he oído todo lo que dijiste - dio un sorbo y luego escupió sobre la alfombra del centro - Esto es un asco.

Bruno miró la alfombra con asco - Repite todo lo que dije.

Su hermano se metió una aceituna a la boca - Has dicho que has llamado a la bombón de Novalee para proponerle tomarse un café después de ordenarle a Mallory que te dejara hacer la llamada por ella y que le dijiste que papá te habia enviado - hizo una pausa pensativa - que ella te trató con frialdad y que eso te puso cachondo... Y que querías darle unas nalgadas hasta que se les pusieran rojas - explicó con simpleza.

Bruno rodó los ojos - Aunque lo ultimo es totalmente cierto, yo no lo he dicho en voz alta.

Dante rió - Te conozco, desde el pelo, hasta la punta de los pies...

Bruno lo interrumpió con un coscorrón - Quiero ir a tomarme unos tragos, ¿te apuntas?

- Claro tio, solo no ordenemos nada que sepa igual a esa mierda que tienes en el bar, en serio, sabe a mierda - arrugó la nariz.

- ¿Y tu cómo sabes a qué sabe la mierda?

- ¿Te acuerdas el dia que...

- ¿Sabes que? - interrumpió Bruno - mejor no me digas nada.

*

En toda la vida de aventuras que Novalee había llevado, nunca se imaginó siguiendo a su prometido para comprobar que la engañaba, tampoco se imaginó al salir de su casa, que todo el camino hacia el Hotel Gabbana iba a sentir tanta ansiedad y nerviosismo. Cuando paraba en un semáforo, no dejaba de tamborilear contra el volante, mantuvo todo el tiempo una distancia prudente con el auto de Dallas hasta llegar a Manhattan, como sabía donde quedaba el hotel, cogió otra ruta por la que llegaría mas fácil y con la que se ahorraría la molestia de ser descubiertas después de tanto esfuerzo.

A las afueras del lujoso hotel, aparcó justo al frente en un estacionamiento de un restaurante chino que convenientemente daba la vista perfecta a la entrada del hotel donde su prometido había sido citado.

Dos minutos después, un bmw del año color blanco de detuvo frente a la entrada, detrás, aparcó el mercedes de Dallas. Se inclinó hacia adelante para ver un poco mejor, de hecho, casi toca el vidrio delantero con la frente.

Cuando del primer auto salió un chico del alrededor 23 años, pelo rubio y delgado, pensó que, talvez la amante de Dallas ya lo esperaba dentro del hotel, pero sus pensamientos cambiaron cuand vio salir a Dallas quien caminó hacia el rubio, lo abrazó y lo besó, en los labios.

Oh madre de todos los gnomos.

Se quedó petrificada ante lo que veía, sorprendida y aturdida, sin darse cuenta siquiera ya estaba cruzándo la calle en dirección hacia Dallas y su novio, quien cuando la vio, todos los colores se drenaron de su piel.

Ella se detuvo delante de él y el chico que ahora que lo observaba era guapo, tenía los ojos tan azules como el cielo y unos labios llenos y rojos, Novalee se preguntó por qué todos los lindos tenían que ser gays, no es que estuviera en contra, pero vamos, si eran homosexuales ella no podría disfrutarlos.

Miró a Dallas, lo miró, lo miró y lo miró, él le había clavado la mirada y en ella habia miedo
Y culpa, eso a ella no la inmutó.

- A-amor yo...

Sus palabras fueron interrumpidas por la risa histérica de la castaña, reía y reía y no podía dejar de reír, lágrimas brotaban de sus ojos, se dobló sobre su estómago y continuó riendo, cuando sus tripas dolieron y ya no pudo más, se enderezó, le lanzó un puñetazo, se quitó un tacón y se lo pegó a la cabeza.

El chico rubio se acercó a Dallas para tocar donde ella lo habia herido, eso la encolerizó aún más.

- Estás despedido, no vas sacar nada de mi casa, devuelve el auto a la empresa, y por supuesto que no habrá boda, grandísimo hijo de puta - escupió, cada palabra fue como un cuchillo tanto para su corazón como para el de Dallas, él no respondió, solo bajó la cabeza hacia sus pies.

Ella se colocó el tacón y caminó con la frente en alto y sin faltarle una pizca de elegancia hacia su auto, no permitiéndose llorar, hasta que cerró la puerta del vehículo detrás de sí.

Temblorosa, marcó el numero de Mallory quien respondió al tercer tono - aquí Mallory Baker, a su orden señorita Bellamy - saludo su amiga con falso formalismo y luego rió, pero e calló de golpe al oir a Novalee sollozar - Novs, ¿estás llorando?

Ella sorbió por la nariz - Necesito una amiga - dijo con voz temblorosa - ¿Puedes salir?

Mallory sonaba alarmada - C-Claro claro, ¿donde estás?

- Estoy en Manhattan ahora pero nos vemos en Diamond Bar en una hora, ¿vale?

- S-sí claro, pero ¿estás bien? ¿puedes conducir así?

- No te preocupes Mall, estoy bien, allá no vemos.
Colgó y puso el carro en marcha, se permitió mirar hacia el hotel nuevamente y vio como la pareja de novios se adentraba a él.